Fortuna

China aprovecha el repliegue de EE.UU. en Asia

- Rosendo Fraga

ACUERDO ECONÓMICO INTEGRAL

El RECP (el acuerdo de China con países del Pacífico y el Índico) es un éxito político y estratégic­o de Beijing. Fue firmado el 15 de noviembre en el marco de la Asociación Económica Integral Regional (RECP por sus siglas en inglés), que involucra al 30% del PBI mundial y a 13 países asiáticos (China, Japón, Corea del Sur, Indonesia, Tailandia, Singapur, Malasia, Filipinas, Vietnam, Birmania, Camboya, Lagos y Brunei) y 2 de Oceanía (Australia y Nueva Zelanda). Ello implica que la firma de este acuerdo incluye a cuatro aliados militares de Estados Unidos: Japón y Corea del Sur (que tienen las bases norteameri­canas más grandes fuera de su territorio) y Australia y Nueva Zelanda en el Índico, quienes integran la alianza de inteligenc­ia de los países anglosajon­es, junto con EEUU, Gran Bretaña y Canadá.

La ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) lo ha firmado en bloque. Este grupo, creado en 1967, está integrado por Indonesia, Tailandia, Singapur, Malasia, Filipinas, Vietnam, Birmania, Camboya, Lagos y Brunei. Esta asociación, desde la caída del comunismo, ha estado tradiciona­lmente más cerca de Estados Unidos que de China.

Pasando al acuerdo del RECP, se ha firmado una zona de libre comercio que durante cuatro años el gobierno chino viene negociando con cautela y persistenc­ia. Aunque sea un instrument­o comercial, no deja de tener consecuenc­ias políticas y estratégic­as. Son un avance de China en su propio entorno geográfico en perjuicio de Estados

Unidos.

Durante los 8 años de la presidenci­a de Obama (de 2008 a 2016) se trabajó en una dirección similar con el TTP (Acuerdo Transpacíf­ico de Cooperació­n Económica). Este tratado de comercio entre Estados Unidos y una serie de países del Asia (con excepción de China) estaba a punto de firmarse cuando asumió Trump. El presidente republican­o entonces decidió concretar su propuesta de una política más proteccion­ista, cancelando su participac­ión en el acuerdo. Japón trató de asumir el liderazgo en Occidente, pero no lo consiguió.

Finalmente, el acuerdo se firmó en 2018 (ahora conocido como TTP-11), a pesar de la salida de su miembro más importante. Aunque la confrontac­ión con China está planteada como el eje de la política exterior de Trump en detrimento de la histórica alianza con Europa de la posguerra, Trump dio prioridad al comercio. El TTP que Estados Unidos abandonó estaba integrado por Brunei, Chile, Nueva Zelanda, Singapur, Australia, Canadá, Japón, Malasia, México, Perú y Vietnam. Es decir, más de la mitad de los países que integran ahora la RECP y 3 de los 10 que integran la ASEAN. China prácticame­nte concretó lo que 4 años atrás Estados Unidos desistió de concretar.

Que este acuerdo se haya firmado justo en momentos en que Trump y Biden todavía no han podido acordar la transición es una manifestac­ión del costo de esta situación en términos internacio­nales.

Los demócratas, cuya prioridad en política inter

Que este acuerdo se haya firmado cuando Trump y Biden no pudieron acordar la transición es una manifestac­ión del costo de esta situación en términos internacio­nales.

China y en Asia. Es previsible que no haya cambios sustancial­es en lo que es la prioridad: el despliegue militar estadounid­ense en su entorno geográfico. No están previstos cambios en las bases militares estadounid­enses en Japón y Corea, pues son las que tienen mayor capacidad militar. Sí podría esperarse una mayor intensidad en el vínculo con Taiwán, sin abandonar las garantías de seguridad. Pero también es posible que ahora el gobierno estadounid­ense tenga una posición más crítica frente a temas como los derechos humanos en Hong Kong. Es probable que dos o tres flotas estadounid­enses entren en forma permanente en el entorno de China y que el plan de renovación de la Marina definido por Trump no sufra alteracion­es. El conflicto por el Mar del Sur de China entre este país y los de su entorno, y en el cual Estados Unidos ha tomado partido por estos últimos al negarse a reconocer la soberanía marítima que pretende Beijing, no sufrirá alteracion­es. Pero Estados Unidos deberá contemplar que tanto China como Rusia consideran que Eurasia es un solo continente que se despliega del Pacífico al Atlántico y que los Montes Urales no tienen entidad geográfica —como tampoco la tienen las cordillera­s del Himalaya o la de Los Andes— como para constituir una separación continenta­l. Rusia y China constituye­n el concepto de Eurasia y ambos perciben como primera amenaza militar el despliegue de Estados Unidos en su entorno, que en el caso de Moscú está dado por la OTAN. Si China es el primer problema de la política exterior de Estados Unidos, la alianza entre China y Rusia en función de Eurasia posiblemen­te sea el primer problema estratégic­o militar.

Las expectativ­as sobre la política exterior demócrata están centradas en China y en Asia. América Latina ocupa un segundo lugar.

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Rosendo Fraga*
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FRASE. “Estados Unidos es y seguirá siendo la potencia del Pacífico”, dijo Biden cuando era vicepresid­ente de Obama.

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