Qué verano esperan los empresarios turísticos
Tras el azote de la cuarentena los números no cierran para el sector. Las restricciones sanitarias ponen en jaque al negocio. ¿Podrán más las ganas de irse de vacaciones o el miedo al Covid? Un recorrido por los principales destinos del país.
Tras el azote de la cuarentena los números no cierran para el sector. Las restricciones sanitarias ponen en jaque al negocio. ¿Podrán más las ganas de irse de vacaciones o el miedo al Covid?
Los empresarios del sector turismo tienen un doloroso denominador común: todos han sufrido el azote de la pandemia durante el 2020, hasta el punto de ponerlos al borde de la desaparición, y además enfrentan una temporada de verano por completa incierta. Los une también una extraña sensación con ribetes de derrota: el consuelo de que es mejor abrir las puertas aunque el margen de ganancia sea escueto, a mantenerlas cerradas.
Durante la prolongada cuarentena las empresas del rubro han visto pasar de largo las ventanas de oportunidades que siempre significan los fines de semana largo y las vacaciones de invierno. Como compensación, el Gobierno les ofreció un abanico de instrumentos de financiación, entre los que se hallaba el programa de Asistencia al Trabajo y la Producción, y los créditos a tasa cero. Beneficios que, en algunos casos, ayudaron para paliar la crítica situación pero que no impidió que otros tantos tuvieran que bajar la persiana.
Se sabe que el sector Turismo, la tan mentada industria sin chimeneas, es una actividad que genera empleo directo e indirecto, con un efecto multiplicador sobre las economías regionales que lo vuelve clave en diversas zonas del país. Sin turistas, la cadena se corta. Tan relevante es el rubro que representa aproximadamente el 10% del PBI y aporta casi el mismo porcentaje en materia de creación de puestos de trabajo.
Por lo pronto, el 1 de diciembre el Gobierno dio bandera verde y el país quedó abierto para la circulación turística entre provincias y la recepción de turistas provenientes de países limítrofes. La gran duda que tienen los empresarios, sin embargo, es si la supuesta normalidad podría cumplirse tal como lo expresa la fría letra del decreto.
Del otro lado del teléfono, Aldo Elías, presidente de la Cámara Argentina de Turismo, le cuenta a Fortuna cuál es su proyección para el sector.
“La realidad es que tenemos un horizonte de dos años de actividad turística que va a rondar no más allá del 25 o 30% de la capacidad productiva de las empresas del sector, producto del miedo natural y la falta de vacunas, además de la situación económica. Finalmente habrá un reordenamiento en la nueva forma de viajar”.
Y agrega. “Uno de los grupos más importantes era la tercera edad, que hoy va a dejar de viajar como lo hacía antes. Los destinos más lejanos y exóticos quedarán afuera de la conversación, los de proximidad crecerán mas, reaccionarán. Todo esto dentro de un marco más bien restrictivo”.
El dirigente empresarial deja en claro que “el tema central pasa por la responsabilidad individual y colectiva de la sociedad. Los protocolos son exhortos que tienen mucho de sentido común y poco de magia. Si cumplimos con distancia e higiene, es difícil contagiarse del covid. Frente a cada apertura hemos reaccionado obviando estos preceptos y creyendo que la apertura significaba que no había más pandemia”.
Elías piensa también que este verano “la gente va a elegir los destinos con menor cantidad posible de turistas. Va a privilegiar no las ciudades emblemáticas y sí los pueblos o ciudades periféricas. Que les puedan garantizar tranquilidad. No hay ganadores ni perdedores. También hay que tener en cuenta la situación económica y laboral de muchísima gente. Existe una alta incertidumbre por el desempleo, si conservarán el puesto de trabajo, cómo será su ritmo si son actividades que se han vuelto activar luego de estar cerrado. Será un verano complicado”.
Uno de los esquemas que montó el Gobierno para estimular el turismo durante las próximas vacaciones de verano es el sistema de previaje, en el cual el comprador puede presentar el comprobante correspondiente y recibe el 50% de lo que haya gastado para utilizar en ese u otro viaje por el país durante 2021.
Puesto en vigencia el sistema, el destino que picó en punta fue Bariloche. Lagos, bosques y montañas parecieran ser, al menos a primera vista, lugares mucho más saludables para evitar la aglomeración de personas en tiempos de pandemia. Una lógica que pudo apreciarse se plasmó también en Europa durante el verano boreal.
“Tenemos las mejores expectativas –le dice a Fortuna la titular de la Cámara de Turismo de Bariloche,
El turismo es vital para el país. Aporta cerca del 10% del PBI y casi el mismo porcentaje en materia de creación de puestos de trabajo.
Belén García Bertone-. Este tipo de productos son buscados post pandemia o transitándolas. Bariloche y la región tienen el encanto y las cualidades para pensar en las próximas vacaciones. Naturaleza, aire libre, distanciamiento social, cabañas, departamentos, bungalows”.
Las condiciones está dadas, pero la incertidumbre se clava como una estaca: “Tenemos todos los condimentos, pero necesitamos previsibilidad para que la gente se anima a salir, reglas claras”, aclara.
En cuanto a la realidad del sector, García Bertone enfatiza que “la situación del turismo es crítica. Todas las medidas y pasitos que podamos ir dando son bienvenidos. Pero tenemos que contar con una política clara de apertura de rutas”. La dirigente no lo dice, pero el acceso por tierra se ha vuelto difícil debido a que existen provincias como La Pampa y Neuquén que se han tornado prácticamente intransitables a raíz de los requisitos en tiempos de pandemia.
De alguna manera, en Bariloche la próxima temporada se tomará como una oportunidad para empezar a reconstruir desde los escombros. El efecto de la cuarentena fue devastador. “Hubo mucho cierre de empresas –asegura García Bertone-. Lo comercial
también tuvo un impacto fuerte. Bariloche perdió de facturar desde fines de marzo y hasta el 30 de octubre alrededor de 13.000 millones de pesos. No hay ayuda estatal que pueda sostener una ciudad trabajando. Va a ser muy difícil retomar el ritmo normal”.
En la provincia de Salta el turismo también representa buena parte de los ingresos del sector privado y del estatal. El presidente de la Cámara de Turismo, Carlos Eckhardt, no utiliza eufemismos cuando lo consulta esta revista: “Estamos en una situación de emergencia”.
Y agrega: “Con honestidad intelectual, hay que decir que el panorama es difícil. La provincia de Salta está trabajando desde el mes de abril en la construcción de protocolos. El sector privado ha contribuido para desafiar esta inercia que era ya una bola de nieve. La provincia tomo la decisión de abrir el turismo interno y el 9 de noviembre solicitamos autorización sin respuesta aun para prolongar a países limítrofes para llegar a Salta. Desde el 1 de diciembre abrimos a las provincias del NOA, Jujuy, Catamarca, Santiago, Tucumán y La Rioja. Y a partir del 1 de enero abriremos a toda la Nación. Eso es lo proyectado”.
Como a todo negocio, la incertidumbre lo pone en jaque. Según el dirigente, uno de los principales problemas que enfrenta la provincia es la baja conectividad aérea, luego de que muchas empresas decidieran directamente retirarse del mercado durante la pandemia. En el 2019 tenía Salta 124 vuelos semanales con empresas como Aerolíneas Argentinas, Latam, Copa y Amazonas. Pero estas últimas se han ido y sólo quedan 12 vuelos mensuales de Aerolíneas. “Si no vuelan las low cost, con una oferta amplia, es poco factible que el turismo se sostenga”, argumenta Eckhardt.
“El Turismo necesita previsibilidad. Si no hay conectividad aérea, no hay transporte para turismo, si el acceso terrestre es difícil, si hay fronteras interprovinciales cerradas, se complica. Será difícil sostener un día a día. La base de la construcción es la confianza”, sostiene.
Según el empresario salteño, “el 19 de marzo cerramos las puertas y muchas empresas no volverán a abrir.
Otras abrieron a prueba y error. Hasta julio no estamos en condiciones de hacer balance económico. Serán balances técnicos. Todos los destinos del país van a salir a competir por el turismo nacional, la torta no se va a ampliar. Se van a disputar las porciones. El verano es corto y hay mucha indefinición”.
Eckhardt es categórico: “Dependemos mucho más de la suerte, y no estamos acostumbrados a trabajar así, sino que somos profesionales. El sector está en muy malas condiciones, las