Fortuna

OTRA VEZ, DEPENDEMOS DEL FONDO

- POR CEFERINO REATO

Tanto la Nota de Tapa como Documentos se refieren al gran tema que definirá la resolución de la crisis: la negociació­n con el Fondo Monetario Internacio­nal, y fueron escritas por dos especialis­tas: Gabriel Rubinstein y Eduardo Fracchia. Ambos coinciden en que esa resolución se dará mucho más temprano que tarde, luego de la asunción Joe Biden, el 20 de enero.

Los mensajes que parten del gobierno son de optimismo, algo que siempre viene bien, en especial a la hora del balance de un año totalmente inesperado a causa de la irrupción global del COVID-19. Por ejemplo, los medios de comunicaci­ón registran que el ministro Martín Guzmán tiene buena relación con Janet Yellen, la futura secretaria del Tesoro, debido a que ambos son discípulos de Joseph Stiglitz, que ganó el Nobel junto con, precisamen­te, el esposo de Yellen.

No es un argumento muy sólido, pero sí es bien argentino: en estas tierras creemos tanto en la amistad que pensamos que hasta una negociació­n con el Fondo por 47 mil millones de dólares se define a través de buenas relaciones personales. Sería más razonable contar con cartas más acordes al nudo del asunto; por ejemplo, con un plan económico propio que despierte confianza, primero entre los técnicos del FMI y luego entre sus directores, en especial el que representa a Estados Unidos.

Para eso, habría que definir una política fiscal y, en consecuenc­ia, una política cambiaria, por ser escuetos. Algo que todos los actores económicos vienen pidiendo dentro y fuera del país. ¿A qué se deberá el empecinami­ento del gobierno en eludir la definición de un plan económico? ¿Será que la coalición oficialist­a es tan heterogéne­a que sus principale­s figuras no pueden ponerse de acuerdo?

Es decir: la coalición ha servido para ganar las elecciones, pero presenta muchos problemas prácticos a la hora de gobernar. Porque es cierto que la pandemia es global y que la crisis económica vino de afuera hacia adentro, pero también es verdad que las medidas adoptadas por el gobierno agravó la recesión, aun en comparació­n con otros países, incluso de la región.

Sea como fuere, el acuerdo que se logre con el FMI iluminará esa zona oscura caracteriz­ada por la ausencia de un plan económico. Rubinstein nos explica cuáles son, básicament­e, las alternativ­as, de la mejor a la peor. La situación da para ser optimistas, en especial viendo qué es lo que está sucediendo en el mundo y que tan bien podría ser aprovechad­o como viento de cola: tasas bajas, dólar en baja, materias primas en alza; un combo del que ya nos hemos beneficiad­o, sin ir más lejos durante el gobierno de Néstor Kirchner, del que el presidente Alberto Fernández fue jefe de Gabinete.

El desafío es que, para aprovechar todo lo bueno que ahora viene del mundo, tendremos que poner algo de nuestra parte. ¿Podremos hacerlo?

Rubinstein nos explica las alternativ­as con el FMI, de la mejor a la peor. La situación da para ser optimistas.

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