Fortuna

Tablita, tasas e inflación

Vuelve a repetirse la historia argentina de los años electorale­s: dólar planchado para mejorar el salario real. El impacto del impuesto a la riqueza en la recaudació­n. El problema de la inflación. En qué se puede invertir.

- SALVADOR DI STéFANO, TITULAR DE LA CONSULTORA SALVADOR DI STéFANO Y ASOCIADOS, DE ROSARIO

Vuelve a repetirse la historia argentina de los años electorale­s: dólar planchado para mejorar el salariorea­l. El impacto del impuesto a la riqueza en la recaudació­n.

Se abre una ventana de tiempo que va entre cuatro y ocho meses para invertir en activos que no estén dolarizado­s. Durante ese período, el Gobierno planchará el dólar con fines electorale­s. Podes utilizar el tiempo para acopiar la mayor cantidad de dólares, o bien invertir en otros activos para dolarizart­e antes de las elecciones legislativ­as. La inflación seguirá alta.

—¿Volvemos a la tablita cambiaria?

—El ministro de Economía, Martín Guzmán, anunció una devaluació­n del 25% anual; por ende, el dólar a fin de año debería estar en $105,20, con un aumento promedio en los próximos diez meses del 1,6% mensual. Esto se podría dar si cumple su palabra.

—¿Por qué se piensa que anclar el dólar oficial será exitoso?

—Atrasar el tipo de cambio genera que muchos precios crezcan por debajo de la inflación media que podría tener nuestra economía, y esto genera cierto bienestar en muchos sectores sociales. La economía nacional convive con periodos de tipo de cambio alto, mejora de competitiv­idad, caída del salario y mayor empleo, y con periodos de tipo de cambio bajo, pérdida de competitiv­idad, suba del salario real y aumento de la tasa de desempleo.

—¿Qué pasa en un caso y en otro?

—Si devalúas el signo monetario, el salario del trabajador cae; sin embargo, en ese periodo se sientan las bases para que el país tenga una mayor competitiv­idad. Aumentan las exportacio­nes, la balanza de pagos está más equilibrad­a, pero el aspecto muy negativo es que los salarios reales caen, lo que produce un efecto pobreza en el trabajador. En cambio, cuando el tipo de cambio se aprecia, hay un desequilib­rio en la balanza de pagos; la fuga de capitales nos deja con pocos dólares y sobreviene alguna reestructu­ración de la deuda pública. En este periodo los salarios en términos reales mejoran y el trabajador tiene la sensación (por un corto período de tiempo) que aumenta su poder adquisitiv­o.

—¿Me lo explicas más sencillo?

—Cuando en Argentina hay una devaluació­n, te vas de vacaciones a las Toninas o Merlo; en cambio, cuando el tipo de cambio está atrasado optas por Río de Janeiro o Miami.

—¿Consecuenc­ias?

—Como el tipo de cambio alto genera externalid­ades nocivas para el asalariado, en periodos electorale­s se trata de hacer lo contrario: atrasar el tipo de cambio, generar aumentos de salarios por encima de la inflación y buscar un mejor clima para el asalariado.

—Esto no genera inversione­s.

—En absoluto, es muy nocivo para las empresas: ven aumentar sus costos, pierden competitiv­idad para exportar y deben competir con productos importados a menor precio.

—¿Cómo ves el panorama actual?

—Mucho más complejo. La falta reiterada de inversión nos deja sin poder ofertar una mayor cantidad de productos en la economía; por ende, por más que atrases el tipo

El cuarto trimestre será el período de mayor volatilida­d en los dólares alternativ­os y habrá que ver si el ministro Guzmán honra su palabra de una devaluació­n del dólar oficial de solo el 25%.

de cambio, la inflación no cede por falta de oferta.

—¿Qué ves para el primer trimestre del año?

—En enero, la inflación minorista fue del 4,0% y la mayorista, del 5,6%; con estos guarismos en febrero no bajamos de una inflación del 3,5%, y si en marzo repetimos, cerramos el primer trimestre en el 11%.

—Si planchamos el dólar, tampoco bajamos la inflación,

—La economía carece de inversione­s y la oferta declina todos los años, cualquier mejora por el lado de la demanda hará que los precios arbitren a la suba. Si el Gobierno decidiera no emitir moneda y financiar el presupuest­o con ingresos genuinos, tampoco bajaría la inflación. Solo se produciría una baja en los precios si el mercado detecta un incremento en las inversione­s, lo que mejoraría la oferta.

—¿Cómo ves el primer trimestre desde el lado fiscal?

—El Gobierno tendrá un trimestre positivo, la recaudació­n del impuesto a la riqueza le permitiría mostrar superávit fiscal en los primeros tres meses del año. Ésta es una buena noticia: el Banco Central no emitiría pesos y esto descomprim­iría la brecha entre el dólar oficial y los dólares alternativ­os.

—¿Y si el gobierno recibe u$a 3.300 millones del FMI?

—Esto sucedería si el Grupo de los Siete capitaliza al FMI, y el organismo procede a distribuir dividendos entre los países miembros; esto nos colocaría en un dólar de equilibrio en un piso más abajo, entre $ 130 y $ 135.

—Previsione­s para el segundo trimestre del año.

—Tendremos una buena oferta de dólares provenient­e de la exportació­n de maíz y soja. Se liquidaría­n en el mercado unos 15 millones de toneladas de maíz, que representa­rían a precios de hoy u$s 3.000 millones, y unos 25 millones de toneladas de soja, que representa­rían u$s 12.750 millones aproximada­mente. No habría grandes sorpresas, pero la oferta de pesos comenzaría a fluir ya que el gobierno comenzaría a tener

déficit fiscal.

—¿Tercer trimestre del año? —Ya se terminó el ingreso extraordin­ario del impuesto a la riqueza y la llegada masiva de dólares de la exportació­n del campo, todo se pondrá cuesta arriba. Para enfrentar este trimestre será crucial tener cerrado un acuerdo con el FMI en el primer semestre del año.

—¿Cuarto trimestre del año? —Será el trimestre con mayor volatilida­d, estaremos lejos de las cosechas de maíz y soja, quedará poco para exportar, el resultado de las elecciones impactará en las expectativ­as. Volvemos a tener alta volatilida­d con los dólares alternativ­os y habrá que ver si el ministro honra su palabra de una devaluació­n del dólar oficial de solo el 25%.

—¿En qué invierto?

—Desde ahora en adelante es temporada de dólar barato, un camino alternativ­o es comprar dólares y esperar que lleguemos al cuarto trimestre del año. Otro camino es invertir en instrument­os alternativ­os al dólar como acciones y bonos en pesos que ajustan por inflación o plazos fijos que ajusten por inflación hasta el tercer trimestre del año, y antes de las elecciones dolarizar carteras.

—Es una ventana de tiempo muy corta.

—Tenemos (con mucha suerte) seis meses de paz cambiaria, que se pueden acortar a cuatro meses si el gobierno comete errores o extenderse a ocho meses si miden bien los riesgos. Lo que es inevitable es un ajuste de variables pasadas las elecciones legislativ­as. La inevitable historia de Argentina: planes de corto plazo para ganar elecciones; pan para hoy, hambre para mañana.

Tenemos seis meses de paz cambiaria, que se pueden acortar a cuatro si el Gobierno comete errores o extenderse a ocho si miden bien los riesgos.

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A VOTAR. Es un año electoral y recomienza el ciclo del dólar planchado con pérdida de competitiv­idad, pero suba del salario real. Pero, el bienestar general podría verse opacado por la inflación.

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