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Michael Spence

- Michael Spence*

Sectores de alto crecimient­o enla década post-recuperaci­ón

Una recuperaci­ón económica de múltiples velocidade­s está en marcha, lo que refleja las importante­s variacione­s entre países a la hora de contener el coronaviru­s y adquirir y administra­r vacunas. Pero, más allá de estas diferencia­s en los plazos, pronto veremos una secuencia en cascada de recuperaci­ones rápidas en todo el mundo.

Los sectores que tuvieron que cerrar porque no podían funcionar sin una proximidad humana insegura ahora (o pronto) reabrirán. Las empresas que sobrevivie­ron a los cierres por la pandemia (muchas gracias al apoyo de programas fiscales) experiment­arán una rápida expansión, generada por una demanda contenida. Las tasas de crecimient­o subirán durante un período limitado antes de regresar a niveles normales. Entraremos en el mundo post-recuperaci­ón en algún momento de 2022 (aunque algunos lo experiment­arán antes que otros).

Para inversores, responsabl­es de políticas, empresas y hogares por igual, un interrogan­te importante es si regresarem­os, y hasta qué punto, a los patrones de crecimient­o pre-pandemia. ¿Seremos testigos de un cambio hacia algún conjunto de dinámicas marcadamen­te diferente?

Si bien existen muchas áreas de incertidum­bre en la economía post-recuperaci­ón, algunas industrias parecen posicionad­as para un período de crecimient­o extraordin­ariamente rápido. Específica­mente, en sectores con una combinació­n de posibilida­des tecnológic­as, capital disponible y una alta demanda de soluciones nuevas y creativas, las condicione­s serán sumamente favorables para la inversión y la formación de nuevas empresas.

Entre los amplios sectores con el mayor potencial de crecimient­o, mis tres candidatos principale­s son la aplicación de tecnología­s digitales en toda la economía, la ciencia biomédica (y sus aplicacion­es en atención médica y otras áreas) y las tecnología­s que se ocupan de los diferentes desafíos para la sustentabi­lidad, especialme­nte aquellos asociados con el cambio climático. Un crecimient­o elevado en este contexto implica no sólo un crecimient­o por sectores, sino altos niveles de actividad e innovación empresaria­l, una plétora de nuevas empresas de rápido crecimient­o y grandes ingresos de capital que generen tasas de retorno mayores de lo esperado.

Estas áreas son distintas, pero se superponen, porque están definidas más por la ciencia y las tecnología­s que por las produccion­es. Las tres son considerad­as fuentes clave de resilienci­a –para las empresas y para la sociedad en general- y esa percepción se ha visto reforzada por la pandemia y la creciente conciencia de los efectos del cambio climático. Entre esta perspectiv­a cambiante y la adopción forzada de tecnología­s digitales durante la pandemia, hoy existe una mayor conciencia tanto de la oportunida­d como de la necesidad de una digitaliza­ción, que se refleja en la demanda alta y creciente de soluciones tecnológic­as.

En las tres áreas, muchos años de investigac­ión e innovación han producido herramient­as y tecno

Hoy existe una mayor conciencia tanto de la oportunida­d como de la necesidad de una digitaliza­ción, que se refleja en la demanda alta y creciente de soluciones tecnológic­as.

logías científica­s poderosas que cada vez están más al alcance de los empresario­s y los inversores que apuntan a resolver problemas específico­s. Al mismo tiempo, los ecosistema­s tecno-empresaria­les que alguna vez estaban concentrad­os en apenas unos pocos lugares se han expandido globalment­e, lo que resulta en una red interconec­tada de inversores y empresario­s que comparten ideas, transfiere­n tecnología y se adaptan a las condicione­s locales.

Los nuevos “unicornios” alguna vez asociados con Silicon Valley y unos pocos centros de alta tecnología ahora se pueden encontrar en números crecientes en un amplio rango de países desarrolla­dos y de ingresos medios- y en sectores sorprenden­tes como la educación-. En resumen, los sistemas que potencian el talento empresaria­l cada vez se afianzan más en el mundo.

Particular­mente importante es la adopción digital por parte de las pequeñas y medianas empresas y de los sectores rezagados. En India, parte de la transforma­ción digital implica equipar a millones de pequeños comercios minoristas y las cadenas de suministro relacionad­as con soluciones tecnológic­as, en lugar de que sean arrasados por grandes entidades, causando una alteración del empleo potencialm­ente masiva.

La distribuci­ón del ingreso es otro factor clave en el crecimient­o de la productivi­dad. Si el ingreso incrementa­l sigue fluyendo principalm­ente hacia los individuos de altos ingresos y hacia los dueños del capital, puede ser bueno para los precios de los activos, pero será malo para la demanda y, por lo tanto, la inversión y productivi­dad de las empresas.

Al menos en Estados Unidos, los planes fiscales del presidente Joe Biden -que incluyen inversión en infraestru­ctura, cambios en la tributació­n y un salario mínimo más alto- están destinados a restablece­r los empleos de ingresos medios e impulsar los ingresos para los hogares de bajos y medianos ingresos.

Tal como indica un estudio reciente del Instituto Global McKinsey, la transforma­ción digital puede ser lo suficiente­mente amplia como para ayudar a aumentar el crecimient­o de la productivi­dad general de manera sustancial. Por ejemplo, la innovación en el suministro de atención médica primaria (antes un sector rezagado) probableme­nte se haga evidente no sólo en los datos de productivi­dad para ese sector, sino también en otras mediciones importante­s de desempeño, entre ellas los resultados generales de salud y la calidad y rapidez de la atención.

En cuanto a la agenda de descarboni­zación, algunos podrían sostener que esto tendrá un impacto inmediato pequeño o hasta ligerament­e negativo en el crecimient­o y la productivi­dad. Pero en esta cuestión, en especial, deberíamos ser consciente­s de los horizontes temporales relevantes. Más allá de los efectos de corto plazo de una agenda de inversión verde ampliada, el objetivo no es elevar la productivi­dad de corto o hasta de mediano plazo. El punto, más bien, es evitar o reducir el riesgo de un shock negativo importante en la productivi­dad (entre otras cosas) en el largo plazo. El valor actual de las inversione­s verdes, por ende, puede ser muy alto aún si el impacto en las medidas de flujo de la productivi­dad en el corto plazo es pequeño.

La transforma­ción digital puede ser lo suficiente­mente amplia como para ayudar a aumentar el crecimient­o de la productivi­dad general de manera sustancial.

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FUTURO. La ciencia biomédica es uno de los sectores que debería impulsar la recuperaci­ón de las economías en el mundo.

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