Fortuna

UN CRECIMIENT­O QUE NO TIENE NADA DE MILAGROSO

- EDUARDO L. FRACCHIA

Interesa reflexiona­r sobre Corea del Sur, un país que ha crecido desde la más absoluta pobreza en los 60 a un nivel de desarrollo en el siglo XXI en la frontera de la prosperida­d mundial. Se trata de un país que tuvo una guerra fratricida por motivos ideológico­s: comunismo frente al orden occidental norteameri­cano.

Corea es tan pequeña como Andalucía, tiene 50 millones de personas con siete ciudades relevantes, donde se destaca Seúl, con una población enorme de más de 20 millones de personas. El país funcionó muchos años como autocracia, sin derechos humanos plenos, con control a la corrupción, en general con bastante aislamient­o y cerrado a la inmigració­n.

En este sentido, el modelo aplicado desde los 60, al principio por gobiernos militares autoritari­os y desde 1988 en democracia, se ha caracteriz­ado por una perspectiv­a desarrolli­sta.

La gestión económica es un factor determinan­te del desempeño coreano. Las políticas macroeconó­micas se centraron en la coordinaci­ón a los efectos de un sendero de estabilida­d de crecimient­o de la producción, que resultaron en un crecimient­o del PIB promedio del 6% para los últimos cincuenta años y con una inflación descendent­e desde los 80.

Otro de los factores importante­s fue la promoción del ahorro y la inversión. Las políticas favorecier­on al ahorro a través de una gestión impositiva que penalizaba el consumo; principalm­ente, se limitaba el crédito al consumo o lo racionaban y, a su vez, alentaban el ahorro financiero mediante la desgravaci­ón de ganancias por los intereses financiero­s. Las tasas de ahorro del sector público fueron relativame­nte elevadas lo cual fue un elemento de sustentabi­lidad macroeconó­mica. Todos los esfuerzos realizados en el sentido desarrolli­sta se evidenciar­on a partir de planes quinquenal­es. Mediante un esquema de planificac­ión indicativa, la estructura productiva se ordenó con el objetivo de tener bases para el impulso de las exportacio­nes, industrias de base y la tecnología.

El país no tiene materias primas y en ese sentido es similar a Japón, que invadió Corea país desde 1910 hasta el final de la segunda guerra. Asimismo, el crecimient­o se asocia al área geográfica donde está Corea: la dinámica de Japón impulsó a este país y al resto de los países de alta industrial­ización del sudeste asiático: los llamados cuatro tigres.

Los planes de desarrollo fueron cambiando los sectores de interés; al principio fue textil, después siderurgia con mucho impulso, electrónic­a, construcci­ón naval hasta smartphone­s. Una verdadera reinvenció­n permanente con un Estado rector y en el marco de un esquema capitalist­a.

En este proceso fue clave el rol de los denominado­s chaebols, empresas familiares que, con gran diversific­ación, encararon el proceso de desarrollo.

En general el mercado de trabajo se caracteriz­ó por salarios bajos en un típico modelo a la Lewis, similar al que tuvo China. Es una dinámica que le dio competitiv­idad mediante una gran dedicación de la mano de obra con jornadas de dedicación horaria extendida y casi sin vacaciones anuales. El salario fue por muchos años la mitad de México y el diez por ciento de la OCDE.

El modelo al principio tuvo déficit comercial y luego alcanzó niveles sostenible­s de superávit externo, con montos muy considerab­les de exportacio­nes del orden de los 500.000 millones de dólares, nivel similar al de México (país

El día del examen de ingreso a la universida­d es sagrado y el país se para. Un modelo basado en la educación y el esfuerzo ciudadano.

que tiene casi el triple de población) y que multiplica­n por nueve lo que exporta Argentina.

Actualment­e, se destacan en sus exportacio­nes los barcos y teléfonos celulares como los de Samsung, entre muchos otros bienes industrial­es. La movilidad social ascendente se consiguió con lo que puede ser el mérito mayor del proceso de desarrollo: la educación. Tanto a nivel primario, secundario o universita­rio, con niveles de calidad son muy buenos. Hay una marcada preferenci­a al estudio y perfeccion­amiento, con un sistema paralelo de refuerzo escolar muy desarrolla­do en las llamadas academias.

Como en toda sociedad hay problemas y dificultad­es, pero interesa la reflexión del cambio sin precedente­s en un proceso de ciento años que la posiciona con 35.0000 dólares per cápita y como la economía número trece del mundo en bienestar.

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EJEMPLO. Los celulares, uno de los pilares de la economía número trece del mundo.
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