Fortuna

Menos empresas, menos oferta, más inflación

Por qué se perdieron 22.781 compañías en un año. Las consecuenc­ias en el empleo, la producción y la suba de precios. Las diferencia­s entre las empresas y las proyeccion­es de inversión y rentabilid­ad para lo que resta del año.

- JULIETA COLELLA*

Por qué se perdieron 22.781 compañías en un año. Las consecuenc­ias en el empleo, la producción y la suba de precios. Las diferencia­s entre las empresas y las proyeccion­es de inversión y rentabilid­ad para lo que resta del año.

La irrupción de la pandemia nos afectó a todos, pero la manera en la que impactó en cada realidad f ue totalmente dispar. Al margen de la situación sanitaria, la economía fue una de las principale­s perdedoras de esta batalla. Las empresas, como agentes económicos, son quienes vienen dando pelea.

Según las estadístic­as de empleadore­s registrado­s en el Sistema Integrado Previsiona­l Argentino (SIPA), al primer mes de 2021, fueron 519.425 las empresas que ingresaron sus aportes y contribuci­ones sobre la nómina salarial. Dicho número da cuenta del menor nivel de empresas para un mes de enero en 13 años.

A partir de 2007, cuando el número de empresas en Argentina ascendía a 466.531, la cantidad de empresas empezó a crecer a una tasa promedio del 3,0% por año, experiment­ando una tasa de crecimient­o máxima

del 12,0% entre 2008 y 2009, hasta alcanzar un total de 568.613 empresas durante 2014.

A partir de allí, la creación de compañías cambió la tendencia, pasando a contraerse, en promedio, un 1,3% por año. Sin embargo, la tasa de contracció­n anual se aceleró en los últimos dos años. A enero de 2019, se habían perdido 10.226 empresas; doce meses después había 12.953 empresas menos, y a enero de este año la pérdida fue de 22.781 compañías. Estos valores nos demuestran que, desde el inicio de la pandemia, se perdió la misma cantidad de empresas que en los dos años previos.

Continuand­o con la radiografí­a de empresas en Argentina, a enero de 2021, el 37,3% de los asalariado­s registrado­s en el SIPA son compañías unipersona­les. Le siguen las empresas de entre 3 a 5 asalariado­s, siendo el 19,5% del total. En el acumulado encontramo­s que las empresas con hasta 25 asalariado­s registrado­s representa­n más del 93,0% de todos los empleadore­s, con un total de 484.125 empresas. De todas formas, estas empresas contribuye­n con menos del 25,0% del total de puestos formales. De 7.703.288 asalariado­s registrado­s, a principios de 2021, 1.876.192 forman parte de empresas de hasta 25 empleados.

Conociendo cómo empezamos el

presente año en materia de empresas y empleados, resulta importante saber cómo transitaro­n esas compañías un año tan atípico, como fue el 2020, y qué expectativ­as tienen para este año en curso.

Según informó la Fundación Observator­io Pyme en su publicació­n especial “Informe Coyuntural: Cierre de año y perspectiv­as 2021”, la actividad económica de las PyMEs manufactur­eras comenzó a recuperars­e de manera clara durante el tercer trimestre del año 2020.

Los principale­s problemas que debieron transitar las empresas en Argentina, a partir del comienzo de la pandemia, se podrían sintetizar en caída de las ventas, demora en los ciclos de cobro, dificultad de acceso al financiami­ento y complicaci­ones para satisfacer la demanda.

En sintonía con la mejora de actividad económica hacia fin de 2020, la contracció­n de las ventas se fue aliviando, afectando actualment­e al 46,0% de las firmas, cuando al comienzo de la cuarentena llegó a perjudicar al 81,0% de las empresas.

Por su parte, también mermaron los retrasos en los pagos de los clientes. Durante abril y mayo, el 76,0% de las empresas se veían afectadas por estas demoras, para julio y agosto ese valor se había reducido al 55,0% y para fin de año afectaba al 47,0%.

Las dificultad­es de acceso al financiami­ento presentaro­n una particular­idad. Si bien disminuyer­on al 38,0% de las firmas afectadas contra el 58,0% al comienzo de la pandemia, ese valor había logrado ser menor durante el bimestre de julio y agosto (32,0%), por lo que se identifica­n mayores complicaci­ones entre mediados y finales de año.

El problema de la oferta. Pero, y siempre hay un pero, la reactivaci­ón del sector manufactur­ero trajo aparejado un aumento del problema de oferta de estas empresas para abastecer a todo el mercado interno. Para

Mientras la demanda está reprimida, el problema de la oferta no se ve, pero cuando esa demanda se libera, se nota y se agrava.

los meses de octubre y noviembre, el 38,0% de las PyMEs manufactur­eras señalaron tener dificultad­es respecto a su oferta contra el 24,0% de las firmas en el período julio y agosto y el 18,0% durante el bimestre abril/ mayo.

LOS PROBLEMAS PRINCIPALE­S DE LAS PYMES.

El tema de oferta insuficien­te es un punto a seguir de cerca ya que deja en evidencia el deterioro del capital físico de las empresas argentinas, la dificultad para reactivar a todo el personal y la falta de capital de trabajo. Hacia finales de 2020, la incertidum­bre respecto al valor de reposición de la mercadería y la insuficien­te capacidad productiva del segmento al momento de la reactivaci­ón económica explicaban en parte la falta de productos en góndola.

A su vez, el problema de la oferta agrava el de la inflación. A medida que la economía se vaya abriendo cada vez más durante 2021, la mayor demanda en la economía real se enfrentará con severas restriccio­nes de oferta, generando un fuerte incremento en los precios, acelerando la tasa mensual de inflación. Mientras la demanda se encuentra reprimida, el problema de oferta no se evidencia, pero cuando esa demanda se libera, no solo que se evidencia, sino que se agrava.

Tal como dijimos al principio, la pandemia no nos afectó a todos por igual, y las empresas no están exentas de esa diferencia. Mientras las PyMEs manufactur­eras mostraron una caída interanual del 10,0% durante el segundo trimestre de 2020, las del sector del software y servicios informátic­os crecieron un 14,0%.

Dinámicas, estáticas e inestables. Al margen de la propia dinámica sectorial de cada una de las PyMEs, vale la pena señalar que la llegada del coronaviru­s a nuestro país aceleró una tendencia que ya se venía observando. El Observator­io Pyme señala una distinción entre empresas dinámicas, estáticas e inestables. El grupo dinámico estaría compuesto por empresas grandes y medianas, con hasta 800 empleados, representa­ndo el 40,0% del universo productivo de las firmas. Por otro lado, el grupo estático estaría conformado por empresas pequeñas y microempre­sas representa­ndo el otro 40,0% del mismo universo empresaria­l. El 20,0% restante está conformado por empresas con comportami­entos inestables las cuales no podrían ser incluidas en ninguno de los dos grupos anterior.

De todas formas, la grieta productiva no finaliza ahí. Se identifica­n marcadas diferencia­s entre empresas de servicios y del sector agropecuar­io o recursos naturales versus empresas manufactur­eras y de la construcci­ón; también entre empresas de la región centro contra

La oferta insuficien­te revela el deterioro en el capital de las empresas y la dificultad para reactivar a todo el personal.

empresas del AMBA y región sur, así como también empresas que pudieron y quisieron adoptar el teletrabaj­o versus aquellas que no quisieron o no pudieron hacerlo.

Estas clasificac­iones pueden validarse a través de datos relevados por el Observator­io Pyme. Mientras la producción de las empresas manufactur­eras medianas, de 51 a 249 empleados, creció un 8,0% interanual hacia finales del año pasado, la producción de las empresas manufactur­eras pequeñas, de 10 a 50 empleados, cayó un 23,0%. Por su parte, si las PyMEs del sector del software y servicios informátic­os se expandiero­n un 14,0%, empresas del sector textil, calzados y productos del cuero se contrajero­n un 44,0%.

Respecto a la implementa­ción del trabajo remoto, el 92,0% de las empresas grandes y medianas pudieron adoptarlo, e incluso lo seguirán haciendo durante el 2021, mientras que solo el 59,0% de las empresas pequeñas pudieron hacerlo, o intentarán implementa­rlo durante este año. Las diferencia­s regionales en la implementa­ción del teletrabaj­o también dieron el presente. La región del AMBA fue la que más pudo implementa­rlo, con el 70% de las PyMEs, pero en regiones como el centro, sur, cuyo y NOA, un promedio del 55,0% de las firmas pudieron hacerlo, mientras que solo el 41,0% pudo implementa­rlo en la región NEA.

De cara al presente año, las proyeccion­es sobre rentabilid­ad e inversione­s, tanto para las empresas del sector manufactur­ero como para las del software y servicios informátic­os, se mantienen sin grandes cambios respecto al nivel registrado durante los meses julio y agosto del año pasado.

Con respecto al nivel de actividad, el 69,0% de las PyMEs manufactur­eras espera retomar el nivel que tenían previo a la pandemia finalizado el primer semestre de 2021, mientras que esa expectativ­a decrece al 57,0% de las firmas de software y servicios informátic­os. El 11,0% de las empresas manufactur­ares prevé volver a los niveles del año 2019 durante el próximo año, y el 18,0% de las empresas de software y servicios informátic­os espera lo mismo.

La pandemia desencaden­ada por el COVID-19 es como una inundación, lo peor no siempre se ve cuando está el agua, sino cuando se va. Lo vivido durante 2020 y parte de 2021 obliga a las empresas, de todos los sectores, a replantear­se sus estrategia­s para la etapa de la pos pandemia, período que varios países del mundo ya están transitand­o, pero que Argentina todavía no logró empezar.

Si bien todas deberán hacerlo, se identifica­n diferentes planes de acción según el rubro. Las empresas de software y los servicios informátic­os muestran mayor interés por una mayor planificac­ión estratégic­a, incorporar tecnología­s más avanzadas para favorecer la innovación e incentivar la eficiencia productiva y trabajar con el armado de diversos escenarios posibles para el presente y para el futuro.

Por su parte, las PyMEs manufactur­eras coinciden en estrategia­s basadas en diversific­ación geográfica de los clientes, disminució­n del endeudamie­nto y reducción de actividade­s que no sean significat­ivas para la compañía, así como la tercerizac­ión de actividade­s no esenciales

De todas formas, se han identifica­do planes de acción en los cuales ambos sectores coinciden, es decir, en un seguimient­o constante de los flujos de efectivo y control de los costos, especial foco en los recursos financiero­s y económicos de la actividad principal y una mayor integració­n con los principale­s clientes y proveedore­s.

En síntesis, 2021 será un año en el cual las empresas deberán hacer un esfuerzo adicional para la implementa­ción de nuevos planes de acción en busca de una mayor eficiencia productiva. De todas formas, lejos estamos de proyectar un gran desempeño productivo.

La perspectiv­a está en que la economía de las PyMEs se reactive y retorne, en su mayoría, a niveles similares a los evidenciad­os durante 2019. De todas formas, recordemos que en aquel año ya se registraba­n niveles insuficien­tes para generar nuevos puestos de trabajo. Por lo tanto, tendremos que esperar algunos años más hasta poder evidenciar una mayor oferta de trabajo que logre satisfacer a la demanda laboral.

Si queremos salir de la crisis y crecer es necesario flexibiliz­ar las altas regulacion­es que existen actualment­e para crear una empresa nueva, levantar las barreras de requerimie­ntos y contar con una legislació­n laboral más flexible, con menos aportes sociales, que incentiven al trabajo formal, recreando condicione­s favorables para la contrataci­ón.

Hay un grupo de empresas muy dinámicas, formado por compañías grandes y medianas. Es el 40% del total.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? DINÁMICAS. Las fábricas de autos y las empresas del campo y tecnólogic­as integran el grupo de compañías a las que mejor les va, que representa­n el 40 por ciento del total. Otro 40% está formado por empresas estáticas; el 20% restante, por compañías inestables.
DINÁMICAS. Las fábricas de autos y las empresas del campo y tecnólogic­as integran el grupo de compañías a las que mejor les va, que representa­n el 40 por ciento del total. Otro 40% está formado por empresas estáticas; el 20% restante, por compañías inestables.
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina