Restaurante con vista al mar
Emplazado en una de las playas más lindas de Sydney, este restaurante inaugurado justo antes del comienzo de la pandemia por COVID-19, se destaca por su originalidad en la cocina, sus exquisitos sabores, su puesta en escena y sus vistas.
Emplazado en una de las playas más lindas de Sydney, Mimi´s se destaca por su originalidad en la cocina, sus exquisitos sabores, su puesta en escena y sus vistas.
En Sydney entienden de lujo y el restaurante Mimi´s ofrece una de las propuestas más interesantes. La ciudad está beneficiada por su geografía y sus locales gastronómicas sobre el agua, con vistas a la mundialmente reconocida Ópera y los cruceros que esperan por sus pasajeros para seguir viaje.
En este marco se encuentra Coogee, uno de los balnearios más antiguos de Australia que ofrece arenas blancas, piscinas naturales, parques y, desde hace un tiempo, un destacado complejo de restaurantes de pri
mera línea dentro del Coogee Pavilion. Allí abrió sus puertas en 2020 Mimi´s para recibir a locales, turistas, amantes del surf y de los nadadores que visitan la zona. La propuesta se complementa con otros dos establecimientos de igual categoría: el bar de cocktails Will´s y el bar de tapas “Una más”.
Vale la pena destinar algunos (varios) fondos del viaje para disfrutar de esta experiencia de mariscos, caviar y otras exquisiteces que se pueden acompañar de los mejores vinos y tragos del país. La propuesta es de las mejores aunque, también, de las más costosas.
El menú cambia constantemente para ofrecer lo mejor de cada día. De todas maneras, siempre comienza con pequeños bocadillos de gran sabor. Entre ellos se puede degustar un panisse cremoso de garbanzos con pétalos de lechuga capuchina e hilos de ajo silvestre; pinchos de pulpo en chile fermentado y ajo negro, además de un vol au vent de anguila ahumada. También hay ostras recién peladas, calamares a la parrilla, melón verde con jamón ibérico, pastilla de pierna de pato o papada de cerdo a la plancha con mostaza de ciruelas.
Pero eso es solo el principio. Este no se trata de un restaurante que solo sirve pequeñas piezas en enormes platos y uno se va con hambre. La misma carta le permite al comensal elegir un King George Whiting entero, un pescado costero típico del lugar, envuelto en kombu (alga comestible) y relleno de vieiras con aderezo de salsa de jengibre. No todo es mar. Las opciones también incluyen panceta de cerdo asada a la parrilla o alitas de pollo ahumadas con mantequilla y hojas de curry; atún crudo, cangrejo y pollo rostizado con setas de pino braseadas y lentejas beluga, entre otros deleites.
Para la hora del postre la variedad dulce incluye semifreddo de mango con granizado de jazmín, coco joven y lima; panna cotta de suero de leche, piña asada, helado de maracuyá y arroz inflado; y carrito de raspados con hielo de pino lima, natillas de vainilla y piña, entre otros sabores.
Como es tendencia en varias partes del mundo, el chef Jordan Toft despliega sus talentos en una cocina abierta, mientras que una sala contigua se curan sus propias carnes. A este concepto se suma que, al momento de diseñar el restaurante, los responsables descubrieron elementos art deco ocultos y curvas, las cuales fueron resaltadas y agregadas al proyecto con éxito. Su amplitud – que le permite diseminar las mesas blancas de manera espacia - y sus grandes ventanales completan una propuesta simple y refrescante, con vistas al océano a través de los pinos costeros.
Si bien se toman reservas con hasta 12 semanas de antelación también hay lugar para quienes llegan de manera espontánea al lugar y se diseñan banquetes para grupos de más de 8 personas (la capacidad máxima de los grupos es de 18). Para estos casos hay dos opciones de menú por 135 y 195 dólares australianos por persona.
El chef detrás. Jordan Toft trabajó en Europa y Estados Unidos antes de
● incorporarse al grupo Merivale, un grupo que cuenta con 70 marcas y locaciones. Es un excelente cocinero pretende obtener los mejores productos y prepararlos con una técnica engañosamente simple. En un momento en que la comida es informal, ofrece un toque de opulencia que lo destaca de sus colegas y no solo dirige Mimi´s, sino que también está a cargo de los otros dos restaurants del grupo. Para ellos desarrolló las cartas, siendo el cielo su límite para la creatividad culinaria. De brazos tatuados y barba, el joven cocinero trabajó anteriormente con el chef jecutivo Peter Doyle.
Sobre Coogee. Coogee es uno de los suburbios costeros más antiguos del país y está repleto de encanto. Además de sus vibrantes paisajes ofrece una inmensidad de actividades que van desde paseos por la costa hasta snorkel o buceo en un santuario acuático repleto de vida marina. Cuenta con cuatro piscinas oceánicas. Una de ellas, McIvers Baths,
es exclusiva para mujeres y niños, la cercana Wylie’s Baths tiene una terraza de madera elevada y la Ross Jones Memorial Pool está al lado del club salvavidas de surf. Giles Baths
EN EQUIPO. Varios cocineros preparan, a la vista, los platos que piden los comensales que han hecho sus reservas hace semanas o que llegan de manera espontánea al lugar. Además de las propuestas del menú, que cambian constantemente según los productos disponibles, también hay banquetes para grupos. es una piscina de roca natural al pie del promontorio norte.
La zona está conectada – por un camino costero – a Bondi Beach, uno de los spots más famosos de la capital australiana. Es un paseo de 6 kilómetros entre acantilados y playas que permite avistar ballenas durante los meses de mayo y noviembre, cuando realizan su migración anual.
Acceder a Coogee es fácil. Se puede llegar en transporte público, con autobuses que paran junto a Coogee Beach, una playa popular para familias con niños pequeños. El viaje no demora más de media hora desde el centro de la ciudad de Surry Hills o del centro de la estación central o poco menos de una hora desde Newtown en el interior del oeste.