Los cinco generadores de incertidumbre
El conflicto horroroso entre Hamas e Israel, que ya ha producido un sufrimiento enorme y se ha cobrado miles de vidas de civiles, entre ellos muchos niños, ha introducido una nueva capa de incertidumbre para la economía global, que, en general, está motivada por cinco factores económicos y financieros.
Primero, los principales motores de crecimiento de la economía global hoy en día están bajo presión. En un contexto en que Europa se balancea al borde de la recesión y China se estanca, la economía de Estados Unidos se ha perfilado como el principal motor de crecimiento global. Esto se volvió particularmente evidente en el tercer trimestre de 2023, cuando las estimaciones de crecimiento de Estados Unidos volvieron a impresionar. Sin embargo, hasta la perspectiva de crecimiento de Estados Unidos es incierta. Segundo, el recorrido hacia este futuro incierto está plagado de peligros. El riesgo más inmediato es la reciente disparada de los costos de endeudamiento globales en tanto los mercados se adaptan a la posibilidad de que la Reserva Federal de Estados Unidos y otros bancos centrales mantengan tasas elevadas. Tercero, la persistencia de esta perspectiva para las tasas de interés aumenta el riesgo de recesiones y turbulencia en los mercados financieros. Vimos señales tempranas de esto en marzo cuando el mal manejo y las deficiencias de los balances en la supervisión bancaria condujeron a la quiebra de algunos bancos norteamericanos regionales.
Cuarto, la economía global y los mercados financieros clave como el de los bonos gubernamentales de referencia de Estados Unidos hoy carecen de anclajes descendientes fundamentales como el impulso del crecimiento, la confianza en las señales de la formulación de políticas y una estabilización de los flujos financieros.
El quinto motivo de incertidumbre global es la respuesta inadecuada a crisis de largo plazo como el cambio climático y la creciente desigualdad económica. Cuanto más nos demoremos en afrontar estos problemas, mayores serán los eventuales costos. Nuestras acciones insuficientes hoy nos garantizan que enfrentaremos obstáculos económicos y políticos más complicados en el camino.
Esas son las malas noticias. La buena noticia es que tenemos la capacidad para resolver estos problemas y transformar los círculos viciosos de hoy en círculos virtuosos. Pero para implementar los cambios importantes necesarios para alcanzar este objetivo, necesitamos de un liderazgo político visionario a nivel nacional y de una mayor conciencia global de nuestros desafíos compartidos. A falta de este liderazgo, corremos el riesgo de dejarles a nuestros hijos y nietos un mundo plagado de inestabilidad económica y financiera, de malestar político doméstico y de turbulencia geopolítica.
En un contexto en que Europa se balancea al borde de la recesión y China se estanca, Estados Unidos se ha perfilado como el principal motor de crecimiento global.