“EL PEOR ERROR DE MORALES FUE FALTAR EL RESPETO A LA DEMOCRACIA BOLIVIANA”

La profunda crisis política que vive Bolivia tuvo su detonante en el escrutinio de las elecciones, el 20 de octubre. “Fraude descarado” fue el reclamo que hizo la oposición y ahí fue cuando la gente salió a las calles. La auditoría de la OEA determinó que era improbable que Evo Morales hubiese ganado por el margen del 10 por ciento que necesitaba para evitar una segunda vuelta con el candidato opositor Carlos Mesa. Con huelgas y paros por todo el país, Bolivia se convirtió en una gran batalla campal entre partidarios del presidente y sus detractores. Por un lado, Evo Morales llamó a sus seguidores a “defender la democracia en las calles y frenar un golpe de Estado”. El origen de la disputa hay que rastrearlo el 21 de febrero de 2016, cuando un referéndum indicó el rechazo a una nueva reelección del dirigente indígena. Hoy quedó demostrado que la juventud boliviana está viviendo un despertar que se suma a esa inmensa ola que atraviesa toda Latinoamérica. Ellos consumen una tormenta de información que les llega a través de redes sociales, pero también se alimentan y se nutren de discursos que se dan a nivel mundial con temas referidos al medio ambiente o a los derechos humanos de los pueblos. Y lo que se vive en toda Bolivia es una verdadera revolución. Todos los días tenemos distintos tipos de manifestaciones que se van a terminar el día que haya un pacto que los incluya a todos. Se tiene que producir esa convergencia entre los políticos viejos que todavía no se quieren ir, y esta nueva dirigencia joven que encuentre lugar a sus reclamos. Recién ahí, Bolivia volverá a recuperar la paz que tanto necesitamos.