PYN SHERATON SALTA.
enfermedad es el agua sin tratamiento. Por eso le preocupa llegar a cada rincón con Agua Segura, una empresa social –certificada Empresa B, ya que contempla el impacto social, ambiental y económico– que busca brindar soluciones concretas a los problemas del agua, tanto desde el acceso al agua potable y a diversas opciones de filtrado, como a la educación, un aspecto clave en la salud.
Confiesa que es un apasionado del estudio y que le cuesta un poco más la parte de organizar la empresa. Tal vez por eso –o quizás porque cree en la importancia de tejer redes– prefiere trabajar en equipo. Manuel Saurí, Lía Renzini, Nerina Barbosa, Catalina Deluchi, Francisco Puricelli y Brenda Bote son el core de la organización, que acaba de abrir su primera oficina en Europa, más precisamente en Madrid. “Acercarnos a fundaciones como APAER, Ruta 40 o Voy Con Vos, con gran presencia territorial, nos ayudó a llegar a las comunidades del interior del país”, sostiene Wertheimer, quien reconoce la importancia de las mujeres en la difusión y éxito del proyecto. “Ellas son líderes globales en temas de agua. Son las que se ocupan de que el agua llegue al hogar: muchas veces caminan kilómetros para buscarla. Son también quienes enseñan a los hijos el lavado de manos. En las escuelas rurales las directoras suelen ser las principales promotoras. De ellas aprendí mucho sobre cómo abordar la temática social”, afirma.
Hoy, gracias al trabajo de Agua Segura hay más de 100 mil personas en 21 provincias de Argentina y dos departamentos uruguayos consumiendo agua de mejor calidad y aprovechando mejor este recurso. Muchos le preguntan si extraña el consultorio, pero Nicolás contesta que no. “Creo que de alguna manera sigo ejerciendo la medicina: soy médico del medioambiente”, dice, con la alegría de que compañías internacionales pongan el ojo en su proyecto y la ilusión de llevar a más comunidades la posibilidad de tratar el agua y mejorar así su calidad de vida.
“Vi cómo impactaba la mala calidad del agua en la sociedad. Vi el agua que tenía color y me encontré con que algo que yo veía en el hospital esas personas lo padecían a diario”