Gente (Argentina)

AGUA PARA VIVIR. Médico de profesión, Nicolás Wertheimer trabaja para mejorar la calidad de vida de miles de personas en todo el país.

“Una de las razones de mi éxito es no escuchar a nadie”

- Por K6a8rina Noriega. Fotos: gentileza Roger Vekstein @rogervekst­einph

Creció en un ambiente discrimina­torio y con limitacion­es por sus creencias mormonas. El chico extravagan­te nacido en Ushuaia que armó una marca personal con sus diferencia­s y se considera mucho más que un diseñador (“un comediante, un payaso, un psicólogo”) explica cómo sobrevivió al bullying siendo gay y cómo “la fantasía me salvó”.

“Toda mi época en la primaria y en la secundaria fue vivir presionado con esconder secretos. Yo necesitaba mostrarme todo el tiempo y pagaba un precio por eso. Me criticaban, me discrimina­ban, me gritaban ‘¡puto!’. Fue un momento re feo

Asegura que su secreto –casi como si se pudiera sintetizar la fórmula en una ecuación– “fue no escuchar a nadie y vivir como en una suerte de burbuja”. Pero para un chico que se asume distinto al resto y extravagan­te desde sus primeros años, nacido en Ushuaia y bajo los preceptos de la religión mormona, que consumía cultura retro para su edad y amaba “jugar con Barbies y ver a Jem and the Holograms”, ser aceptado no resultó tan fácil. ¿Qué se esconde detrás de esa criatura que siente que vino a romper un paradigma, que hoy es un éxito en redes, estrena reality y biografía de un tirón pero debió luchar por ser querido? Aquí sus confesione­s más sinceras, nunca antes reveladas.

–¿En qué te amparaste para tener la convicción de convertirt­e en diseñador cuando nadie lo veía posible?

–Yo creo que parte de cómo me fue en mi carrera fue por no escuchar a los demás y vivir como en una suerte de burbuja. Que no significa ser irrespetuo­so, sino estar realmente en mi mundo. Creo firmemente que tanto ser medio ilusional, medio divague, termina funcionand­o.

–¿Qué momento de tu vida fue el que más sufriste a la hora de mostrarte realmente como querías ser?

–De chico sufrí un montón. Hay un montón de chicos gay que se criaron y tienen la capacidad de esconder lo que hacen: bailan en casa, en la escuela no. Yo necesitaba mostrarme todo el tiempo y pagaba un precio por eso. Me criticaban, me discrimina­ban, me gritaban “¡puto!”... Fue un momento re feo. Mi época en la primaria y la secundaria no fue tampoco una tortura, pero fue todo el tiempo vivir presionado con esconder secretos.

–¿Cuándo tomaste conciencia de tu sexualidad –que es constituti­va de quien sos– y cómo fue salir del closet? –Yo viví una sexualidad muy normal. Tanto enfocarme en la moda hizo que no le diera mucha bola al tema sexual. Eso vino más tarde. Yo siempre prioricé lo que quería lograr en mi carrera. Sexualment­e hablando me asumí a una edad normal, tipo 16, 17, y era parte de un descubrimi­ento. Pude superar la parte de la culpa, que te sentís una mierda todo el tiempo. Hay gente que no lo supera y vive a partir de ahí.

“Yo era una persona limitada en cuanto a lo moral, y muy cerrado. Pero empecé a conocer gente y cambié. Soy consciente de que esa cosa pacata me la dio la religión y yo la amo, pero sé que fue muy castradora

Yo lo superé y pasé a otra etapa.

–¿Cuáles son las limitacion­es que más sufriste por tu formación mormona?

–Creo que las limitacion­es fueron hasta hace muy poco. Era una persona limitada en cuanto a lo moral, era muy cerrado (con todo lo abierto que soy). Pero empecé a conocer gente y cambié. Soy consciente de que esa cosa pacata me la dio la religión y yo la amo, pero sé que fue muy castradora.

–¿Qué cosa que hayas soñado y hayas cumplido se dio tal como la pensaste?

–De todo lo que soñé nunca imaginé mi carrera, pero se dio justamente por pensarla.

Yo siempre supe que iba a ser para la gente una especie de comediante, payaso, psicólogo, y me encanta. Es lo que soy. Para mí es lo más grande de mi carrera, que más allá de ser diseñador o personaje, tengo esta habilidad para llegar a las personas. Las toco y se ponen felices.

Soy como una persona que da aliento y genera confianza.

–Tu reality (N.d.R: Se estrenó el martes 19 en Netflix) apunta a dejar de tener vergüenza por ser quien sos.

¿Te has autolimita­do o censurado en algún momento? ¿Has tenido tus propios prejuicios?

–La censura es uno de los peores síntomas de la sociedad, el tener miedo, no bancársela y vivir asustado. Yo siempre tuve mucha confianza en mí mismo, pero me estoy dando cuenta recién que soy mucho más que un diseñador. Puedo ser muchas cosas. Cuando sos una especie de

“character” no tenés límite. –¿Creés que la sociedad está preparada en serio para respetar las libertades individual­es?

–Yo creo que en este país la sociedad está muy avanza

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