CONTRA LA VIOLENCIA.
Paola Jelonche, directora de Fundación Visibilia, y la importancia de publicar la adaptación de lectura fácil de leyes de protección de las mujeres.
Hay gente invisible. Las niñas y mujeres con discapacidad son las más invisibles de todas, las más vulnerables”, sentencia Paola Jelonche. “Si hay nenas que son sistemáticamente violadas por sus familiares, imaginate alguien que no tiene posibilidad de saber si está bien o mal, de quejarse. Es un objeto. Si en todos los casos de violencia de género existe este maltrato, cuando además se suma la discapacidad intelectual, no existís. Cualquier objeto vale más”, declara. Es abogada y sabe que es clave conocer los derechos. También es mamá de Francisco –a quien le diagnosticaron autismo– y entiende lo difícil que es el proceso de lectocomprensión para las personas con discapacidad intelectual.
Hace casi 15 años estaba con su hijo en la sede de la Agencia Nacional de Discapacidad y se dio cuenta de que ese lugar, al que debían acudir personas con discapacidades, no estaba preparado para ellas. “Había un cartel que decía: ‘Las personas ciegas tienen que ir para la izquierda’; aunque sea para el acompañante, es algo que llama la atención”, dice, y sigue: “También vi personas desesperadas que no podían completar un formulario porque que no lo entendían. Los asistí mientras esperaba mi turno”, recuerda.
Así se gestó Visibilia, una fundación que tiene que ver con abrir los ojos y mirar más allá. Entonces, explica por qué aunque cada vez hay más rampas y más plazas con juegos adaptados, la discapacidad intelectual