PARQUE ESCULTÓRICO.
Un circuito de arte a cielo abierto en Pinamar.
Mar infinito, amplias playas, bosques frondosos y diferentes expresiones artísticas. Definitivamente, Pinamar es el sitio perfecto para los amantes del aire libre. El arquitecto Alejandro Tobe, curador de este circuito de esculturas, habla sobre la historia del proyecto y adelanta que tienen planeado sumar nuevas obras a las 46 que ya están exhibidas.
El arte comenzó a hacerse espacio en Pinamar de modo casi imperceptible. En 2008, con motivo del 65º aniversario de la ciudad, se instaló en la rotonda de las avenidas Bunge y Del Mar una gran obra del escultor Pájaro Gómez. Realizada en acero inoxidable, Dibujando espacios no tardó en convertirse en un ícono del balneario, donde hoy se exhiben cerca de 50 esculturas. “Comenzó a instalarse la idea de poder tener más obras de arte en la ciudad”, recuerda el arquitecto Alejandro Tobe, de Pinamar S.A. y curador, junto a Ernesto Shaw, del Parque Escultórico local. Unos años más tarde, Bastón Díaz realizó Permanencia del sueño (conocida como La piña). “Surgió la oportunidad de traer a la localidad las obras de un parque de esculturas que Carlos Cupi había formado aquí. Nos propusimos formar un gran museo abierto para provocar emoción, silencios y reflexión, enriquecer el alma y acompañar a una vida mejor”, explica Tobe. Y relata que desde el primer momento pensaron que era importante que las obras estuvieran exhibidas para todos, en el espacio público. “Hasta ahora implantamos 46 esculturas en lugares de acceso público y gratuito pero privados, lo que permite tener un control en la seguridad de las obras”, afirma. Y adelanta que tienen previsto colocar más en los próximos meses. Encontrar el sitio indicado para cada escultura fue un trabajo desafiante para Tobe y Shaw. “Comenzamos con fotografías de las obras y las separamos en familias: figurativas, abstractas, humanos, animales y materiales. Tomamos el plano de la ciudad y jugamos como si fuera un tablero de ajedrez... ¡Pasábamos horas moviendo las fichas en un mapa gigante!”, dice el arquitecto.
La mayoría de las piezas está firmada por artistas reconocidos, pero también hay sitio para nuevos autores. “Dentro de Links Pinamar hay un espacio para muestras temporarias. Para el próximo verano estamos pensando en escultores que trabajen en el lugar, de forma tal que el público pueda ver el proceso. Además, este verano –junto a la Secretaría de Cultura de la Municipalidad– hicimos dos picnics bajo las estrellas. Hubo bandas de jazz y mappings (proyecciones) sobre las esculturas”, cuenta.