MUJERCITAS.
A 150 años de su primera edición, la novela de Louisa May Alcott llega al cine con un poderoso mensaje feminista.
A raíz del estreno de la nueva versión cinematográfica del clásico de Louisa May Alcott, analizamos la vigencia de los ideales y preguntas planteadas por la autora. En un contexto de luchas feministas, la novela escrita en el siglo XIX adquiere nuevos sentidos.
Mujercitas es, para muchas personas, una puerta de entrada a la lectura. También son numerosos los que confiesan haber leído el libro en más de una ocasión. “Cada vez se convierte en algo diferente”, afirma Greta Gerwig (Lady Bird), directora de la película, que se estrena este jueves en Argentina. Se declara fanática del libro que hace 151 años –y en tan sólo 10 semanas– escribió la estadounidense Louisa May Alcott y cada vez que puede recuerda su admiración por la protagonista. “Jo March fue siempre mi heroína, la persona que quería y esperaba ser”, exclama.
Un paralelismo entre la vida de Alcott y el devenir de las hermanas March construye la trama de la película protagonizada por Saoirse Ronan (Jo), Emma Watson (Meg), Eliza Scanlen (Beth), Florence Pugh (Amy), Laura Dern (Marmee) y Meryl Streep (tía March). El filme se estrena en un contexto excepcional, marcado por el auge de la lucha por los ideales feministas, algo que atravesaba a la autora cuando, alentada por su editor, escribió la novela.
“Juzgada durante muchos años como ‘literatura menor’, Mujercitas se convirtió en una novela clásica, que resiste el paso del tiempo”, sostiene Lucía Puppo, doctora en Letras e investigadora del Conicet. “Nos habla de la búsqueda de la propia identidad, del paso de la adolescencia a la adultez, de la relación entre los sexos, de la capacidad para ser fiel a los propios sueños, de los dolores y pérdidas que debemos atravesar, de la necesidad de aprender a vivir juntos. A esto se suma la importancia de esta cuarta ola del feminismo, en el que
El filme se estrena en un contexto excepcional, marcado por el auge de la lucha por los ideales feministas.
colectivos de mujeres de todo el mundo han hecho escuchar su voz como nunca antes en la Historia”, desarrolla. En esta misma línea, Dern –que interpreta a la madre del clan– reflexiona: “Todavía nos cuesta preguntarnos: ‘¿Quién soy yo, y cómo voy a ser fiel a eso en mi vida a pesar de la opinión de todo el mundo?’. ¡Eso es lo que escribió Alcott hace 150 años! Ella estableció la fuerza como independencia, arte, ambición, pero también como matrimonio y maternidad”.
Ronan –con múltiples nominaciones a Mejor Actriz por su participación en este largometraje– también cree que es relevante recuperar Mujercitas en el contexto actual, ya que “explora a estas chicas que tienen la confianza de tomar sus propios caminos”.
Coincidiendo con esta idea, Puppo cita un estudio de Anne Boyd Rioux (El legado de Mujercitas, Ediciones Ampersand): “Ella explica que Alcott era una ciudadana de su tiempo, que reproducía algunas creencias y valores dominantes pero que, a la vez, denunciaba aquellos mandatos sociales que le parecían injustos. En este sentido, es muy potente su crítica a la idea de que el matrimonio y la maternidad son los destinos exclusivos y obligados para una mujer”.
Imaginar el contexto en el que escribía Alcott es fundamental. Si bien fue educada en un entorno intelectualmente estimulante, vivió en una época en la que se creía que sólo los hombres podían publicar historias durade