Gente (Argentina)

TINI ELLA DICE

“ESTE TIEMPO ME AYUDÓ A ORDENAR MIS EMOCIONES”

- Por Sebastián Soldano.

La pandemia le puso freno a quince meses de records en dos continente­s con su última gira, “que me obligó a una conexión inédita conmigo misma”, dice. Íntima, habla de las lecciones del confinamie­nto, “que me hicieron crecer” y hasta le permitiero­n “vivir el duelo a fondo y como nunca antes” tras su separación de Sebastián Yatra. Y “mejor plantada y más segura”, cuenta que aunque “hoy la soledad me es positiva, siempre estoy dispuesta a enamorarme”. A horas de lanzar Ella dice, junto a Khea, el “reggaetón duro” de su nuevo álbum, revela: “Me gusta verme sexy, es parte de mi libertad”.

La pandemia le puso freno a quince meses de records en dos continente­s con su última gira, “que me obligó a una conexión inédita conmigo misma”, dice. Íntima, habla de las lecciones del confinamie­nto, “que me hicieron crecer” y hasta le permitiero­n “vivir el duelo a fondo y como nunca antes” tras su separación de Sebastián Yatra. Y “mejor plantada y más segura”, cuenta que aunque “hoy la soledad me es positiva, siempre estoy dispuesta a enamorarme”. A horas de lanzar Ella dice junto a Khea –el “reggaetón duro” de su nuevo álbum– revela: “Me gusta verme sexy; es parte de mi libertad”.

Ella dice que 2020 será “el año de la angustia” en su memoria. De una “incertidum­bre social” aleccionad­ora en un recorte personal. Ella dice que “hacía mucho tiempo que no tenía tanto tiempo”. Que logró consigo “una conexión inédita”. Ella dice que inició “un rico proceso interno”. Que “estabilizó sus emociones y hoy se siente en paz”. Ella dice que redescubri­ó “el valor de lo más simple”. Y que agradece haber “vivido un duelo en crudo y a fondo, como nunca antes” tras una separación. Ella dice que creció.

Quince meses de velocímetr­o al top la llevaron por cuarenta y ocho escenarios en dos continente­s, y de paso batió un récord nacional, siendo la artista femenina con ocho presentaci­ones en el Luna Park. Tini (23) vivió en rush, aprendió a saludar a multitudes en seis idiomas y a dormir en aviones. A punto de despedirse del Quiero Volver Tour en el Movistar Arena que ella misma inauguró, la pandemia resultó una violenta frenada.

–¿Sos del grupo de quienes creen que 2020 habrá sido un año perdido, o de aquellos que aseguran haber sabido capitaliza­rlo?

–Como todo en la vida, las dos miradas son muy posibles y respetable­s. Pero creo que de todo esto tan terrible que estamos viviendo algo positivo siempre queda. En mi caso particular ya no recordaba cómo era estar tanto tiempo en casa, con mi familia reunida. Revaloricé lo más simple. De repente terminamos de almorzar y no tengo que salir volando a ningún lado. Me sorprendo pensando: “Ey, hay tiempo de sobremesa, de charla, de debate”. Hay un regreso a lo cotidiano, y me hace feliz. Realmente siento que este confinamie­nto me sirvió para madurar personalme­nte. Atravesé todas y las más diversas emociones, sin horarios de vuelo ni la prisa de algún show. Ya no hubo necesidad de tapar con actividade­s esos momentos en los que sentís que explotás. No me quedó otra que procesar lo que me pasa de un modo distinto, honesto, sin ruidos. Y me hizo crecer.

–A nivel profesiona­l se planteó una prueba inesperada...

–Totalmente. Terminé mi álbum grabándome en casa. Y fue una experienci­a diferente: pensar en cada concepto, “cranear” las situacione­s, manejar otros tiempos... Hasta decidí comenzar un curso de producción musical, algo que postergué durante años por no tener el tiempo necesario. Pero en ese proceso no dejo de pensar en mi equipo, en este contexto de crisis económica mundial. Porque los shows serán parte del último rubro en aprobarse. Nadie esperaba esto, ni nadie tiene en claro qué pasará. No queda más que aprender a vivir con esta situación.

–¿En qué ponés esa energía tan propia, tan caracterís­tica que hoy, tal vez, sobra?

–Muy por el contrario de lo que el ritmo de mi carrera pueda dar a entender, tengo la bendición de que mi personalid­ad es bastante tranquila. Me gusta mucho estar en mi casa, en mi cuarto, en mi cama... Me gusta la soledad. Sigo con mis clases de canto y de baile vía online, les dedico quince minutos diarios a mis ejercicios vocales. De repente agarro el micrófono y practico la voz en vivo, o me pongo a repasar las coreografí­as de mis shows frente al espejo. Muevo el cuerpo y de paso ensayo un rato... Practico, porque sé que en tal o cual paso la voz puede correrse. Entonces pulo esos detalles, trabajo más el apoyo, busco mejorar... Es por ahí que canalizo esa energía. Pero tampoco soy hiperactiv­a: disfruto de la quietud.

–¿Seguís teniendo a mano tu libreta de anotacione­s personales? ¿Escribís?

–Claro. Estuve terminando algunas canciones que me gustan muchísimo, como la que tal vez le siga en difusión a Ella dice. Se trata de una de mis preferidas del álbum, esa que debía aparecer, y en el momento exacto llegará de la mano de uno de los artistas de los que he hablado

De todo esto tan terrible que estamos viviendo, algo positivo siempre queda. Personalme­nte no recordaba cómo era estar tanto tiempo en casa. Revaloricé lo más simple. De repente, terminamos de almorzar y no tengo que salir volando a ningún lado. Me sorprendo pensando: ‘Ey, hay tiempo de sobremesa, de charla, de debate’

Me gusta mucho estar en casa, en mi cuarto, en mi cama... Me gusta la soledad. De repente agarro el micrófono y practico la voz en vivo, o me pongo a repasar las coreografí­as de mis shows frente al espejo. Practico, porque sé que en tal o cual paso la voz puede correrse. Entonces pulo esos detalles, busco mejorar. Por ahí canalizo la energía

en tantas entrevista­s. Es alguien, me animo a decir, por quien amo la música. Juro que nunca creí que pasaría. Cuando se la envié, pensé: “¿Qué sería lo peor que podría pasar? ¿Que me dijese que no...?”. La respuesta fue inesperada. ¡Estoy tan feliz, tan agradecida de escuchar este tema, que salió del corazón, cantado por esta figura! Aún no me cabe en la cabeza (risas). Mientras, continúo formateand­o otras ideas y ya imaginando el álbum que vendrá, evaluando posibles caminos musicales y pensando: “¿Hacia dónde iré? ¿A qué me animaré? ¿Qué quiero proponer”.

–Hablando de la canalizaci­ón de la energía, tengo entendido que, además, decidiste aprender a cocinar.

–Tiene que ver con lo que charlábamo­s antes, esa inquietud de ocupar el tiempo al servicio de algo o de alguien. De decir: ¿Cómo puedo colaborar en este contexto? A través de mis amigas, que ya estaban activas en este sentido, conocí Convidarte, una red de voluntario­s que acercan un plato de comida a quien lo necesita. Me comuniqué con ellos para conocer la

movida y me sumé. Ya tengo las bandejas en casa y esta semana empiezo.

–Al inicio de esta charla mencionast­e que el confinamie­nto te puso cara a cara con vos misma, te obligó a atravesar diversas emociones en procesos muy personales. ¿A cuáles te referías?

–A la ruptura de mi pareja, por ejemplo. En otra ocasión, yendo de un lado al otro entre shows y aeropuerto­s, no hubiese podido parar para hacer el duelo. Lo hubiese tapado con el ritmo del ir y venir, las obligacion­es, los shows... Y después te encontrás llorando por ahí, de a ratos angustiada, por momentos triste... Porque eso pasa cuando no tenés el tiempo necesario y oportuno para conectarte con vos misma. En cambio, en este caso enfrenté al duelo, lo atravesé como se debe. Agradezco que haya sido así, cerca de mi familia y de mis amigas llamándome todos los días. Fue otra situación, en la que me encontré distinta. Por otro lado, estamos sensibles. Estando encerrados, todo lo que vemos del mundo en los medios se magnifica. Los problemas que escuchamos nos hacen cuestionar­nos como sociedad y como personas. Vamos redefinién­donos.

–¿Cómo te redefinís?

–Siento que hay una mujer muy grande en este cuerpo. Desde los trece años vivo situacione­s muy locas, y en este contexto me siento más “encontrada” que nunca. Mejor parada. Más segura. Siempre fui una chica muy emocional: subo, bajo, vuelvo a subir... Pero creo que finalmente encontré la estabilida­d emocional, algo muy difícil para cualquiera. Hoy estoy tranquila, en paz. –¿Qué pasó con Sebastián (Yatra, 25)?

–Jamás voy a revelar qué fue lo que pasó entre nosotros, porque ya me conocés. Es algo recontra íntimo. Pero era lo mejor para los dos, y es importante aclararlo. Cuando dos personas se quieren, una separación no es algo feliz. Pero voy a quedarme con los recuerdos más lindos de todo lo que tuvimos. Fue una historia de amor increíble, una historia que compartimo­s muy pasionalme­nte. No fue mucho tiempo quizás, pero sí intenso. Vivimos juntos cosas muy zarpadas: logros profesiona­les y personales... Me quedo con todo eso tan hermoso. Hoy, los planes y las vidas de los dos ya no iban muy de acuerdo. Entonces tomamos la decisión de seguir cada uno su camino, porque era mejor para los dos. Se entiende que, en una pareja, la determinac­ión de separarse no es de un día para otro. Una crisis siempre tiene un tiempo de maduración. Ya veníamos charlando sobre lo que sentíamos, sobre lo que nos estaba pasando.

–¿La cuarentena dio el golpe final?

–Hasta febrero estuve en Europa y en marzo, después de cerrar la gira aquí (se suspendió por el aislamient­o preventivo y obligatori­o) íbamos a irnos por casi tres meses, a grabar una serie

El aislamient­o despertó mi inquietud de ocupar el tiempo al servicio de algo o de alguien. ¿Cómo puedo colaborar en este contexto? A través de mis amigas conocí Convidarte, una red de voluntario­s que acercan un plato de comida a quien lo necesita. Y ya empecé a cocinar en casa para sumarme a esa movida

juntos. Hubiese estado bueno aprovechar ese tiempo para reconectar­nos como pareja. Pero la cuarentena nos atrapó, a él en Colombia y a mí aquí. La distancia jamás ayuda: había necesidad charlar personalme­nte. Nos hubiese encantando que así fuera, pero no tuvimos chance. Consideram­os que lo más sano fue cortar, y entender que tal vez ése era tiempo para aferrarnos a nuestras familias. Vivir el cierre de ese modo.

–Todas las parejas pasan por nuestras vidas para enseñarnos algo de nosotros mismos. ¿Qué aprendiste?

–Mi relación con Sebas fue muy positiva. Creo que aprendí sobre la importanci­a de la compañía y la complicida­d. En ese momento, encontrar a una persona con una forma de vida similar a la mía me hizo sentir “cómoda”, liviana. Fue no tener que explicar nada: ni de qué va una gira, ni los tiempos que lleva la promoción, por qué tantas conferenci­as de prensa, etcétera. Es muy difícil, no imposible, compatibil­izar la vida con alguien que no pertenece a este micromundo. No debí dar explicacio­nes de mi ritmo, simplement­e porque él sabía muy bien lo que estaba viviendo. Y los dos teníamos entendimie­nto pleno del otro lado. Compartimo­s aprendizaj­es, experienci­as, crecimient­o.

–Conociendo tu grado de sensibilid­ad y sabiendo que todo te afecta de algún modo, ¿cómo te armaste frente a la ola de rumores internacio­nales respecto de tu separación?

–Tener que salir a hablar del tema no fue lo más cómodo. Por eso decidimos hacerlo juntos desde nuestras propias redes, porque creímos que era lo mejor para cuidar la relación que tuvimos. La versión real y oficial salió de nuestras bocas. Tal como te dije, nuestra separación, que fue un proceso muy íntimo, jamás tuvo que ver con nadie más que nosotros mismos.

El comunicado publicado en simultáneo por los dos, el pasado 16 de mayo, decía: “Queríamos contarles que con Sebastián decidimos terminar la relación”, indica de inmediato Martina –luego de un “Hola...”– en el texto que hizo llegar a sus fans mediante las redes sociales. Y luego, siempre hablando por los dos, resaltan que con el músico colombiano tuvieron “momentos hermosos”, y permanecer­án “lindos recuerdos” en sus corazones, pero “a veces las cosas no se dan como uno las imagina”.

–¿El amor a la distancia es tu karma en esta vida? –¡Andá a saber...! (se ríe) Pero creo que será siempre así, no me queda mucha posibilida­d. La distancia es

La cuarentena te enfrenta

a vos misma. Atravesé varios procesos que me hicieron crecer, como por ejemplo la ruptura de mi pareja. En otra ocasión, yendo de un lado al otro entre shows y

aeropuerto­s, no hubiese podido parar para hacer el duelo. Lo hubiese tapado con obligacion­es y eso provocaría angustias y

tristezas más tarde

un factor que estará presente siempre en todas mis relaciones, y no sólo de pareja. El tema está en saber acomodarla en cada vínculo. Pero no le temo. Ni es negativo. Es un rasgo más de mi carrera, y también suele tener cosas hermosas. Muchas veces me ayudó a afianzar situacione­s y emociones personales. Aprendés a valorar más lo cotidiano, que quizás en la diaria sólo pasa... Y cada reencuentr­o se hace más especial.

–¿Ahora es buen tiempo para descansar del amor? –Yo siempre estoy abierta a enamorarme. Es algo de lo que hablamos desde que soy muy chica. Siempre tuve relaciones largas. Pero esta vez también siento que estoy bien. Me gusta hacer un tiempo para mí. La soledad es buena amiga, sanadora e inspirador­a. En ese aspecto también he crecido.

–¿Ya comenzó la temporada de conquista? ¿Te escriben muchos?

–No sé si es una cuestión de atracción o de algo que genero inconscien­temente. Pero no me pasa que un desconocid­o me escriba un mensaje para invitarme a salir o que alguien me diga: “Te hice una cita con tal, tenés que conocerlo”. Las relaciones de mi vida siempre surgieron naturalmen­te. Tiene que ver con que soy una chica súper relajada y todo surgió siempre en ámbitos generales, descontrac­turados, coloquiale­s. No doy vueltas ni me van las tramoyas, ni las estrategia­s, ni las especulaci­ones. Si me interesast­e lo vas a saber. Si estoy entre amigos y conecto con alguien, me ocupo de generar comodidad y todo fluye: “Ey, ¿pinta tomarnos un vino?”. Me gusta que todo se dé de ese modo. El comienzo del amor siempre me resultó así.

–¿Cuánto pasará para que volvamos a verte enamorada?

–(Se ríe) Y... como soy yo, tan abierta al amor... (más risas). Hoy estoy muy bien sola. En este momento de mi vida lo recibo como algo positivo. El amor siempre llega silencioso, y yo lo espero. Cuando llega ya no tengo que

Voy a quedarme con los más lindos recuerdos de Sebastián (Yatra). Fue una historia de amor increíble, que compartimo­s muy pasionalme­nte. Vivimos juntos cosas muy zarpadas, logros profesiona­les y personales. Pero hole, que compartimo­s de los dos ya no iban muy de acuerdo

Hasta febrero estuve en Europa y en marzo, después de cerrar la gira, íbamos a irnos por casi tres meses a grabar una serie juntos. Hubiese estado bueno aprovechar ese tiempo para reconectar­nos como pareja. Pero la cuarentena nos atrapó, a él en Colombia y a mí aquí. Había necesidad de charlar personalme­nte... pero no tuvimos chance

“Ella dice’ es un tema muy reggaetón, ése del duro, del puro, oscuro y sensual, y viene a atar el moño de todos los ritmos urbanos que lancé el año pasado y que incluye el álbum. Cierra ese universo. Además, a dúo con Khea, un artista al que siempre seguí con admiración. Lo que más me enorgullec­e es que seamos dos argentinos en este lanzamient­o”

pensarlo demasiado, no lo freno ni lo condiciono. Si me pasa, me pasa. Me gusta dejar fluir el sentimient­o.

–¿Qué tal sos enamorada?

–Súper apasionada y compañera. Ésa es la definición exacta. Siempre estoy pendiente, dando amor, generando el espíritu de equipo. Un equipo de dos.

–Cada uno de tus últimos trabajos arrojó sorprenden­tes aristas artísticas. ¿Qué venís a contar hoy con Ella dice?

–Uy, es una canción escrita hace un año... ¡Cómo pasa el tiempo! Es un tema muy reggaetón, ése del duro, del puro, y viene a atar el moño de todos los ritmos urbanos de la misma gama que lancé el año pasado y que incluye el álbum. Cierra ese universo. Es un reggaetón oscuro, que te hace bailar, muy sensual y con mucha informació­n musical. Además, a dúo con Khea, un artista al que siempre seguí con admiración. Lo que más me enorgullec­e es que seamos dos argentinos en este lanzamient­o. Y hablando de este álbum –que aún no tiene nombre–,

“Terminé mi álbum en aislamient­o, grabándome en casa. Fue una experienci­a diferente: pensar en cada concepto, ‘cranear’ las situacione­s, manejar otros tiempos. Hasta decidí comenzar un curso de producción musical, algo que postergué por años”

“Estuve trabajando en canciones que me gustan muchísimo, como la que tal vez le siga a ‘Ella dice’. Se trata de una de mis preferidas del álbum, esa que debía aparecer y en el momento exacto. Llegará de la mano de un artista de quien me animo a decir que por él amo la música. Nunca creí que pasaría. ¡Estoy tan feliz y agradecida de escuchar este tema que salió del corazón, cantado por esta figura...!’”

debo decir que encontré un color de voz muy diferente a los anteriores. Con “color” me refiero a todo ese cúmulo de experienci­as vividas al entrar al estudio; en definitiva, al crecimient­o. Estoy muy contenta con la búsqueda musical que emprendí. –Hablaste de un ritmo urbano “oscuro y sensual”. ¿Molesta que se haga hincapié o resulte sorpresivo tu modo más sexy de expresarte?

–¡Amo! Me encanta verme y que me vean así. Es parte de mi libertad. De la seguridad que vas adquiriend­o con el crecimient­o personal y profesiona­l. Este modo, y todo lo que falta por descubrir de mí, de mi potencial. Todo viene de la mano del arte, y me encanta experiment­arlo. Sólo me expreso con la naturalida­d con la que lo hago cuando bailamos “como locas” entre amigas.

Siempre estoy abierta al amor. Las relaciones de mi vida siempre surgieron naturalmen­te. Tiene que ver con que soy una chica súper relajada. No doy vueltas ni me van las tramoyas ni las estrategia­s. Si estoy entre amigos y conecto con alguien, me ocupo de generar comodidad y todo fluye: ‘Ey, ¿pinta tomarnos un vino?’. Si me interesast­e vas a saberlo. El comienzo del amor siempre me resultó así

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Fotos: Gentileza Virgen Films.
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