LAURITA FERNÁNDEZ.
En una charla sincera y después de “un tremendo duelo en casa y de mucho masoquismo”, la conductora de Cantando 2020 cuenta las claves de cómo superó “la primera ruptura que me hizo sufrir”.
Después de “un tremendo duelo en casa y de mucho masoquismo”, la conductora de Cantando 2020 (eltrece) cuenta las claves de cómo superó “la primera ruptura que me hizo sufrir” (con Nicolás Cabré, 40), cómo fue ese momento angustiante en el que pensó “que el mundo se iba a acabar” y por qué aún sigue creyendo en el
amor. “Yo sigo deseando y proyectando lo mismo: tener una familia”, expresa.
Por Karina Noriega. Fotos: Chris Beliera.
“En un mundo ideal, me gustaría enamorarme de alguien que no fuera del medio”
El duelo en casa
fue tremendo. Fue darme cuenta
que no tenía a alguien al lado y en
quién apoyarme. También tuve mucha
extrañitis, de ver fotos y videos y ser super masoquista
a entender que todo esto tenía que pasar. La vida me obligó a transitarlo así: no sabiendo adónde escapar y qué pared arañar
Sé que separarme de Nico, como de cualquier otra relación, significa separarme de todo lo que tiene que ver con esa persona. A Rufina la extraño y de vez en cuando charlamos y me cuenta cómo está pero parte de la separación tiene que ver con tratar de despegar
n pandemia, según dice Laura Inés Fernández Stork (29) “todos nos angustiamos solos y los que estamos acompañados queremos tirar al otro por la ventana”. Y es cierto: “Muy pocos lo pasan increíble en pareja en esta circunstancia”. No sabemos exactamente de porcentajes ni de probabilidades en medio del aislamiento obligatorio, pero el amor –a quién le caben dudas– siempre es un milagro. En eso estamos de acuerdo. Y ella, que está en medio de un duelo “aún en proceso” tiene para decir mucho más de lo que creemos. En una charla sincera y sin ningún “de esto no hablo”, la nueva co-conductora de Cantando 2020 –debuta el lunes 27 por eltrece junto a Ángel de Brito– cuenta las claves de cómo superó “la primera ruptura que me hizo sufrir” (con Nicolás Cabré, 40), cómo fue ese momento angustiante del duelo en el que pensó “que el mundo se iba a acabar” y por qué “aún sigo creyendo en el amor”. Hagamos un mapa de la vida de Laurita en mayo, después de dos años de convivencia con quien proyectó una familia y ser madre. “Entre lo económico, que para que no te afecte esta crisis sanitaria tenés que estar en otra liga y no dentro del grupo de incertidumbre como yo”, su desesperación por su abuela Rosa –que cumplió 92 en cuarentena, en un geriátrico– y la decisión de su separación, “apagar la ansiedad no era nada fácil”. Justamente de eso, de no tener respuestas, charlamos durante más de una hora.
–¿Cómo fue para vos transitar el dolor en esta situación excepcional?
–El duelo en casa fue tremendo. Fue darme cuenta de que no tenía a alguien al lado en quien apoyarme. También tuve mucha “extrañitis”, de ver fotos y videos, ser súper masoquista, a entender que todo esto tenía que pasar. La vida me obligó a transitarlo así.
–¿En qué te apoyaste para salir?
–Mucho en videollamadas y zooms con amigos para resistir la situación. Hasta que un día dije: “Basta, tengo que activar”. –¿Podemos decir que el duelo está terminado?
–Es un proceso. No digo que del todo, pero la peor parte ya la pasé. Eso del despegue y de aceptar que el día a día ya no es como antes, lo pasé. Pero tengo que reconocer que no lo superé del todo. Sí tengo ganas de volver a enamorarme y de
Hay algo que no me sale, que mis amigas me incitan a que haga, que
es escribirme con un montón de personas. No soy así porque a mí me tiene que gustar
mucho la otra persona. Además, no soy de un touch and go y no es que necesito de un
hombre