CLÁSICOS CONVERTIDOS EN SIGNOS DE IDENTIDAD

“ Ramírez, mi marca, es, primero, elegancia. Después, austeridad, rigor en la línea, el corte y el material. También hay siempre presente algo que tiene que ver con el drama, con la teatralidad y la idea de los clásicos ”

“Tengo un espíritu muy austero”, sentencia Ramírez. “Hay una colección que llamé ‘Bien Común’, en la que plasmé lo que creo: la importancia de las cosas bien hechas, que perduren en el tiempo, sin fecha de caducidad. Eso está en mi ADN”, afirma quien a 20 años de haber lanzado su firma ha logrado que su nombre se asocie a un estilo sobrio, con aire cosmopolita y de alta calidad. “En mi paso por la industria vi el descarte, la acumulación, las liquidaciones de stock con estampas de temporada, la falta de identidad. Cuando llegó el momento de generar un proyecto, me di cuenta de que quería ir por otro lado”, justifica.