ISHA ESCRIBANO
La escritora, periodista, música, médica y life coach, y una de las fotógrafas más reconocidas de Argentina crearon Proyectx108, con la intención de visibilizar a personas que integran el colectivo LGTBIQ+. Su objetivo: “Mostrarlo, porque lo que no se ve, no existe, y lo que no existe se margina”. Un viaje humano y creativo al centro de las disidencias.
La idea del proyecto es hacer fotografías a personas hoy consideradas disidentes. Digo ‘hoy’ porque esto va a ser obsoleto en un tiempo”, explica Isha (52). “Vamos a mostrar historias con final feliz, color alegría, celebración y plenitud de esas personas que, finalmente, están donde siempre quisieron estar: incluidas en la sociedad”, agrega Gaby (52). Y pronto le ponen marco el cuadro de actualidad a su proyecto. Que nació en vísperas del 25 de junio, cuando el Congreso de la Nación sancionó, tras un largo camino recorrido, la ley de cupo laboral trans. Sumergidas en este contexto de conquista para las disidencias, ellas, Isha Escribano y Gaby Herbstein armaron una iniciativa en la que indagan sobre la vida de personas LGTBIQ+, con la intención de visibilizar sus historias a través del arte.
“Yo les hago una entrevista y se filma. Entonces tenemos muestra fotográfica y material fílmico para un documental”, cuenta Isha, que es escritora, música, periodista, médica y life coach, y como mujer trans expone aquí su intimidad con la intención de que su historia sirva para impulsar a todos los seres humanos que quieran ir a por su vida. Y explica que con Herbstein, una de las fotógrafas con más reconocimiento en América Latina, entendieron que la mejor manera de mostrar, desde sus vocaciones, las disidencias insertas en la sociedad era una iniciativa como Proyectx108. El mismo pone el foco en aquellos casos donde la identidad es distinta al género que se les asignó al nacer. La convocatoria es abierta y los requisitos para participar son pocos: enviar una imagen y un fragmento en donde detallan su historia y cómo fue el camino hacia esa transición. Formarán parte del documental cerca de veinte testimonios y la selección de cada participante se llevará a cabo teniendo en cuenta la diversidad que se pretende mostrar, incluso dentro del mismo colectivo: distintos cuerpos, trabajos, pasiones.
“Buscaremos diversidad y usaremos la paleta de color del arcoíris en la realización del arte de las tomas”, explica Gaby y detalla también que, si bien el proyecto todavía se encuentra en la fase inicial, para fin de año ya estiman lanzar la muestra fotográfica. A lo largo de la entrevista, en varias ocasiones tanto ella como
““Después de un mes, el grado de estrés y desgaste es tan alto que altera las defensas. El miedo de haber convivido con el coronavirus nos pone en un estado de tensión difícil de manejar. Pero no perdemos la esperanza de que nos regresen a casa” ”
Isha ponen énfasis en la importancia de visibilizar lo que, para el grueso de la sociedad, es distinto. “La luz, al pasar por un prisma, se manifiesta de múltiples colores opuestos –apunta Escribano–. Esa luz no es más que belleza, pero esa belleza se muestra de diversas formas. La idea es que, por medio del arte, podamos hacer que cada persona pueda ver belleza en sus semejantes y en ella misma. Así como se ha aprendido a odiar, también se puede aprender a amar”, sostiene.
Al cierre de esta nota se habían recibido cerca de veinte testimonios, con la idea de sumarse a la iniciativa. Una de las historias que más les impactó fue la de una mujer policía trans que, al momento de clarificar su identidad estaba casada, y luego de la transición volvió a contraer matrimonio con su esposa.
“Lo hermoso de eso es que tiene que ver con el corazón del proyecto, de ver detrás de cada cuerpo. Son esas dos almas que siguen compartiendo la vida”, advierte Isha, que hace poco se convirtió en la primera ciudadana trans argentina en rectificar su pasaporte italiano. Este logro, claro, se celebró en redes. En un país marcado a fuego por el acceso a la identidad, las conquistas personales se vuelven colectivas y funcionan como motor. “Si bien los avances políticos y sociales en materia de género y disidencias se fueron ampliando –reconoce Isha–, aún falta habitar un espacio social que ninguna ley puede forzar, e inevitablemente ocurrirá con el paso del tiempo”, entiende.
“El fin del proyecto es normalizar, llegar a normalizar estos temas. Porque todavía hoy se visibilizan casos en general donde uno ve imágenes como oscuras, tristes. Entonces la idea es aportar el granito de arena para llegar a una normalización. Mostrar, porque lo que no se ve pareciera que no existiera”, manifiesta Herbstein, antes de explicar finalmente el porqué del número elegido para el proyecto: 108: “Me enamoré de él durante mis viajes a la India. Lo hermoso de ese número es que resume lo que para mí es un camino evolutivo en la vida de cualquier ser humano. Es pasar de ser uno: identidad, ego, yo, a ser nadie, el ego se disuelve. Y de ser nadie pasa a ser el todo, el 8, el infinito”.
““Después de un mes, el grado de estrés y desgaste es tan alto que altera las defensas. El miedo de haber convivido con el coronavirus nos pone en un estado de tensión difícil de manejar. Pero no perdemos la esperanza de que nos regresen a casa” ”