TRATA INFANTIL.
A raíz de la desaparición de Guadalupe Cialone (5), ocurrida a mediados de junio en San Luis, el abogado y periodista policial Gabriel Iezzi analiza una problemática que afecta a bebés, niños y adolescentes.
La desaparición de la niña puntana Guadalupe Cialone (5), ocurrida a mediados de junio, abrió el debate a un delito internacional como la trata de menores: el traslado o reclutamiento de bebés, niños o adolescentes de un lugar a otro para explotarlos, entre otras cuestiones, a nivel laboral y sexual. El periodista policial de LN+ y Radio Rivadavia y abogado penalista informa y analiza la problemática.
Desde hace varios días la sociedad argentina se debate ante la desaparición de la niña Guadalupe Belén Lucero Cialone, de cinco años, ocurrida en la capital de la provincia de San Luis.
Recordemos: El día 14 de junio aproximadamente a las 19.30 y en oportunidad del festejo del cumpleaños de su tía Georgina, en el barrio 544 Viviendas, la menor, que se encontraba jugando a las escondidas con un grupo de otros pequeños, desapareció de la vista de los mayores en circunstancias que se ignoraban. Lo cierto es que hasta el cierre de esta edición, nadie supo nada más de ella.
El único testimonio que se había podido recoger, con las salvedades del caso, fue el de una pequeña de tres años que dijo haber visto a una mujer joven, alta y delgada, tapándole la boca a Guadalupe y llevándosela consigo.
A partir del hecho, sumado a demoras en las diligencias procesales de las primeras horas, la justicia provincial, en una zigzagueante investigación encabezada por el juez penal de turno Ariel Parrillis, la fiscal Maria Del Valle Duran y policía local, no se había podido establecer nada en concreto.
Como los días transcurrieron sin pausa, el caso nos llevó a pensar, entre otras hipótesis, en la trata infantil, de la que, según calcula la Organización de las Naciones Unidas, unos 4.000 niños por día son víctimas: hablamos de una red de delito organizado que mueve en el planeta alrededor de diez mil millones de dólares anuales.
¿Qué implica este delito para su configuración? La apelación a la fuerza o a cualquier otro medio de restricción, por medio
El caso Guadalupe: una ventana al tráfico de niñas y niños en el mundo
del secuestro, engaño o fraude, con el traslado ilícito y retención ilícita de niños.
Las cifras resultan abrumadoras. Por ejemplo, en los últimos quince años se ha triplicado el número de víctimas, siendo mujeres y niñas los principales objetivos de la trata de personas: de cada diez danmificados detectados a nivel mundial, aproximadamente cinco son mujeres adultas y dos, niñas. No sólo eso: en los últimos años la proporción de las primeras se redujo de más del 70 por ciento a menos del 50, mientras que el número de menores retenidos con fines de explotación sexual, venta (adopciones ilegales), trabajos forzados, etcétera, aumentó del 10 al 30 por ciento,.
Respecto a las personas procesadas y condenadas por este delito, siguen siendo hombres, aproximadamente en un 64 por ciento. Y allí encontramos desde miembros de grupos de delincuencia organizada, que trafican con la gran mayoría de las víctimas, a individuos y pequeños grupos que operan por su cuenta de manera oportunista.
Los traficantes de niños se les acercan a muchos de ellos ofreciéndoles su atención bajo dos modalidades: “la caza”, que involucra al traficante que persigue activamente a una víctima por lo general desde las redes sociales, y “la pesca”, cuando los perpetradores publican avisos de trabajo y esperan que las potenciales víctimas respondan.
Se trata de la impronta de un delito de gran magnitud incluso a nivel internacional, ya que el tráfico de niñas es uno de los mayores del mundo, representando nada menos que el cuarenta por ciento de las víctimas de trata de personas. Hay más: a las víctimas rescatadas en su propio país de origen hay que sumarles las trasladadas a otros continentes.
Aun rogando con que luego de este cierre Guadalupe haya aparecido sana y salva más allá de las circunstancias que la mantuvieron alejada de familia y afectos, su dramático caso abre la ventana a una dura problemática como la trata de menores, que nos acompaña en los difíciles tiempos que vivimos. Ojalá la justicia logre dar la mejor respuesta a ambas situaciones.
“¿Qué implica este delito para su configuración? La apelación a la fuerza o a cualquier otro medio de restricción, por medio del secuestro, engaño o fraude, con el traslado ilícito y retención ilícita de niños”