UN HOBBY QUE IMPACTA
“En 2016 tenía ganas de tener un hobby y, como siempre me gustó la fotografía y me encanta ver las cosas desde otra perspectiva, se me ocurrió comprarme un dron. Pero no planeaba terminar haciéndome un Instagram dedicado a eso, ni a nada por el estilo”, admite Simón Simko (25), el abogado de San Isidro –se recibió en la Universidad Torcuato Di Tella– que maneja la cuenta @drones.arg en la que lo siguen más de cincuenta mil argentinos. “La red crece muy rápido, porque mis imágenes muestran cosas que sólo las pueden haber visto aquellos que viajaron en avión y pasaron específicamente por arriba de los lugares que fotografío. O sea, ¡algo muy rebuscado! Lo cierto es que todo lo lindo que me fueron y me siguen diciendo generó que a mí me den cada vez más ganas de sacar fotos”, reconoce el joven que, desde que comenzó la pandemia, anhela ir a la ciudad de Rosario para fotografiar el Monumento a la Bandera. Con respecto a su método, detalla: “No diría que tengo uno, pero antes de salir a volar el dron me fijo en Google Maps si veo algo interesante. Obvio que, por un tema de seguridad, siempre voy acompañado… Igual en este tiempo no tuve grandes problemas, salvo una vez en la Plaza del Congreso, cuando me intentaron sacar el control remoto del dron mientras lo operaba. Ésa es una de mis principales preocupaciones. Después, por árboles, paredes y cosas del estilo nunca me preocupé porque soy muy cuidadoso y permanentemente estoy mirando adónde va el dron. Los que suelen tener problemas del estilo son los que se meten demasiado en la pantalla y olvidan prestarle atención. Y ojo que los entiendo, porque mirar la pantalla es tan fabuloso que a veces hasta te da vértigo”, reconoce con una sonrisa el bonaerense nacido bajo el signo de Leo, al tiempo que exclama: “¡A mí me encanta Buenos Aires! Es una ciudad enorme con un montón de historias y estilos. Mi novia (Martina Obstfeld, 23), que es arquitecta, siempre me ayuda a buscar cosas arquitectónicas interesantes. Yo, por mi parte, lo que busco con el dron es capturar la simetría de la Ciudad. Porque cuando caminamos a lo largo y ancho de ella nos perdemos su simetría a gran escala... Y ni te cuento si conozco a alguien y descubro que tiene de fondo de pantalla una foto que tomé yo. ¡Eso me da un año de inspiración para seguir!”.