“Viene gente sacrificada y muy sufrida”
Este comedor para hombres mayores de cuarenta años funcionó históricamente dentro del edificio en un salón grande, pero desde marzo 2020, por la pandemia, instalamos la modalidad de hacerlo al aire libre, y eso implicó que venga gente de toda edad y género. La mía es una tarea de acompañar un montón de situaciones difíciles, porque acá hay de todo: es un mundo de dolor y necesidad; viene gente sacrificada y muy sufrida en todos los aspectos. Yo estoy, escucho y veo qué puedo hacer. A veces se trata de acompañar con una palabra o una prenda, otras, de darles orientación, ayudarlos con un trámite o confeccionar un curriculum. Depende de la persona, ¡y son cientas ellas! En cuanto a la comida, hay muchos jubilados que vienen porque no tienen para alimentarse, pero también hay mucha soledad: encuentran en la comida un espacio de encuentro. De hecho, hay muchos hombres que viven solos en pensiones o que tienen casa y acá arman su mesa de amigos. Después, viene gente de la zona que capaz que vive en propiedades caras que pertenecían a su familia, y ahora no tienen ningún tipo de ingreso. Acumulan deudas de expensas, y aunque les ofrezcas alimentos, te dicen “no tengo para cocinarme porque me cortaron el gas”. Y eso te lleva a pensar que hay personas en pleno Belgrano que se están duchando con agua fría. A esas duras realidades se suma el condimento de la soledad, porque tienen pocos familiares o les da vergüenza cargosear a un hijo o pedirle ayuda económica. Entonces eligen bancarse solos. Y acá nos encuentran a nosotros: un grupo de voluntarios –menos de diez– que cada día alimenta a entre 90 y 120 veinte personas.
(*) 43 años. Su llegada se da a las 18:05, minutos después de terminar de celebrar la misa junto a los feligreses que acuden a escuchar sus palabras dentro de la iglesia. Afuera, personas en situación de calle y vecinos que llegan con un tupper y el changuito para pedir una ración que comerán cuando caiga la noche, encuentran en él palabras de aliento y miradas de cariño.