Gente (Argentina)

MARIANA GENESIO PEÑA.

“Me gustan los hombres cultos, inteligent­es y con mucho sentido del humor”

- Por Juliana Ferrini Fotos: Christian Beliera Producción: Marité Rizzo

“Me gustan los hombres cultos, inteligent­es y con mucho sentido del humor”, describe la integrante de Pequeñas Victorias (la segunda temporada de Pequeña Victoria), al tiempo que sueña con enamorarse y ser mamá.

Cumplió el sueño de ser una mujer trans y de participar bailando en La Academia, acaba de volver a la televisión con Pequeñas Victorias (la segunda temporada de Pequeña Victoria) y ahora va por más: sueña con volver a enamorarse y está entusiasma­da con ser mamá.

La vida le está dando revancha a Mariana Genesio Peña. Pudo hacer realidad lo que más quería en la vida: cambiar de género. Con su nueva identidad supo hacerse un lugar en la tele y cumplir otro anhelo de su vida: bailar en el programa de Marcelo Tinelli. “Me siento privilegia­da por haber sido convocada. Cuando firmé contrato sabía que en algún momento podía ser eliminada. Si bien no fue así, porque dejé La Academia de ShowMatch el 22 de julio por otro proyecto que comienzo en breve, no tengo ningún reclamo para hacer, todo lo contrario: estar en un programa de Marcelo (Tinelli) era un gran sueño para mí, y lo cumplí”, cuenta Mariana Genesio Peña. “Me acuerdo que cuando era chiquita en casa veía a Xuxa, haciendo sus shows en vivo en Ritmo de la noche, y me fascinaba. Era un gran deseo, una fantasía que yo tenía… Y algo que me parecía totalmente inalcanzab­le en ese momento”.

-Antes de avanzar: ¿Nos podés adelantar algo del proyecto por el cual dejaste La Academia?

-Ay… ¡De ese proyecto aún no puedo hablar! ¡Perdón!

-¿Es verdad que vas a trabajar con Lali Espósito, que ella formará parte del elenco?

-(Ríe) Yo no afirmo ni niego nada. ¿Sabés qué pasa? Hay algunos contratos que aún no están cerrados, entonces no quiero meter la pata. Lo que sí puedo decirte es que es un lindo proyecto y me tiene muy entusiasma­da.

-El 20 de agosto se estrenó en Telefe Pequeñas Victorias, que es la segunda temporada de Pequeña Victoria, aquella serie que vimos en 2019. ¿Estás conforme con la evolución de tu personaje?

-Sí, muy… Esta nueva temporada tiene diez capítulos, transcurre cinco años después de la primera y encuentra

“Con Nicolás (Giacobbe) siempre vamos a ser familia, y lo sabemos. Por eso nos vemos todos los días, comemos juntos, compartimo­s bastante tiempo, pero no sé si volveremos a ser pareja. A lo mejor estamos deconstruy­endo la relación: el amor puede ir cambiando de formas, colores y texturas. Yo siento que vivimos una maravillos­a historia de amor y ahora, tal vez, vivimos otra, diferente, que segurament­e va a ser tan especial e increíble como la anterior

a estas tres madres en situacione­s totalmente diferentes de las que estaban en 2019. Para empezar, deben hacerse cargo de algunos “descuidos” de aquella primera parte de la maternidad… Siento que es algo que interpreta a todas las mujeres. Muchas se van a identifica­r con lo que a ellas les toca vivir.

-Por lo que pudimos ver, Emma, tu personaje, sigue vinculada a Antonio (Facundo Arana)…

-Tal cual, aunque con algunos giros muy interesant­es en la relación. ¡Pero no voy a contar mucho porque no quiero spoilear! Fue una producción muy linda. En principio, tiene calidad cinematogr­áfica, algo que no es tan habitual en la televisión de aire. Comenzamos a filmar en noviembre de 2020, en plena pandemia, con todos los protocolos necesarios, y terminamos en marzo último. Fue un gran desafío: no sólo se trató de una de las primeras ficciones que se hicieron luego de la gran cuarentena del año pasado, sino que además se sumaron varias figuras. Creo que a la gente le va a gustar.

“... Mencionarí­a a mi abuela Lucía –contesta Mariana, cuando le preguntamo­s sobre amores de su infancia–. Además de pagarme el colegio, llevarme de vacaciones, al teatro y al cine, la mamá de mi padre se ocupó de darme todo el cariño del mundo. Claro, siempre tuvo una gran predilecci­ón por mí –memora–. De hecho, desde mis tres meses pasé todos los fines de semana con ella. Mis padres -que eran muy jóvenes- querían salir y bueno, me dejaban con la abuela. Uno de nuestros grandes planes del sábado a la noche era mirar juntas el programa de Antonio Gasalla… ¡Te juro que nos moríamos de risa!”, cuenta emocionada remontándo­se a su casamiento con Nicolás Giacobbe “como uno de mis últimos y más conmovedor­es momento vividos con ella: Verla llegar -ya estaba muy viejita- con un anillo de regalo enorme y hermoso, muy fino (como era mi abuela), y su carita de felicidad y entusiasmo por mi boda es algo que jamás podré olvidar. Creo que era un sueño para ella verme casada, enamorada y feliz”, afirma.

-¿Tu abuela se daba cuenta que eras una niña trans? -(Piensa unos segundos) Creo que todos notaban que yo era una niña especial, aunque no me atrevería a decir que sospechaba­n que era una niña trans. De hecho, pensá que el concepto de infancia trans es algo bastante nuevo: hace unos años sólo se hablaba de un chico afeminado o una chica machona. Eso era todo. De hecho, recuerdo a mi abuela reunida con sus amigas, contándole­s con orgullo: “No saben cómo se viste mi nieto para ir a bailar, lo elegante y sofisticad­o que es. Parece un bailaor de flamenco con su ropa ajustada al cuerpo”. Claro, las vecinas la miraban con cara de: “No, señora, eso no es un bailarín español, es una futura señora travesti” (se ríe). Pero bueno, ella me veía así y yo la amaba con locura. -En 2019 te separaste de Nicolás (escritor, guionista y ganador del Oscar, junto a su primo Armando Bo, por el filme Birdman –o la inesperada virtud de la ignorancia–). Sin embargo el año pasado, en pandemia, volvieron a convivir…

-Sí, cuando comenzó la cuarentena tuvimos la necesidad de estar juntos. Después, pasados algunos meses, yo preferí alquilar un departamen­to en el mismo edificio para ver qué nos pasaba: queríamos que cada uno tuviera su espacio pero, a la vez, seguir estando cerca. Además, cuidamos un perrito que se llama Larry, así que tratamos de que comparta con nosotros la misma cantidad de tiempo.

-¿Y cómo está la relación hoy?

-Siempre vamos a ser familia, y lo sabemos. Por eso nos vemos todos los días, comemos juntos, compartimo­s bastante tiempo. Pero no sé si volveremos a ser pareja. A lo mejor estamos deconstruy­endo la relación: el amor no tiene que ser para todos igual, puede ir cambiando de formas, colores y texturas. Yo siento que vivimos una maravillos­a historia de amor y ahora, tal vez, vivimos otra, diferente, que segurament­e va a ser tan especial e increíble como la anterior.

-¿Pensás en la posibilida­d de criar un hijo? -Si bien nunca tuve el deseo de ser madre, este año me apareciero­n, de a poco, las ganas y me permití fantasear con la idea. Antes sentía que, tras la llegada de un hijo, la pareja perdía un poco la magia, el deseo, la seducción y el erotismo… No te voy a mentir: sigo pensando eso porque lo veo en muchas parejas amigas, pero este año, por primera vez, comencé a plantearme la idea de tenerlo desde otro lugar: a lo mejor con una amiga o un amigo y no necesariam­ente con una pareja. No es un proyecto para el futuro inmediato porque hoy estoy muy enfocada en mi carrera, súper ocupada, pero no lo descarto para más adelante.

-Ahora que estás sin pareja, ¿cómo tendría que ser el hombre que conquiste tu corazón? -A la hora de una cita, me gustan los hombres cultos, inteligent­es, con mucho sentido del humor y a los que les guste comer rico. No estoy pensando en que me esperen con un ramo de rosas rojas… El encuentro tiene que ser más bien divertido y con cositas ricas, buena bebida y mucha risa. Te aseguro que a lo mejor hasta prefiero sentarme en una montaña, al aire libre y compartir con él un sándwich de salame.

Esta segunda temporada de ‘Pequeña Victoria’ (llamada ‘Pequeñas Victorias’) transcurre cinco años después de la primera y encuentra a estas tres madres en situacione­s totalmente diferentes. Para empezar, deben hacerse cargo de algunas situacione­s que dejaron descuidada­s en aquella primera parte de la maternidad… Siento que es algo que

” interpreta a todas las mujeres.

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Creo que todos notaban que yo era una niña especial, aunque no me atrevería a decir que sospechaba­n que era una niña trans. De hecho, pensá que el concepto de infancia trans es algo bastante nuevo: hace unos años sólo se hablaba de un chico afeminado o una chica machona. Eso era todo ”

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Maquillaje: Luli de la Vega, para @delavegama­keup, con productos Maybelline New York Peinó: Cristian Rey (@cristianre­ystyle) Ropa: Natalia Antolín
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