UNIVERSIDAD DE YOUTUBE
Antes, los jóvenes estudiaban para convertirse en abogados o doctores. Hoy, quieren ser los nuevos superblogueros.
“EN LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD, LA CREACIÓN Y DISTRIBUCIÓN DE CONTENIDOS NUNCA HABÍAN SIDO TAN DEMOCRÁTICAS”.
medida que el sol se pone sobre el jardín de una lujosa villa dentro de una comunidad privada a 32 kilómetros del centro de Madrid, 100 jóvenes en traje de baño y bikini cantan a coro la versión en español de “I’ll Make a Man of You” de la película de Disney, Mulán. Los más jóvenes –de 15 o 16 años– reman en una piscina llena de enormes donas inflables cubiertas con un glaseado de plástico rosa. Aquellos que tienen 18 años o más se pasean cerca de la casa de dos pisos que ha sido alquilada a una familia local. Llevan hamburguesas, hot dogs y botellas de cerveza Desperado que les sirven en una habitación donde una cortina blanca pegada con cinta a la pared esconde juguetes infantiles y DVDS de los potenciales saqueadores borrachos.
Sin embargo, los jóvenes que cantan el clásico de Disney no se encuentran ebrios: están alborotados, aunque sólo por un rato. Esta no es una fiesta de piscina cualquiera. Es trabajo.
Todos los que se han reunido acá son youtubers o están relacionados con uno. Son chicos y chicas que buscan la fama volcando sus vidas en una cámara y publicando los resultados en línea. Sus vidas –o una forma de sus vidas– son motivo de interés para una audiencia activa. “Son sus propios guionistas, directores, editores y gestores de redes sociales”, dice con aprobación Bastian Manintveld en un esfuerzo por hacerse escuchar por encima de la música. Manintveld, de 41 años, es el co-fundador y Director de 2btube, la compañía que organiza la fiesta. “Ellos son pequeñas empresas unipersonales”, añade. “¡Mírenlos! Yo estaba repartiendo periódicos cuando tenía 15 años”. Durante las pausas de la conversación, entre los cantos y los bailes, sacan cámaras y smartphones de sus mochilas y bolsillos.afin de cuentas, todo es contenido.
“En la historia de la humanidad, la creación y distribución de contenidos nunca habían sido tan democráticas”, alardea Manintveld mientras la música cambia hacia unaversión en español de la canción de Pokémon. Ya no hace falta más que una webcam y una conexión decente a Internet para llegar al otro lado del mundo.
“Estamos empezando a escuchar de chicos de secundaria que dicen: ‘Cuando sea grande, quiero ser youtuber’”, comenta Laura Chernikoff, quien durante siete años trabajó como organizadora de Vidcon, la principal conferencia mundial de la industria del video en línea, y ahora es la Directora ejecutiva de Internet Creators Guild, un ente comercial que brinda asesoría a los youtu
bers. “Este es un fenómeno nuevo que ni siquiera era un trabajo hace cinco o 10 años”.
Alice E. Marwick, Investigadora en Identidad y Celebridad digital de la Universidad de Fordham de Nueva York, concuerda con Chernikoff. “Más que tratarse de lo que alguien es, lafamahoyen día se trata de lo que alguien hace”.
Pero ¿“famoso del futuro” es una carrera legítima a la que pueden aspirar los niños o es solamente flor de un día?
“¿Los famosos del futuro?”, grita Manintveld. Su compañía cumple las funciones de representante, agencia de publicidad y de relaciones públicas para la mayoría de los youtubers que se encuentran acá comiendo hamburguesa y bebiendo cerveza mientras el sol se pone. “Ellos son los famosos de hoy. Hay una gran cantidad de niños, y para ellos, estos jóvenes son más importantes que George Clooney o Matt Damon”. Como si hubiera sido acordado previamente, un preadolescente parecido al actor Paul Rudd con una Gopro amarrada a la frente trota por detrás de Manintveld y salta a la piscina, salpicando agua por los aires.
El camino a l a fama no siempre es glamuroso, y con frecuencia, parece muy alejado de las fiestas de piscina, las hamburguesas y la cerveza. En un salón de clases ordinario de la Universidad Francisco de Vitoria, a media hora en carro desde Madrid, nueve niños cortan y editan videos febrilmente con sus rostros arrugados en un gesto de concentración, iluminados por la clara luz azulada de las pantallas de las computadoras. En la pared del fondo, viéndolos desde lo alto, cuelga un crucifijo barato. El lugar no tiene luz ni ventilación, las persianas están cerradas para que no entre el sol de la tarde. En la pared embaldosada de la parte trasera del salón se encuentran pegadas unas hojas tamaño A4 con descripciones garabateadas con marcador que ilustran los planes para sus canales.
Los niños están llegando al final de un curso intensivo de dos semanas organizado por 2btube que busca enseñarles cómo convertirse en youtubers. Los precios van desde los 650 euros por persona únicamente por las clases, hasta los 1,705 euros por la experiencia universitaria completa. Diez estudiantes se matricularon en el curso, aunque, según Manintveld, otros 100 pidieron información. El currículo incluye clases para “crear la marca de tu propio canal”, cómo “incrementar tu audiencia” y “monetizar los videos subidos a tu canal”. En este penúltimo día de clases, están arreglando los últimos detalles de sus canales deyoutube antes de presentarlos en laceremoniade graduación –aunque el equipo periodístico y la agitación por el inminente fin de su aventurainterfieren con el orden en el salón–.
Como todos los niños (ninguno tiene más de 14 años), los asistentes al curso forman un grupo precoz, andando de un lado a otro en un estado de agitación continua, a pesar de que hacen su mejor papel de adultos.algunos son tímidos, otros son mayores y más seguros, y otros son frenéticamente atentos. Entre los más precoces, hay un par sentado en el área trasera del salón; están doblados sobre la pantalla de una computadora, juntando imágenes del juego de navegador slither.io: Alex Bortnyk, de 11 años, y Julien Seny, de 12. Ambos están aquí para la experiencia universitaria completa; toman clases de español por la mañana y aprenden a monetizar sus marcas por la noche.
La hoja de papel con el boceto de su canal muestra a Seny como un muñe quito de palos con sombrero de copa y las palabras “Mr. Chapeau”. “Significa ‘Señor Sombrero’”, explica con el mentón pegado al pechoylos ojos azul claro mirando la luz fluorescente. “Tengo cuatro sombreros, y eso va a ser lo mío”, dice. “Uno debe tener un distintivo en Youtube”.
Seny admite no ser el centro de atención en su colegio en Bélgica, “pero eso va a cambiar”, asegura. “Voy a hacer muchas cosas con Youtube. Es trabajo para los chicos. Se puede ganar dinero. La gente me va a reconocer cuando camine por la calle”. Seny ya ha lanzado dos canales de YouTube, en su mayor parte enfocados en videos de Minecraft, y espera mejorar sus habilidades para que la tercera sea la vencida. Pero es pragmático, plenamente consciente de que este es un campo muy competido. Más de mil millones de personas ven cientos de millones de horas de videos al día, y un número creciente de creadores cuenta con el respaldo de grandes agencias que promueven su trabajo.
“Hay mucha gente allí afuera”, dice, “y todos quieren estar en Youtube. Son profesionales; para ellos, es como un trabajo. Para mí, también”.
Su nuevo amigo, el griego-ucraniano Alex Bortnyk, no
está tan seguro. “Yo pensé en ser un youtuber durante mucho tiempo”, susurra nerviosamente y apenas audible por encima del ruido del salón. “He estado pensado: se siente bien estar aquí, pero no logro decidir si de verdad quiero hacerlo”. Bortnyk es tan tímido como Seny es seguro. A su lado, un niño pequeño de piel trigueña, de apenas 1.20 de altura, está concentrado en su video. Se presenta como Francisco Javier Zurita, de 13 años.
Según sus propios cálculos, Zurita pasa dos horas al día viendo Youtube. “Por la mañana, voy a la piscina, pero por la tarde,veovideos –muchosvideos–. Me hacen sentirfeliz”, afirma con entusiasmo en la miraday una sonrisa cándida. “Yme motivan. Pienso: ‘¿Qué pasa si creo mi propio canal?’. Si uno sigue haciendo videos, puede conseguir un canal exitoso, con 100 mil suscriptores. Pero yo lo hago porque me gusta, no por la fama”.
Para entrar en las oficinas de 2btube, ubicadas en un espacioso taller mecánico remodelado cerca del Parque del Buen Retiro en Madrid, se debe pasar junto a un Buda sentado contra una pared pintada con las palabras “Vienes del mundo exterior” y un conjunto de globos de helio plateados que se desinflan lentamente y que llevan la inscripción “100k”: los últimos vestigios de una fiesta organizada para celebrar la llegada de uno de los clientes a los 100 mil suscriptores. Treinta y cuatro empleados –muchos de ellos también videoblogueros, incluido un joven de 25 años de piel clara y pelo color arcoíris que usa el nombre de “Sumibunny” en pantalla– trabajan en sus computadoras portátiles sobre escritorios y en zonas de descanso adornadas con cojines. En uno de ellos se lee “Persigue tus sueños”.
La compañía es una red multicanal (MCN, por sus siglas en inglés), un cruce entre un cazatalentos tradicional, una productoray una agencia publicitaria, que buscay promueve a jóvenes con el don de lucirse ante las cámaras. Según las últimas cifras, 2btube er ala vigésimo cu ar tamcn más grande del mundo.
Bastian Manintveld fundó la compañía junto con Fabienne Fourquet, ex director digital en la empresa de televisión francesa Canal+, en septiembre de 2014, tras notar que sus dos hijas de 13 años habían dejado de prestar atención a la televisión. “Por completo”, asegura Manintveld, con los trazos de su acento danés marcando sus consonantes. “Un día, tienen el monopolio de mi sala y no puedo ver televisión. Al día siguiente, de golpe, ya no están en la sala. Están en mi ipad viendo videos de Youtube”.
Manintveld, alto y con una melena de cabello dorado, trabajó en televisión en el Reino Unido antes de volcar su atención hacia Youtube. “Me di cuenta de que no se trataba sólo de mis hijas. Era toda una generación”.
“LO QUE ESTÁ PASANDO AQUÍ ES UNA REVOLUCIÓN”, ASEGURA BASTIAN MANINTVELD.
Dos años después de su fundación, 2btube representa a unos 150 youtubers. Veinte por ciento tienen menos de 18 años, y 10%, más de 30. Su contenido de YouTube alcanza las 400 millones de visitas mensuales. Manintveld asegura que 2btube está inspirada en agencias tradicionales de Hollywood como William Morris o CAA. Pero incluso las compañías tradicionales están adentrándose en el mundo de los medios en línea: laempresa de telecomunicaciones Verizon compró una participación del 24.5% en la red multicanal Awesomenesstv en junio, valorando la compañía en 650 millones de dólares –un precio similar al que pagó Disney para adquirir otra MCN, Maker Studios, en marzo de 2014–.
Manintveld inspecciona 99 fotos con marco blanco que alinean una pared entera de la oficina con los talentos que su empresa representa, reflexiona sobre los chicos que asisten a su curso de verano, algunos de los cuales tienen el potencial intangible que separa a las pocas superestrellas de Youtube de los muchos videoblogueros del montón, y anuncia: “Lo que está pasando aquí es una revolución”.
Naturalmente, la revolución será televisada. Un equipo de televisión de un noticiero local davueltas por el lugar, grabando fragmentos de entrevistas con los participantes. Fuera de la universidad, cerca de una cancha de baloncesto, tres chicos están más relajados alrededor de la cámara.
Con 15 años, los Trillizo0201 son los dos hijos y la hija de Ana y Javier de Miguel, de 44, y están acá para asesorar a los asistentes durante una sesión de preguntas con los padres; son el resplandeciente ejemplo al cual se supone que los visitantes deben aspirar. Pablo, Álvaro y Paula de Miguel, actualmente en esa etapa extrañay un tanto torpe de la adolescencia, comenzaron su canal durante su tiempo libre a los 13 años, grabando las peleas y las bromas de sus hermanos y publicándolas en línea.
“No sabíamos que era exitoso hasta que vinieron a decirnos: ‘Miren, ya tenemos 4 mil suscriptores’”, dice Javier de Miguel. Dos años después, ya son famosos a escala menor. Javier abre una aplicación en su iphone. “Esto es en tiempo real”, dice. Los números en la pantalla aumentan, la cifra va en ascenso hasta que se detiene en 174,109 suscriptores. Sonríe. “Si uno mira esto durante cinco minutos, incrementa”.
Le preguntamos a De Miguel si ha notado un cambio en sus
hijos durante los dos años que llevan en Youtube. Él asiente. “Han pasado de ser niños a ser adolescentes. No sé si los cambios que han visto son naturales o se deben a Internet”.
Manintveld observa con aprobación a medida que los trillizos se turnan para ubicarse frente a la cámara. ¿Dejaría a sus hijas, que están alcanzando la edad que tenían los De Miguel cuando comenzaron y cuyo papá está vinculado directamente a la industria, convertirse
en youtubers?
“Todavía no”, contesta. “Son demasiado jóvenes. Es como otro trabajo. Si quieres hacerlo bien, necesitas dedicarle tiempo. Y lo otro es que, si lo haces, estás muy expuesto a que te critiquen”.
“Todos los días me preocupo más”, dice Javier de Miguel, pateando la arena bajo sus pies mientras su hija se sienta frente a la cámara fuera de la universidad. Los youtubers están expuestos a dos tipos de problemas similares: los comentaristas maliciosos que cuentan con una plataforma abierta para criticar y los fanáticos obsesivos, pero bienintencionados que pueden llevar su fanatismo muy lejos. La you
tuber británica Marina Joyce se vio obligada a negar que hubiera sido secuestrada por Dáesh en julio porque fans adolescentes recelosos cayeron en un agujero negro de especulación. “Creo que muchos jóvenes lo ven como algo muy divertido y cool para ser famosos”, comenta Marwick. “Pero en realidad, este tipo de fama es muy precaria. Puede ser difícil para los jóvenes que tienen éxito en esto”.
Marwick los compara con las estrellas infantiles de Hollywood que se hicieron enormemente populares a temprana edad. “Sabemos que no tienen una vida muy fácil más adelante”, explica. “Creo que eso aplica doblemente para estos chicos que se están volviendo estrellas a través de otros medios que no ofrecen las ventajas económicas que las estrellas de cine y televisión han tenido”.
“Hace unos años, si le preguntabas a un adolescente qué quería hacer en un futuro, te respondía: ‘Quiero crear una aplicación y venderla por millones’”, dice Javier de Miguel. “Ahora dicen: ‘Youtube’”. Sin embargo, el éxito no está garantizado –ni siquiera luego de una capacitación intensiva de dos semanas en un curso especializado en Youtube–. Daniel Callejón, de 27 años, es Gerente de talento en 2btube y ha sido videobloguero desde 2006. “Hoy en día, es más difícil”, explica. “Como espectador, ahora tengo más contenidos de dónde escoger. Muchos más”.
Sin duda, algunos youtubers se hacen millonarios. Felix Kjellberg, conocido por sus 47 millones de suscriptores como el streamer de juegos Pewdiepie, declaró montos para su productora en Suecia que reflejaban ocho millones de dólares de ganancias en 2015 por ingresos de 8.6 millones –18% más que el año anterior–. Pero en un universo en el que nichos cada vez más pequeños pueden escoger a sus propios famosos para admirar, sólo un grupo selecto tiene la posibilidad de construir una carrera estable.
“Por eso, me refiero a esto como una fantasía de redes sociales”, dice Marwick. “En realidad, puede ser muy estresante, muy difícil, y no siempre es lucrativo. Uno puede tener medio millón de seguidores en Youtube y seguir trabajando en Starbucks. Muchos los tienen. No existe un colchón económico que proteja de las desventajas de este tipo de fama”.
Aunque no puedan obtener un sueldo para ganarse la vida publicando videos en línea, los
youtubers siguen siendo valiosos, en especial para los publicistas. El 92% de los usuarios de Internet entre los 16 y los 24 años fuera de China visitan Youtube todos los meses, según la compañía de investigación Globalwebindex, y
HACE UNOS AÑOS, LOS ADOLESCENTES QUERÍAN HACER APPS Y VENDERLAS EN MILLONES; HOY, BUSCAN SER ESTRELLAS DE YOUTUBE.
están ansiosos por escuchar a sus compañeros famosos, además de que se convertirán en potenciales consumidores con capacidad adquisitiva.
“Quiero levantar puentes con esas empresas”, dice Manintveld. “Construir puentes entre nuestro mundo –nativos digitales creadores que han alejado a las audiencias jóvenes de la televisión– y las compañías televisivas”. Esboza una sonrisa. “Yo creo que les puedo devolver su audiencia”.
Después de dos semanas de clases, los nueve participantes en el curso de verano de 2btube están a punto de decirse “adiós”. La ceremonia de graduación es un acontecimiento sencillo. Diecisiete personas –incluidos los trillizos De Miguel y los propios asistentes al curso– están aquí para ver los frutos de las dos semanas de trabajo de los estudiantes. Una hora después de que empieza la ceremonia, entran unos pocos padres más.
La situación no es fácil: en medio de la sesión de preguntas, durante la que los papás salpican a los trillizos De Miguel con consultas sobre cómo se adaptaron a la fama que les trajo Youtube, un par de estudiantes bostezan y sacan sus celulares para cargar Pokémon Go. Alex y Julien comienzan a echar un pulso. Pero cuando suben al escenario, tienen un aire de orgullo y realización. Tras dos semanas de trabajo, están a punto de presionar “Publicar” a sus videos, dejándolos en línea para que todo el mundo los vea.
Francisco Javierzurita, el joven bronceado de laampliasonrisa, se sienta con dos chicos, ambos sus buenos 30 centímetros más altos que él, y comienza a hablar a lo largo del video, que muestra una retransmisión del juego slither.io en la que cada miembro del trío cambia de puesto cada 30 segundos. Lavoz de Zuritasale de lo profundo de su diafragma, segura y cautivadora; sus ojos oscuros examinan el salón por unos minutos mientras narra la acción del video, que termina con la invitación “like ysuscríbete”ygeneraunavigorosa ronda de aplausos.
Alex y Julien se levantan ansiosos para presentar su video –también con imágenes de sli
ther.io–. Alex respira profundo cuando presiona el botón de “Publicar video”. Ambos miran la pantalla durante el minuto largo que se tarda en cargar, apenas conscientes del salón a su alrededor. El video empieza, acompañado por subtítulos con jerga de videojuegos que saltan sobre un fondo de hard rock libre de regalías. Cuando muere la deslizante culebra de Julien, el mensaje “slither noobs” se desplaza por la pantalla. En un momento dado, #Hitler resplandece en una esquina. Al final del video, aparece el característico lenguaje de Youtube: “Compra y suscríbete, y explota ese botón de like”. Los niños lucen satisfechos cuando vuelven a sus asientos.
Luego de un par de horas de presentaciones devideo, discusiones y aplausos, los chicos salen del salón yvan a jugar al aire libre bajo el sol de la tarde que baña el campus universitario. Le preguntamos a Julien por qué cree que Youtube es tan popular. “Es divertido”, responde, alzando los hombros. “Uno tiene la posibilidad de hacer lo que quiera. Cuando uno ha realizado un video, se siente muy orgulloso”. Por un instante, mira al vacío; una mano sosteniendo la otra, un niño de 12 años en busca de más palabras para decir. Como no las encuentra, asiente. Y se va a jugar.
2btube planea llevar a cabo el curso otra vez el próximo año. “Somos una compañía de medios para la nueva generación”, menciona Manintveld. “No está mucho más adelantada que la anterior, pero nosotros hacemos contenidos para la generación más joven”.
Aún quedan unos cínicos. Mientras guarda sus notas después de entrevistar a los trillizos De Miguel, le preguntan a Arturo Lopo, un periodista televisivo español de 26 años, si su trabajo está en riesgo. “No creo”, se ríe. “Hubo dos programas de televisión presentados por you
tubers en España, pero no duraron mucho”.
¿Si Youtube hubiera sido tan importante hace 10 años, cuando él era adolescente, lo habría hecho? “Nunca”, contesta desdeñosamente. Se rasca la cabeza. “Todavía me estoy preguntando cómo pueden tener tanto éxito estos chicos”.
El día anterior, les pregunté a Alex Bortnyk y Julien Seny si sus papás entendían qué es Youtube.
“¡No!”, contestaron al mismo tiempo. “Cuando tenían nuestra edad, no había esta tecnología”, siguió Alex. “Hay cosas ahora que no existían antes. Es diferente”.
Todavía está por verse si los adultos que se mueven en este mundo de niños pueden construir y mejorar la industria o si el solo peso de sus cálculos de negocio traerá su cosecha. Por el momento, los chicos soñadores continuarán pendientes de sus computadoras personales y sus
smartphones, esperando la invitación a la fiesta de alberca.