ENTRE COPAS
¡Quiero llorar! ¡Dios santo! ¡Viva el fútbol! ¡¡Gooolaaaazooo!! ¡Diegooool! ¡Maradona! Es para llorar, perdónenme... Maradona, en una corrida memorable, en la jugada de todos los tiempos... Barrilete cósmico... ¿De qué planeta viniste? Para dejar en el camino tanto inglés... ¡Para que el país sea un puño apretado, gritando por Argentina!”. Así vació el alma en un micrófono el narrador Víctor Hugo Morales en un estado de éxtasis presenciando en directo, en el Estadio Azteca, el mejor gol en la historia de las Copas del Mundo. Era México ¯ y yo lo vi a través de los ojos de mi madre, embarazada, a menos de cuatro meses de que yo llegara a este mundo. Ni siquiera había abierto mis ojos y, sin saberlo, ya había tenido una conexión con el fútbol. Deporte para algunos, religión para otros, pero cada cuatro años, razón suficiente para hacer que el planeta entero se paralice… Vibre. Ría. Llore. A lo largo de los años, únicamente ha habido ocho campeones de un total de ªª participantes (Islandia y Panamá debutarán este verano), pero siempre existe un factor: la ilusión. ¿Cuántas historias de ‘Cenicienta’ no existen en el deporte? ¿Y si ahora es la nuestra? Se vale soñar.
Así lo llegué a sentir en Alemania ¯, cuando tuve oportunidad de estar en un partido de la selección azteca como aficionado gracias a un viaje con mi Universidad (la Anáhuac). En su primer partido de la fase de grupos, el Tricolor venció ¤- a Irán en Nüremberg. Como un niño, lloré al entonar el Himno Nacional y celebré borracho de alegría (y de las o cervezas que me tomé). Abracé a mi hermano, a quien me topé en las inmediaciones del estadio, y lo cargué gritándole al oído y destrozándole el tímpano: “¡Vamos a ser campeones del mundo, cabrón!”. Eso hace la ilusión y la esperanza (y sí, también el alcohol). Pero como todos recordamos y lamentamos, aquel ideal se desvaneció tras el mejor tanto de la gran justa marcado por el argentino Maxi Rodríguez.
Brasil fue mi primera experiencia como profesional en una Copa del Mundo, cubriendo a la Selección Mexicana para Univisión. Una vivencia distinta y maravillosa (no hubo tantas cervezas, por si estaban con el pendiente). Ese combinado de Miguel Herrera jugó fantástico y estuvo más cerca que nunca de ese ansiado ‘quinto partido’. Al final, la misma historia: el sueño se esfumó en los últimos instantes y el #Noerapenal se volvió trending topic. Lleno de coraje y tristeza, me tocó entrevistar a los jugadores del Tri que, evidentemente, se sentían peor. Tan cerca y a la vez tan lejos. A esperar cuatro años más...
Pero la expectación terminó. Este verano, nuevamente toca hacer maletas para viajar a Rusia con un nuevo reto: cubrir a la selección en inglés para la cadena FOX. Me froto las manos. Tengo frente a mí una nueva oportunidad para contar historias y transmitir lo que pasa en la cancha en un idioma que, aunque no me es ajeno, no es el mío.
La fiebre ya comenzó: las quinielas, la compra de jerseys, pequeños y adultos intercambiando estampas para completar su álbum Panini. Es la gran fiesta del fútbol. ¤ naciones buscan “pelear por una estrella”, como dice aquella canción que encumbró al estrellato a Ricky Martin en ¦¦ (no está de más decir que, para mí, “La copa de la vida” sigue siendo el mejor tema en la historia de la justa futbolística).
Pero ¿qué hay del Tri? La palabra “rotación” ha prevalecido por los resultados. Ha sido la mejor clasificación mundialista en la historia reciente del combinado azteca. En una nube de escepticismo, e incluso una postura un tanto xenófoba (sin afán de generalizar) hacia el entrenador Juan Carlos Osorio. Sería osado si en estas líneas escribiera que México tendrá una participación histórica en Rusia. En verdad no lo sé. Sólo creo que va a competir. Lo logró a nivel Sub- ª en dos ocasiones. Lo revalidó con la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres . Esa generación dorada tiene esa gran oportunidad de trascender.
Ha vuelto la etapa de la ilusión. Disfrutemos del último Mundial con ¤ selecciones, ya que en cuatro años se incrementará a combinados internacionales. Más partidos, mayor dinero y menor calidad, aunque también en ese verano de regresará la esperanza y, como bien dijo alguna vez Diego Armando Maradona, “la pelota no se mancha”.
Rodolfo Landeros cuenta con más de nueve años de experiencia dentro de la industria del deporte. Actualmente, forma parte del equipo FOX Deportes donde comenta la UEFA Champions League, Bundesliga, MLS y NFL. Previo a FOX, Landeros trabajó cerca de cinco años en Univisión, fungiendo como presentador de Fútbol Club y colaboró en los programas Fútbol Central, Contacto Deportivo, Locura Deportiva y Línea de 4. También formó parte de Televisa Deportes como reportero y comentarista por cinco años, colaborando en programas como Más Deporte, FOROTD, Lajugada.com Panamericana, Lajugada.com Euro 2012 y el noticiario VERSUS.
“NI SIQUIERA HABÍA ABIERTO MIS OJOS Y, SIN SABERLO, YA HABÍA TENIDO UNA CONEXIÓN CON EL FÚTBOL. DEPORTE PARA ALGUNOS, RELIGIÓN PARA OTROS, PERO CADA CUATRO AÑOS, RAZÓN SUFICIENTE PARA HACER QUE EL PLANETA ENTERO SE PARALICE… VIBRE. RÍA. LLORE”.