ESENCIA DE AVENTURA
Louis Vuitton comienza a escribir una nueva página en su historia con la presentación de su primera colección de fragancias masculinas, con la que, de paso, rinde homenaje al espíritu del viajero que rige las coordenadas de la maison.
Lexploración de un nuevo territorio, la constante rein- vención y la curiosidad por explorar nuevos campos es el lema que ha regido a la maison Louis Vuitton desde que fue fundada, en 1854. Mediante el código del arte de viajar, que permanece encriptado en su ADN y per- mea todas sus categorías, la firma ha logrado construir un imperio que se sostiene sobre un singular estilo de vida que cumple la promesa de acompañar al espíritu nómada de su clientela sin importar a dónde se dirija.
El nuevo apartado en la historia de la casa se escribió en Grasse, la provincia al sur de Francia, reconocida por sus aportaciones a la industria del cuidado de la piel y fragancias, considerada por ello la capital de la perfumería. En el corazón de la ciudad provenzal de la Riviera Francesa, rodeada de campos y cultivos de flores y cítricos, se alberga Les Fontaines Parfumées, un espacio dedicado al estudioy producción de las lociones de la maison, y liderado por el maestro perfu- mero Jacques Cavallier Belletrud, nativo de este lugar. Louis Vuitton lanzó su primera colección de fragancias en 2016, completamente enfocada en el mercado femenino. Dos años más tarde, se abrió la conversación al segmento de los caba- lleros con una entrega que rinde tributo a la masculinidad y esencia del viajero moderno, compuesta por cinco diferentes
etiquetas que representan una jornada y las distintas emociones que se despier- tan a lo largo de un viaje. “Quería rendir tributo a un aventurero en una travesía de autodescubrimiento e invocar la ener- gía de su piel. El objetivo era crear una serie que capturara la energía de este momento histórico, pero que permane- ciera eterna. Soñaba con perfumes que una mujer amaría oler en un hombre. Quería crear una personalidad única para nuestras fragancias, con emociones muy específicas”, nos platica Belletrud desde su oficina en Les Fontaines Parfumées.
Para Jacques, su atelier es el espa- cio de estudio y contemplación para la composición de cada esencia, una guarida para formular historias a través del olfato, mientras que el mundo es su campo de exploración más grande. Belletrud realizó una expedición a través de los cinco continentes y así obtener los elementos clave para la fabricación de cada perfume que com- pone esta entrega. Recorrió los campos de cítricos en Calabria, las montañas de El Salvador para encontrar el bál- samo de Perú idóneo, los cultivos de sándalo en Sri Lanka y halló el mejor oud assam en una localidad de Bangla- desh. Todos estos materiales viajaron con él a Grasse para ser transformados en una molécula que se integra dentro de una composición singular, la cual despierta emociones y emana el vigor masculino envuelto en una narrativa de una emocionante aventura que, a su vez, responde a un nombre de acuerdo a la naturaleza con la que fue creado. Immensité, Nouveau Monde, Orage, Sur La Rute y Au Hasard; así se llama cada una de estas aventuras que presumen una vigorizante experien- cia. “La calidad de las materias primas es esencial. Éstas vienen de todo el mundo. Las buscamos en donde sabe- mos que habrá lo mejor. Somos muy específicos en cuanto al know-how y el respeto a la naturaleza. Estoy en constante contacto con los producto- res, artesanos y fábricas. El perfume es universal, aunque el punto en el que esa universalidad se encuentra es en Grasse, donde trabajamos estos mate- riales para convertirlos en perfumes. Después, mis creaciones viajan por todo el planeta por medio de Les Par- fums Louis Vuitton. Este es el ADN de la firma. El trayecto siempre empieza con las materias primas. Cuando usas una fragancia Louis Vuitton, comienza tu propia travesía”, afirma el maestro creador sobre la importante curaduría y selección de materiales que rigen las exigencias de la casa.
El diseño de la botella estuvo a cargo de Marc Newson, un aficionado del minimalismo que, a través de este diseño, rinde un homenaje a la simpli- cidad, siguiendo la línea de la primera creación de fragancias de la marca: un frasco de vidrio transparente con un acento en la tapa color negro y el logo de la firma en frío metal, donde única- mente se lee el nombre del perfume y el resto de los detalles se hallan grabados. La composición de colores de las fra- gancias se sostiene sobre la elegante y desaturada escala de tonos beige, arena, concreto y verde, desarrollando una armonía entre sí.
Una de las bondades más grandes de las fragancias de Louis Vuitton, por encima de la arquitectura que rodea al producto, es la posibilidad de rellenar las botellas de 100 ml y 200 ml directa- mente en tienda, reduciendo el impacto al medio ambiente y creando concien- cia sobre la cultura del reciclaje en la industria de lujo.