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En medio del glamour de Hollywood, Infiniti nos presumió su nuevo crossover: la QX , que no sólo llega con un estilo que deslumbra donde se para, sino que también tiene el motor más revolucion­ario de la actualidad.

- Por Marco Robles

LosÁngeles es el lugar donde las grandes estrellas aparecen, así que Infiniti no encontró mejor sitio para mostrarnos la QX que las calles de Hollywood y los hermosos caminos coste- ros de Malibú y Santa Mónica, donde nos sentíamos como verdaderos rockstars al volante de este crossover.

Esta SUV, fabricada en México, es la apuesta más fuerte que tiene la firma de lujo japonesa para poder ponerse al tú por tú con las marcas premium alemanas, tanto en manejo como en acabados y, por supuesto, tecnología. Para ello ha recurrido al cau- tivante diseño de los más recientes lanza- mientos de la casa y también al primer motor de compresión variable en el mundo, con el que podemos tener dos autos en el mismo

vehículo: una camioneta eficiente o, bien, una llena de emociones.

Su poderoso y elegante semblante ena- mora a primera vista. La forma en la que las líneas fluyen por toda la carrocería la hace una de las SUV más atractivas del momento, quizá la más seductora del segmento. Por dentro, el habitáculo mantiene la esencia de sus hermanos Q€‚ y Qƒ‚, con líneas diná- micas y que en lavisión de Alfonso Albaisa, Director de diseño de Nissan e Infiniti, están inspiradas en la naturaleza. Así encontramo­s una combinació­n de café chocolate con azul marino, plata y beige, que representa­n a las montañas, el mar y la arena.

Encendemos el motor y es momento de recorrer los caminos de California para dejarnos seducir por los encantos de su costa. Impulsando a la QX€‚ tenemos un cuatro cilindros de última generación, “.‚ litros turbo que produce “ƒ” hp y “”‚ libras- pie de torque, acoplado a una transmisió­n automática CVT que envía la potencia al eje delantero. La caja de velocidade­s ha sido mejorada para ofrecer un manejo más con- fortable y contribuir a la causa de la reduc- ción del consumo de combustibl­e. Este pro- pulsor puede variar de una compresión de ”:– (deportivo) a –™:– (alta eficiencia), sin que el conductor tenga que pulsar un botón. Y es que el sistema funciona de forma automática mediante las órdenes de la computador­a del motor, lo que hace que lacompresi­ón varíe cientos de veces en un periodo muy corto.

Cuando tenemos un estilo de manejo relajado y eficiente en la ciudad, un pequeño motor mueve un brazo, que varía el ángulo del cigüeñal y hace que el pistón tenga un punto máximo de compresión más alto para reducir el consumo de combustibl­e. Pero si la computador­a detecta que necesitamo­s más empuje y poder, ese brazo se dirige en dirección contraria para reducir la altura máxima de la carrera del pistón, con lo que ganamos en potencia a cambio de consumir más gasolina.

En las calles de una urbe tenemos un auto dócil y de manejo suave, muy conforta- ble y eficiente, pero en la autopista las cosas cambian. Sólo es necesario hundir el acele- rador para tener un gran empuje del torque del motor y comenzar a acelerar de muy buena forma. En pocos segundos, ya rebasa- mos el límite de velocidad, así que hay que bajar las ansias para disminuir el ritmo. La buena puesta a punto del motor y el sistema de compresión variable nos ayuda a tener muy buena entrega de torque desde bajas revolucion­es, así que rebasar o recuperarn­os en una frenada es muy sencillo. Tras varios kilómetros sorprende su autonomía, pues la aguja de la gasolina no se ha movido prácti- camente nada.

Dentro del habitáculo, encontramo­s un espacio muy bien iluminado y con muy poco ruido del viento, lo que hace que pasarvaria­s horas al volante no se convierta en un calva- rio. Por su parte, los asientos Cero Gravedad, que Nissan trajo de una patente de la NASA y lleva varios años montando en sus modelos más altos, siguen siendo los mejores de la industria, y gracias a su construcci­ón te per- miten descender del auto fresco y listo para disfrutar del destino.

Más adelante, una sinuosa carretera nos muestra el buen desempeño de la suspensión y la rigidez del vehículo que parece danzar en una sola pieza a través de este camino. No hay transferen­cias de peso bruscas, al contrario, siempre te da la sensación de que estás en control total.

El motor de la QX50 produce 268 caballos de fuerza y 280 libras-pie de torque. Un auto lleno de emociones.

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