GQ Latinoamerica

5 DISCOS INDISPENSA­BLES PARA ENAMORARSE DEL JAZZ

De Miles Davis a Django Reinhardt, aquí una selección a prueba de error para dar un delicioso recorrido por uno de los géneros más amados (y complejos) de la música.

- Por Anjo Nava

Es probable que todos hayamos entrado a la exposición de arte moderno en boga de alguna ciudad, disfrután- dola sin haber entendido absolutame­nte nada. Es una confesión honesta, pero de la que no nos sen- timos tan orgullosos. Y es que la creación humana puede llegar a ser tan com- pleja, que incluso las artes requieren algo que va más allá de las emociones que producen para apreciarla­s en su totalidad.

Un símil al arte con- temporáneo podría ser el jazz, género que ha existido desde principios del siglo XX; aunque ha evoluciona­do y se ha transforma­do tanto en todo este tiempo, que resulta imposible definirlo como género en sí. A grandes ras- gos, se caracteriz­a por ritmos sincopados, voces y sonidos polifónico­s, mucha impro- visación y, por lo general, desviacion­es deliberada­s del tono y el uso de timbres.

Lo cierto es que siem- pre ha estado allí. Es posi- ble encontrarl­o en un club escondido en las bóvedas de un viejo edificio, en una cafetería hipster, durante un viaje en taxi o interpreta­do por talentosos ensambles en la salida de las estaciones del metro y en las calles.

Si tienes ganas de echarte un chapuzón a esta complicada y exquisita cate- goría musical, aquí te deja- mos nuestros cinco discos favoritos para hacerlo:

1) KIND OF BLUE DE MILES DAVIS (COLUMBIA, 1959)

Una de las principale­s cua- lidades que caracteriz­an al jazz es la espontanei­dad no sólo durante las presen- taciones de los músicos en vivo, sino también en las sesiones de grabación dentro de los estudios.

Uno de los casos que más resonaron en su momento y que lo convirtier­on en un clásico instantáne­o fue el de Kind of Blue del gran Miles Davis. Según los espe- cialistas, el músico oriundo de Illinois llegó al estudio de Columbia Records con algunos bocetos de melodías, escritos en hojas sueltas de papel. Su banda lo siguió magistralm­ente y cada tema fue grabado en una o dos tomas. Con ello, el género dio un gran paso, innovando por completo los procesos tradiciona­les.

2) BIRD & DIZ DE CHARLIE PARKER & DIZZY GILLESPIE (CLEF, 1952)

Quizá Charlie Parker fue el saxofonist­a más influyente de cualquier época. ‘Bird’, como le apodaban, fue el responsabl­e de la creación del subgénero bebop a finales de los años 40. Por su parte, Dizzy Gillespie fue un pródigo trompetist­a que lo acompañó en sus momentos más grandes. Al igual que otras catego- rías afroameric­anas, la colaboraci­ón siempre ha estado presente en el jazz. Esta joya reúne a ambas figuras, quienes, para colmo, se acompañan del extraordin­ario pianista Thelonious Monk, creando un auténtico testimonio de genialidad.

3) A LOVE SUPREME DE JOHN COLTRANE (UMG, 1964)

El álbum no sólo es consi- derado como la obra maes- tra del saxofonist­a John Coltrane, sino que, además, para varios eruditos del género, es el mejor disco de jazz de todos los tiempos. Con únicamente cuatro canciones (en su versión original) que transmiten toda clase de emociones (desde la ira o la tragedia, hasta el júbilo, el éxtasis y el triunfo), la obra en la que el único viento es el saxofón de Coltrane explora la espiritual­idad, pero no de una forma religiosa, sino en el más puro sentido intros- pectivo, incorporan­do voces casi como si fueran mantras. Sobran las pala- bras para describir esta maravilla. Lo mejor es que tú mismo te evangelice­s.

4) MONEY JUNGLE DE DUKE ELLINGTON (UNITED ARTISTS, 1963)

Otra de las virtudes del jazz es que es anacrónico y atemporal. En pleno 2018, el piano de Duke Ellington se escucha tan vanguar- dista como cuando grabó

Money Jungle. Lo increíble es que el maestro tenía 64 años y sus manos golpea- ban las teclas con la finesa de un jovencito. Además, se acompañó de otro par de monstruos del género: el contrabaji­sta Charles Mingus y el baterista Max Roach, quienes durante la grabación del álbum eran 25 años menores que Ellington. El resultado es escuchar a dos gene- raciones de músicos muy distintas fusionándo­se en una irresistib­le e inmortal obra sonora.

5) DJANGOLOGY DE DJANGO REINHARDT (WETON- WESGRAM, 1961)

Aunque Estados Unidos es el país donde el jazz nació y proliferó, del otro lado del mundo varios músi- cos incorporar­on estas técnicas y las aplicaron a sus propias realidades. Un gran ejemplo es el insupe- rable guitarrist­a nacido en Bélgica, Django Reinhardt, impulsor del jazz gitano y, probableme­nte, el músico europeo más influyente del género. A pesar de haber sufrido un accidente y que- dar inmoviliza­do de un par de dedos, grabó algunos de los requintos de guitarra que, hasta hoy, se han tra- tado de imitar. Reinhardt murió antes de grabar un LP como tal, pero su obra está salpicada en cientos de recopilaci­ones.

Djangology es, en definitiva, una de las más ricas.

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Si te gusta el jazz y el cine, entonces, no te pierdas la película Whiplash (2014).
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 ??  ?? Arriba a la izquierda, una foto del legendario Miles Davis durante una de sus presentaci­ones en el Shelly’s Manne Hole Nightclub deLos Ángeles en 1968.
Arriba a la izquierda, una foto del legendario Miles Davis durante una de sus presentaci­ones en el Shelly’s Manne Hole Nightclub deLos Ángeles en 1968.
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