“Soy una persona que confía 100% en lo que hace y que cada cosa que realiza la lleva a cabo con compromiso y mucho corazón”.

“CADA VEZ, VEO CÓMO MÁS Y MÁS JÓVENES SE INVOLUCRAN CON GÉNEROS COMO EL BIG BAND Y EL JAZZ. LO PUEDO COMPROBAR EN MIS CONCIERTOS Y ESO ME LLENA DE EMOCIÓN”.

Tener la “bendición” de uno de los más grandes cantautores de América Latina, Juan Gabriel, no es cosa sencilla. Paco de María no sólo logró la aprobación del ‘Divo de Juárez’, sino que el intérprete también le regaló una de sus composiciones.

“El maestro Eduardo Magallanes fue quien me dio la oportunidad de llegar a los oídos de Alberto Aguilera Vala- dez. Él me entregó un tema llamado ‘Enamórate’, que pude cantar a su lado en uno de sus conciertos en el Audi- torio Nacional. Además, en una de las charlas que tuvimos, me dio un con- sejo que jamás olvidaré: ‘Involúcrate en toda tu carrera y siempre inyecta tu esencia en tu música. El público te lo agradecerá’”, recuerda.

Paco de María nació el 3 de marzo de 1984 en el seno de una familia de vena musical. “El primer recuerdo que tengo es el de mi abuelo dando cla- ses de canto. Él fue maestro de José

José, Emmanuel, Mijares, Yuri y Vikki Carr, entre muchas otras personalida- des”, rememora el joven de 34 años. Su infancia transcurrió entre canciones que hoy son consideradas clásicos de la música en español, y temas de intér- pretes legendarios como Frank Sinatra, Tony Bennett y Nat King Cole. Induda- blemente, su camino estaba escrito.

Paco decidió ir contra corriente y enfocarse en “el hermoso género del

Big Band”, como él mismo lo describe, un apartado poco escuchando por el público en nuestros días. “Al inicio, fue muy difícil, pero siempre confié en que haciendo mi trabajo con mucha dedi- cación y la mayor calidad posible, en algún momento iba a poder llegar a los oídos de la gente”. Y así fue. Tras 10 años de incesante labor, hoy, De María tiene una carrera consolidada, lo que se ha traducido en poder “vivir de mi música y conquistar nuevos públicos y lugares”. Muestra de ello han sido sus presenta- ciones en varios recintos emblemáticos, como el Lunario del Auditorio Nacional y, recientemente, en el Teatro Metro- pólitan de la Ciudad de México, que el sonorense describe como su logro más grande a la fecha. “Cada concierto y cada noche que paso sobre el escenario, me regalan una anécdota que contar, pero una de las cosas más bonitas es que, con frecuencia, veo a gente que se conmueve porque recuerda a sus seres más queridos con las canciones”, señala. Otro aspecto que dispara su emoción es que, con el paso del tiempo, ha sido testigo de cómo más y más jóvenes se involucran con el género que él aban- dera como territorio mexicano.

Con Tony Bennett como principal fuente de inspiración, Paco de María relanzó su disco homónimo este año y espera continuar con su gira en los próximos meses para así lograr que en más rincones de México y América Latina resuenen sus temas. “Siempre me ha motivado un sentimiento que sólo la música me produce. Aunque de no haberme dedicado a ello, me hubiera gustado enfocarme en alguna carrera en la que también se involucre la creativi- dad… Quizás mi lugar hubiera estado en la cocina, como chef”, remata el can- tante entre risas. Sin duda, el sonorense tiene muy bien ganado el título de ‘La voz del Big Band en México’.