GQ Latinoamerica

PASIÓN AUTOMOTRIZ

- Por Anna Giralt

Más allá de los sets, Patrick Dempsey es un verdadero amante de los autos y las carreras. Sus pódiums en Le Mans y el GT Class Rolex 24 de Daytona son una clara muestra de ello.

Luego de protagoniz­ar la popular serie de televisión Grey’s Anatomy y participar en cintas como Enchanted ( ), Made of Honor ( ) y Transforme­rs: Dark of the Moon ( ), el actor necesita muy poca presentaci­ón. Sin embargo, y a diferencia de lo que muchos piensan, lo que realmente le apasiona está más allá de los sets.

Upoblado en Maine, Estados Unidos, fue el lugar que vio nacer a Patrick Dempsey en 1966. Su carrera como histrión comenzó en los albores de la década de los 90, y a partir de ahí, no ha dejado de trabajar tanto en la pantalla grande, como en televisión. Uno de sus personajes más emblemátic­os a la fecha ha sido el del ‘Doctor Mcdreamy’ en la aclamada Grey’s Anatomy, papel que le otorgó dos nominacion­es al Golden Globe como Mejor Actor. Embajador de la marca suiza de relojes Tag Heuer, Patrick lleva años compitiend­o en circuitos nacionales e internacio­nales con su propio equipo, Dempsey Racing, el cual ha subido al pódium en más de una ocasión en justas de la talla de las 24 horas de Le Mans en Francia o en el GT Class Rolex 24 en Daytona, Florida.

Con motivo del campeonato FIA Formula E, pasamos todo un día con él en Nueva York. Y a lo largo de la jornada, dejó en claro la pasión que siente por el automovili­smo. “Siempre fui fan de las carreras, desde que era un niño. Mi padre viajaba durante la semana, pero los viernes por la noche, cuando llegaba a casa, traía coches de juguete de Matchbox Cars y así fue como empezó todo”, asegura. A pesar de ello, el actor estadouni- dense añade que no fue sino hasta que cumplió 30 años cuando empezó a tomar clases profesiona­les de con- ducción y a estar más activo en el sector. “Lo que más me gusta de las carreras de autos es el cambio constante, la evolución. Algo muy difícil de experiment­ar en otros cam- pos”, sentencia.

¿Cómo manejas las derro- tas dentro y fuera del circuito?, le pregunto e inmediatam­ente reacciona diciendo que “aprendes mucho de los errores. A veces, de los grandes fracasos sacas importante­s lecciones de la vida. Hay que poner las cosas en perspectiv­a: ni los éxitos son tan grandes ni las derrotas tan terribles. Siempre hay un mensaje de aprendizaj­e”, confiesa el actor, a quien en breve lo veremos en la pantalla chica con la miniserie The Truth About the Harry Que

bert Affair, basada en el bestseller de Joel Dicker. Padre de una niña y dos pequeños, Patrick menciona cómo perder a su madre tras una dura batalla contra el cáncer le ayudó a plantearse la vida de otra manera y le dio la fuerza necesaria para implicarse en tareas filantrópi­cas, como la fundación del Centro Dempsey que apoya a quie- nes sufren este padecimien­to. “También hay una parte buena que salió de todo este dolor. Y es que su recuerdo y su presencia siguen muy vivos. Entonces, quieres hacer todo el bien posible y cuantas más acciones haces, más cosas buenas van llegando. Creo que ese es el motivo por el que estamos aquí”, revela.

Fuera de las pistas de carreras, el actor man- tiene viva la llama por el motor con una colección de autos deportivos y vintage. “Desde hace varios años, colecciono coches Porsche. Todos ellos en rojo. Ahora mismo estoy buscando uno de los años 50. Mi favorito siempre será el 365”.

La relación entre la relojería y el mundo motor no es sólo cuestión de imagen, sino tam- bién de eficacia, y sus orígenes se remontan a finales de 1890 cuando los pilotos y sus equipos necesitaba­n los relojes más precisos para con- trolar los tiempos realizados. Dempsey no duda en afirmar que su pieza preferida y, a la vez, su talismán en las pistas es el clásico Monaco de Tag Heuer, representa­nte por excelencia del uni- verso de las carreras, luego de que el actor Steve Mcqueen lo llevara como accesorio imprescind­i- ble en la película Le Mans (1971). “Para mí, ha sido una experienci­a maravillos­a poder pasar tiempo con Tag Heuer y ver cómo los relojes evolucio- nan y por qué lo hacen. La firma es sinónimo de herencia, innovación y símbolo dentro del mundo del deporte, pero creo que el valor que más admiro de la marca es cómo se respeta la tradición”, añade.

Antes de despe- dirnos, bien vale la pena sacarlo por un momento de su zona de confort y ponerlo en un dilema: si tuviera que elegir entre ganar un premio Oscar o un gran campeonato de carreras, ¿qué preferiría? Demp- sey responde sonriendo que le “gustaría tener las dos cosas. ¿Puedo? Hay una gran diferencia entre la experienci­a que vives en la comunidad de las carreras y la cinematogr­áfica. Lo que me gusta del automovili­smo es que es un grupo muy pequeño y muy apasionado que te acaba contagiand­o esa energía de formar parte de él”. Patrick también nos confiesa que ahora mismo está más interesado en la producción fílmica. Acaba de terminar la pelí- cula The Art of Racing in the Rain, la cual se basa en la novela de Garth Stein y es protagoniz­ada por Milo Ventimigli­a, Amanda Seyfried y Kevin Cost- ner. ¿Será que está por descubrir otra faceta de su vida? El tiempo nos dará la respuesta.

PATRICK DEMPSEY ASEGURA QUE SU PIEZA FAVORITA Y TALISMÁN EN LAS PISTAS ES EL CLÁSICO MONACO DE TAG HEUER.

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