INVOCAR AL ÉXITO
LAS PIEZAS MÁGICAS EN EL UNIVERSO DE EL CONJURO.
UN FUTURO CLARO
Son varios los proyectos confirmados para sumarse a la maquinaria diseñada por Wan y Peter Safran. El primero es The Crooked Man, alrededor de ese ser torcido, capaz de modificar su aspecto y asustar a los niños. Por su parte, Gary Dauberman, guionista de La monja y los filmes de Annabelle, debutará como director en el tercer capítulo de la muñeca que pondrá en aprietos a sus compañeros de cuarto y tendrá como objetivo apoderarse de la pequeña hija del matrimonio Warren. Hablando de ellos, El conjuro 3 ya tiene luz verde para explorar el caso de un británico poseído por la entidad de un hombre lobo durante la década de los 80. De igual manera, The Nurse es otra posibilidad más a partir del cortometraje de Julian Terry, ganador de la pasada convocato- ria por parte de Warner Bros. Pictures en el marco del estreno de Annabelle: La creación (2017).
CRONOLOGÍA DEL ESPANTO
Todo universo cinematográfico exige una línea temporal precisa y bien estructu- rada dentro de la ficción. Por ejemplo, La monja (2018) se sitúa en el año 1952, justo entre los fatídicos hechos de las dos precuelas de Annabelle, que abarcan el periodo de 1943 a 1967. El conjuro (2013) ubica a Ed y Lorraine (Patrick Wilson y Vera Farmiga) en pleno 1971, cuando res- ponden al llamado de la familia Perron, aterrorizada por una fuerza oscura dentro de su granja de Harrisville, Rhode Island. Un lustro más tarde, el famoso demonólogo y su esposa médium acu- dirían a Amitytville (condado de Suffolk, Nueva York) para, posteriormente, dirigirse a Enfield (Londres) con el fin de derrotar las entidades sobrenaturales recreadas en El conjuro 2 (2016).
ANNABELLE Y SUS DIABÓLICOS COMPAÑEROS
Si Wan es fundamental para que la creatividad no se detenga, hay una muñeca asesina encargada de aglutinar narrativamente cada una de las historias independientes. Su protagonismo atrajo multitudes desde el primer momento y nunca logró pasar desapercibida, mucho menos en aquella habitación donde los Warren resguardaron peligrosos artefactos relacionados con macabros aconteci- mientos. En el mundo real, este espacio fue habilitado dentro del cobertizo de su propiedad de Monroe, Connecticut, transformado desde 1952 en Museo del Ocultismo para vigilar con extremo cuidado otros objetos (crucifijos profa- nados, pianos que se tocan solos, más- caras utilizadas en ritos satánicos), que muy probablemente se convertirán en materia prima de futuras películas bajo el sello de New Line Cinema.
JAMES WAN, UN VISIONARIO SIN MIEDO
Al centro del terrorífico engranaje aparece el cineasta malayo de 41 años, responsable de las multimillonarias franquicias Saw e Insidious, además de superproducciones como Rápido
y furioso 7 y Aquaman para DC. Este genio del horror ha visto crecer a su criatura predilecta en cada rubro, pues a pesar de sólo dirigir las dos entregas principales de El conjuro, presume créditos de productor en todos sus spin-offs, precuelas y secuelas (incluida La monja, donde fungió como coguionista). De hecho, no descarta reunir próximamente a todos los per- sonajes de dicho universo, al más puro estilo de Marvel. Su siguiente tarea será adaptar a gran escala la novela de Stephen King The Tommyknockers, a la par de los relanzamientos de Aracnofobia, Mortal Kombat y el gran regreso de La maldición de la llorona (Michael Chaves, 2019).