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EL CABALLERO

Su nombre completo es Jacques Bernard Ickx y la historia lo sitúa como el mejor piloto belga de todos los tiempos. Jacky, como le gusta que lo llamen, nos recibió para platicar en el Hotel Victoria de Brescia, en Italia.

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Jacky es un hombre que transmite esa se- renidad de alguien que conoce perfectame­nte el sabor del éxito. Du- rante su vida como piloto, subió en muchas ocasiones al podio, pero el camino fue largo. Y, sin dudarlo, lleno de inspiració­n. “Nunca decidí ser piloto; cuan- do era niño, no me interesa- ban los autos. Siempre pensé que sería jardinero o guarda forestal porque me importaba la naturaleza, el silencio, las cosas tranquilas. Así que nun- ca sabes lo que te deparará el futuro. Lo que cambió mi vida es que no era muy bueno en la escuela; mi profesora decía que era inteligent­e, pero un poco vago. Siempre hay alguien que es determinan­te en tu porvenir, puede ser un amigo, un profe- sor, un familiar… que cambian tu rumbo”, relata Ickx.

Como en la escuela no le iba bien, su padre, que era periodista deportivo y piloto de motociclis­mo, lo puso al volante de una motociclet­a y el joven Jacky empezó a des- tacar. Con 16 años, participó en sus primeras competicio­nes de trial con una Zündapp, y en 1963 consiguió ser campeón de Bélgica en esta modalidad.

Le ofrecieron entonces pi- lotar coches; primero, un BMW 700S y después, un Lotus Cor- tina. En un solo año, ya estaba subido en los podios. Ickx es considerad­o uno de los pilotos más completos de la historia porque ha corrido y destaca- do en diferentes modalidade­s. Por ejemplo, en 1966 corre sus primeras 24 Horas de Le Mans, gana las 24 Horas de Spa para turismos y participa en más de 40 carreras de todo tipo (Fór- mula 2, Fórmula 3, subidas de montaña, turismos y resisten- cia), ganando 10 de ellas y su- biendo 17 veces al podio.

“Había carreras todos los fi- nes de semana. En esa época, el automovili­smo no era tan pro- fesional como ahora, era puro deporte, éramos casi amateurs

y, por eso, podíamos correr distintos tipos de carreras. Esa clase de pilotos no existirá nunca más. Ahora es un mundo diferente domi- nado por el dinero y los sponsors que imponen exclusivid­ades que no hacen posible el correr en diversas modalidade­s. Yo, incluso, llegué a correr en el mismo año para Ford en larga distancia y para Ferrari en Fórmula 1; hoy es algo impensable”, sentencia.

Ickx compitió durante 14 años en Fórmula 1 con nueve equi- pos diferentes, consiguien­do 8 victorias, 25 podios y 13 pole po- sitions. Además, en su palmarés destacan un título en Fórmula 2 Europea en 1967, el campeonato de la Canam en 1979, dos títulos en el Campeonato Mundial de Resistenci­a de 1982 y 1983, una victoria en el Rally Dakar en 1983 y su estratosfé­rica marca de seis victorias en las 24 Horas de Le Mans que le han valido el nombre de “Monsieur Le Mans”. También acumula otros nombres como “L’enfant terrible” o “Rainmaster” por su excelente conducción en carreras con lluvia.

“Mi particular­idad es que era bueno en todas las categorías y tenía excelentes equipos que me apoyaban. Me siento muy privi- legiado. Sin buenos profesiona­les e ingenieros que hagan un buen coche, no se puede llegar a ganar carreras aunque seas un gran piloto”. Pero el ego también juega una parte importante de un campeón. “Es una batalla, no se regala nada. Para triunfar, no sólo necesitas una correcta educación; hay algo más en la victoria, es una pasión, una experienci­a, una lucha contra tus propios límites. Mucha gente cree que es la velocidad, pero no; es la adrenalina lo que te lleva a estar entre los mejores y, a veces, a ser el mejor”.

Ickx se retiró de las carreras después de la temporada de 1985. Admite que se siente afortunado por estar hoy aquí charlando con nosotros, pues muchos de sus compañeros se quedaron en el camino debido a los accidentes. “Lo que más ha cambiado en el mundo de las carreras automovilí­sticas es la seguridad. Estamos a años luz de aquella época, afortunada­mente. El riesgo era algo peligroso y, ade- más, aceptado. Correr riesgos es también un poco sentirse libres, po- días hacer lo que querías hacer. La sociedad de hoy no acepta tanto el peligro y alrededor de quienes sí, siempre hay alguien que intenta pararlo. El derecho a hacer lo que desees hoy no se permite mucho, porque siempre se busca un culpable si ocurre algo. Sin embargo, creo que es esencial que haya gente que aún corra riesgos como los que se dedican a los deportes extremos, ya que enseñan a la juventud a retarse, a abrir caminos nuevos para llevar al ser humano a superar sus límites, y eso es muy importante”.

Jacky, que encarna como nadie al perfecto caballero, con su impecable outfit sport chic, presume en su muñeca un reloj Jacky Ickx Edition V de Chopard, creado como homenaje a su perso- na. “Soy embajador de la firma, y para mí es un orgullo que me consideren parte de la familia Chopard. Tengo una relación muy especial con ellos que va más allá de la amistad. Hay tres concep- tos fundamenta­les en Chopard con los que estoy muy de acuer- do, y son la precisión, la emoción y el componente familiar. Esto es lo que los hace distintos de otras marcas. El aspecto humano es lo más importante y algo que estamos perdiendo. Vivimos en un mundo cada vez más deshumaniz­ado, no dedicamos tiempo a nuestros amigos, no conocemos a nuestros vecinos, no hace- mos nada por la comunidad y no hay unidad; eso es una tragedia. Pienso que hay que volver la vista atrás, regresar a las cosas bási- cas y poner atención a la gente que te rodea”.

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 ??  ?? Arriba: Ickx es un embajador de Chopard. Aquí, junto a su esposa. Abajo: Celebra uno de sus logros en las 24 Horas de Le Mans.
Arriba: Ickx es un embajador de Chopard. Aquí, junto a su esposa. Abajo: Celebra uno de sus logros en las 24 Horas de Le Mans.
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