EFECTO DISRUPTIVO
Una manufactura de relojería tan completa como la de Audemars Piguet sólo puede presentar piezas inigualables. Unas que logran unir el legado construido por creaciones úni- cas de relojes coleccionables, clásicos y tradicionales. Con esto como base, la firma nos presenta la nueva colección aventurera de su Royal Oak Offshore, en tres diferentes modelos que reflejan la per- fección a la que estamos acos- tumbrados en cada una de sus entregas, y en ésta, no queda duda de que han mostrado un lado totalmente distinto.
ROYAL OAK OFFSHORE
Los tres cronógrafos de cerá- mica de alta tecnología, con sus icónicas cajas octagonales de 44 mm de anchura y 14.4 mm de grosor, y esfera con motivos Mega Tapisserie, se componen de una correa de caucho con hebilla de acero y cuentan con una hermeticidad de hasta 100 metros, 59 ru- bíes y 50 horas de reserva de marcha mínima. Se muestran en tres tonos de camuflaje, y, claro, son ediciones limitadas:
Azul marino, en caja de acero inoxidable con bisel, pul- sadores y corona atornillada de cerámica azul, con sólo 400 guardatiempos en el mercado.
El verde caqui, con caja de acero inoxidable con bisel, pulsadores y corona atornilla- da de cerámica verde, está li- mitado a 400 piezas.
El de color arena del de- sierto, con una caja de oro de 18 quilates, es una primicia de la marca, ya que por primera vez, una de sus piezas cuenta con un bisel, corona y pulsa- dores de cerámica marrón. Li- mitado a 500 unidades y digno para cualquier coleccionista de estos clásicos.