EL AÑO DE FABIO
El italiano Fognini quiere apretar en la recta final de la temporada. Ha sido una campaña de subi- das y bajadas, pero el Top 10 está ahí, al alcance de su servicio.
Fognini continúa persiguiendo el mismo sueño... una y otra vez: terminar el año como uno de los 10 mejores tenistas del mundo. Hoy, pocos puntos lo separan de la meta y de eso quiere platicar. De cómo se siente mirar tan de cerca la razón para seguir jugando.
El viento no quería que Fabio Fognini levan- tara el trofeo. Parecía evidente y hasta pre- meditado. Una y otra vez, se aparecía en forma de rá- faga, y como invitado no desea- do, para desviar la trayectoria de la pelota en la cancha prin- cipal del Monte Carlo Country Club; para imprimirle una ve- locidad innecesaria, intentan- do complicar cada golpe del tenista italiano, y favoreciendo con su violenta intromisión cada decisión del croata Du- san Lajovic, su rival en la Final del Monte-carlo Masters. Pero Fabio resistía. A cada efecto de viento, un golpe sorpresivo y a cada embate de la naturaleza, una muestra de temperamento y técnica que dejó a cada asis- tente al torneo de Mónaco con la quijada a nivel de cancha. Y sí, el domingo 21 de abril de 2019, Fabio venció. Y contra todo viento, fue campeón.
Antes del torneo, Fognini tenía cinco derrotas consecu- tivas que lo tenían pensando en algún cambio drástico. Su nivel y carácter no estaban en- cajando bien en cada partido y en Monte-carlo parecía que la historia continuaría, pero cada encuentro fue seguido de un gran aliado: el azar. Punto tras punto, la suerte jugó a su favor y Fabio se enfrentó a un premio de mil puntos que lo acercó a su gran sueño: estar entre los 10 mejores tenistas del mundo. “La verdad, hay mucha suerte de mi lado en Monte-carlo... Este es un deporte hermoso, pero muy raro. La pelota siem- pre botó a mi favor y cambió lo que parecía ser un mal año. Ga- nar el torneo me ayudó mucho mentalmente y me sacó de ese círculo de malos resultados que me tenía jugando tan mal. El triunfo me acercó al Top 10, al club de los mejores, y es donde quiero terminar el año”, senten- cia Fognini, quien ha cumplido 15 años como tenista profesio- nal, y parte de la celebración ha sido convertirse en embaja- dor de Emporio Armani, quién apostó por el italiano para la campaña E7. “En 15 años, me he acercado al sueño de estar entre los mejores. Así que hay que dar un primer paso para trabajar después en el siguien- te objetivo, que es levantar una copa de Gran Slam”.
Ganador de ocho títulos ATP en arcilla y uno en cancha dura (el Abierto de Los Cabos México 2018), Fabio ha jugado sus más duros encuentros con- tra Fabio. Considerado como uno de los tenistas más tempe- ramentales del circuito, Fognini se ha enfrentado a polémicas y multas millonarias por sus reac- ciones en la cancha, entre ellas la del US Open de 2017 (don- de fue suspendido del torneo tras insultar a una juez de silla, usando lenguaje machista en ello) y la última en Wimbledon (cuando gritó a los aficionados que deseaba estallará una bom- ba ahí). Un tema del que no le gusta hablar, pero que hoy lo hace para defender el derecho a la autenticidad, con carácter incluido, en cada juego. “No me gusta regresar al pasado y pen- sar en lo que hice. No me gusta volver atrás... Cada ser humano es diferente y tiene sus propias emociones y se presentan de distintas maneras. No somos iguales. En mí llega como un desborde de temperamento y en Roger (Federer) de otro modo. Hay que defender la in- dividualidad. Hay que defender en un deporte egoísta la gran esencia de cada jugador. Cada uno hace lo suyo y su reacción es su esencia”, sentencia Fabio, quien halla en esos episodios varias de las lecciones más trascendentales de su carrera, mismas que ha comprendido gracias al apoyo de su entrena- dor, el argentino Franco Davin. “Nunca había tenido a un entre- nador tan humano como Fran- co. Como persona, merece un 11. Me transmite paz y siempre tiene soluciones. Empezamos en el número 45 y ahora esta- mos peleando para estar entre los 10 mejores. Él tiene y tendrá un sitio especial en mi corazón de tenista”.
Y aunque Fabio aprendió muy bien con Franco, ahora está seguro de algo: él no quiere ser entrenador. No tiene claro el futuro, pero sabe que por algún lugar se comienza y ese espacio elegido es su familia. Casado con la excampeona Flavia Pen- netta (ganadora del US Open, en 2015), Fognini intenta de- jar el tenis de lado en su casa; una tarea nada sencilla que acompaña con su intención de escribir, en la comodidad de su estudio, en Brindisi, su autobio- grafía, mientras controla los dos años de su pequeño hijo Fede- rico. “Cuando termine mi etapa como jugador, pensaré en el paso que viene. Hoy estoy ini- ciando mi autobiografía, disfru- tando a mi familia y no sé qué tanto deseo alejarme del tenis. Ser padre cambió mi forma de ver el tenis y busco desconec- tar para estar al cien con ellos. Tengo la fortuna de estar casa- do con una campeona que me ayuda a poner distancia y a ol- vidar los días en los que me veo odiando el tenis”, finaliza Fabio, listo para enfrentar el siguiente punto... El que lo dejará entrar al histórico club de los 10 .
“HAY QUE DEFENDER EN UN DEPORTE EGOÍSTA LA GRAN ESENCIA DE CADA JUGADOR”.