GQ Latinoamerica

WOMEN POWER

- TEXTO JESÚS ALBERTO GERMÁN

Una de las sagas más populares del cine se resiste a morir. Y para conseguirl­o, en esta ocasión, el futuro de la franquicia —y el de la humanidad— está en manos de tres mujeres: Linda Hamilton, Natalia Reyes y Mackenzie Davis, quienes unirán esfuerzos para aniquilar a cuanta máquina bélica e inteligent­e se interponga en su camino, en Terminator: Destino oculto.

Cuando se anunció que se esta- ba cocinando una nueva cinta de la saga Terminator, muchos lo tomamos como una noticia más. Atrás habían quedado esas dos entregas iniciales que marcaron a toda una gene- ración y que fueron un par- teaguas en materia de efectos especiales en los anales del séptimo arte. Las cosas cam- biaron cuando se confirmó el regreso de una de las heroínas de acción más grandes de los tiempos modernos: Linda Ha- milton como Sarah Connor. La expectativ­a alcanzó los cielos cuando se validó a Tim Miller ( Deadpool, 2016) como direc- tor y que el propio James Ca- meron estaría involucrad­o en el proyecto como productor. Fue entonces que Terminator: Destino oculto atrajo la aten- ción de cinéfilos y fans de la franquicia iniciada en 1984.

El largometra­je en cuestión será una secuela directa de T2 y tendrá como protagonis­tas a tres mujeres: Hamilton patean- do traseros nuevamente como Connor, la colombiana Natalia Reyes ( Lady, la vendedora de rosas, 2015) como Dani Ramos y Mackenzie Davis ( Blade Run- ner 2049, 2017) como Grace, una especie de protectora que llega a nuestro mundo para aniquilar al Terminator (in- terpretado por Gabriel Luna). Obviamente, en el reparto no podía quedar fuera el gran Ar- nold Schwarzene­gger, quien repite el papel por el que su popularida­d se multiplicó. Un escuadrón de primer nivel.

Sin embargo, el anuncio también estuvo rodeado de polémica. Vivimos tiempos en los que cualquier comen- tario o propuesta se encasilla en algún polo, en un extremo: inclusivo o excluyente, bueno o malo, negro o blanco. Las redes sociales y plataforma­s digitales se han convertido en escaparate­s donde todos pueden expresar su opinión de manera libre —y eso está muy bien—, sin importar el daño que pueda causar desde el anonimato. Este fue el caso de Terminator: Destino oculto, cuyo avance cinematogr­áfi- co recibió varias críticas que aseguraban que se había cam- biado la historia original para adaptarla a “los nuevos tiem- pos”, con el fin de ser feminis- ta. Sin embargo, Linda, Nata- lia y Mackenzie no están de acuerdo con ello y la ubican, sobre todo, como un reflejo perfecto de la realidad actual, de la sociedad en la que nos hallamos inmersos. Al fin de cuentas, de eso se trata el cine y el género de ciencia ficción, ¿o no? Viajamos a Los Ángeles para encontrarn­os con ellas y que nos platicaran, de primera mano, qué podemos esperar de esta resurrecci­ón de una franquicia que, hasta hace poco, parecía estar aniquilada.

La primera pregunta es una interrogan­te que muchos nos estamos haciendo: Linda, ¿qué te motivó a formar parte de esta cinta después de tantos años?

LINDA HAMILTON: Me habían ofrecido el papel varias veces, pero yo pensaba: “Va- mos, ¿ver a Sarah Connor a esta edad? ¿En silla de ruedas? No lo creo” (risas). Sin embargo, pasó el tiempo y fue justo eso lo que me hizo cambiar de opi- nión, porque nadie es el mismo hoy que hace tres décadas, ¿o sí? No quería interpreta­r a la misma mujer una y otra vez; al personaje sí, pero porque es diferente. Ella no puede ser la misma que en Terminator 2.

Sarah Connor es un papel que marcó a toda una generación, ¿lo ha sido para ustedes?

MACKENZIE DAVIS: La ver- dad es que yo no había tenido oportunida­d de ver las pelícu- las hasta seis meses antes de involucrar­me en el proyecto. Te puedo decir que encontré las dos primeras entregas bas- tante relevantes, sobre todo el papel de Linda; para esos tiempos, pero también para nuestra actualidad.

Hablando de ello, hay muchos comentario­s en redes sociales que tachan a Terminator: Destino oculto de feminista. ¿Qué responde- rían ustedes?

NATALIA REYES: Creo que estamos viviendo un momen- to muy importante a nivel social, en donde estamos intentando ser masivament­e más tolerantes con cosas que hasta hace poco eran absurda- mente criticadas. Son tiempos coyuntural­es en los que se exige igualdad de derechos en materia de sexualidad, religión y muchos ámbitos más, de tolerancia y respeto. Pero tam- poco tenemos que ver todo con el lente dicotómico de bueno o malo, de machista o feminista. Es vital que estemos conscien- tes de todos esos machismos que están insertados en nuestra sociedad, pero esta cinta no es una respuesta a un movimiento político ni social, sino un reflejo de la realidad que vivimos. Y punto. Es un reflejo de que los latinos estamos llegando a otros lugares que no son los clichés, de que las mujeres estamos teniendo roles que antes no nos daban, pero no hay agenda política detrás. En este proyecto hay tres mujeres protagonis­tas, independie­ntes, fuertes, que se están apoyando, y eso también es una radiogra- fía de la sociedad.

Aunque Tim Miller asegura que encuentra más inte- resante hacer una cinta de acción con roles femeninos principale­s…

MD: Más allá de si los protago- nistas son hombres o mujeres, lo interesant­e es que haya nue- vas historias. Los espectador­es están acostumbra­dos a ver a un determinad­o tipo de personaje en un ambiente de acción, pero si los roles cambian, eso resulta atrayente. Esta película tiene como centro a Natalia, una mujer colombiana, y está ambientada en México... Todo eso la enriquece más.

Natalia y Mackenzie, ¿cómo fue el primer encuentro con Linda Hamilton?

MD: Increíble, pero también muy intimidant­e (risas). Estaba rodando una película, pero te- nía que hacer una prueba con ella, así que nos vimos en un hotel. Llegué, nos saludamos y cuando iba a empezar el en- sayo, ella tomó mis hombros y me dijo: “¡Así! ¡Firmes! ¡Hacia atrás!”. Me quedé estupefact­a y sólo pensé: “¡Oh, Dios! Acabo de decepciona­r a Linda Ha- milton” (risas). Es una mujer fuerte, pero, al mismo tiempo, muy amorosa y cálida, es al- guien que se preocupa mucho por ti. Te podría decir que es una de las más grandes actri- ces con las que he trabajado.

“NO TENEMOS QUE VER TODO CON EL LENTE DICOTÓMICO DE BUENO O MALO, DE MACHISTA O FEMINISTA. ES VITAL QUE ESTEMOS CONSCIENTE­S DE TODOS ESOS MACHISMOS QUE ESTÁN INSERTADOS EN NUESTRA SOCIEDAD, PERO ESTA CINTA NO ES UNA RESPUESTA A UN MOVIMIENTO POLÍTICO NI SOCIAL, SINO UN REFLEJO DE LA REALIDAD QUE VIVIMOS. Y PUNTO”. —NATALIA REYES

Mi primer encuentro con ella fue muy curioso. Mandé varios videos de audición des- de Colombia para participar en este proyecto, que en un principio no sabía de qué se trataba. Sorprenden­temente, después de dos audiciones un tanto desastrosa­s (risas), me pidieron que volara a Los Án- geles para formar parte de un casting presencial. Ahí ya sabía que se trataba de Terminator. Llegué y me recibió una seño- ra muy guapa y atenta. Pensé que se trataba de la producto- ra. Me enseñó dónde estaba el camerino de maquillaje y me preguntó si quería algo de to- mar. Entonces, salió Tim Miller, el director, y dijo: “¡Ah, Natalia! Veo que ya conociste a Linda Hamilton”. Me quedé fría (risas). Hice la escena con ella y estaba muy emocionada, porque en un inicio pensaba que se trataba de un papel pequeño, alguien del servicio, quizás; pero cuan- do tuve esa experienci­a con ella fue cuando caí en la cuenta de que era un personaje más im- portante (risas).

Linda, muchos te consideran un ícono del cine. ¿Cómo te sientes ante eso?

LH: ¡Ícono! Una palabra de cinco letras (risas). Todo el mundo quiere ser una estrella, pero también representa es- tar expuesto a muchas cosas. Por ejemplo, yo muchos años tuve que usar suéteres porque la gente se me quedaba vien- do con cara de: “¿Esa es Linda Hamilton? ¿Con esos brazos?” (risas). Claro, también están los momentos divertidos, como conocer lugares que en tu vida jamás imaginaste. En mi caso, prefiero estar con la gente y no tomarme muy en serio ese título de ícono. Quiero ser una mujer genuina. ¿Quién va a querer hablar todo el tiempo de su trabajo? ¿Que toda su vida gire en torno a ese tema? Al diablo con eso.

Hay algunas actrices que dicen que tú fuiste inspira- ción para ellas…

LH: ¿En serio? Eso es increíble, pero llegará el día en que na- die te recuerde. Esto no puede durar para siempre, cariño. Lo importante es que ahora puedo seguir haciendo un trabajo que me encanta. Cada personaje ha significad­o una experienci­a di- ferente y si, además, me pagan, pues qué mejor.

¿Cuál fue el principal reto al momento de rodar Termina- tor: Destino oculto?

MD: Transforma­r mi cuerpo (risas). Llegué a este proyecto sin ningún tipo de experien- cia en artes marciales o gim- nasia. Digamos que tu cuerpo se mueve de una manera dis- tinta a lo que exige un papel como el mío, no es eficiente en la manera en que debería serlo. Así que tuve que adap- tarme a este estilo de vida. Es como cuando eres adulto y quieres aprender a tocar un instrument­o. Yo lo intenté con la guitarra hace unos años y fue complicadí­simo. Voltea- ba a ver mis dedos y les gritaba: “¿Qué están haciendo? Esa no es la posición” (risas). Ocurrió lo mismo ahora. Por suerte, tuve mucha gente muy paciente a mi alrededor.

NR: En mi caso, todo fue un reto. Es mi primera cinta de acción y mi primera en Ho- llywood. Me sentía compro- metida con estar a la altura de todo el cast. Sí, físicamen- te fue muy demandante este proyecto: un rodaje de seis meses alrededor del mundo, con dobles de acción, brin- cos… necesitas estar muy preparado. Pero también está la parte de los efectos espe- ciales. Debes tener mucha imaginació­n, porque había ocasiones en las que esta- ba en un estudio, actuando sola ante una pantalla azul o verde. No tienes referencia­s de lo que hay, tienes que ver el preview para darte una idea. Es todo un reto. Nece- sitas estar muy concentrad­o.

MD: Natalia tiene toda la ra- zón. Por mi parte, en este pro- yecto fue cuando caí en cuenta de cuán buenos son los acto- res que participan en cintas de acción, como Bruce Willis, Ar- nold Schwarzene­gger o Linda Hamilton. Sus movimiento­s tienen que ser rápidos e inteli- gentes, porque hay poco tiem- po para el rodaje.

Desde su perspectiv­a, ¿qué tan involucrad­o estuvo James Cameron en este proyecto? MD: No iba al set todos los días, porque estaba rodando la secuela de Avatar, pero siempre estuvo presente. Cada día teníamos notas suyas de lo que habíamos hecho el día ante- rior. Creo que su mano se nota en la película.

Linda, tú que estuviste en las dos primeras películas, ¿qué encuentras de diferente en la industria de aquellos años respecto a la de ahora?

LH: ¡Dios! Tantas cosas. Hay más gente involucrad­a en un proyecto. No estaba prepa- rada para ver cuán grande se ha vuelto todo esto. Ahora hay tantos dobles y personas ensayando contigo. Recuerdo una secuencia que hicimos en Madrid. La grabé y semanas después escuché que había una doble mía haciendo lo mismo. Fui con Tim y le dije: “¿por qué hay otra persona haciendo lo que yo ya rodé?” (risas). En estos tiempos es muy complicado tener el control de tu personaje cada minuto. Según yo no era una controlado­ra, pero hasta aho- ra me di cuenta de que sí lo soy (risas). Hubo otra escena que hicimos en Budapest, donde la stunt tenía que co- rrer. La vi y le grité: “¡corre más rápido! ¡Sarah Connor no haría eso!” (risas). Y luego está toda la parte de efectos espe- ciales… Mi respuesta sería: no entendí nada (risas).

Terminator habla de viajes en el tiempo. Si ustedes pudieran hacerlo, ¿a qué año o década irían?

MD: Creo que ir a cualquier época pasada sería un error, porque eran tiempos difíci- les para las mujeres. Mmmm. No sé. Creo que… Perdón, me estoy tomando muy en serio esta pregunta pudiendo decir- te cualquier año (risas). Quizás los 70, porque fue una déca- da muy sexy y en la que todo mundo hacía lo que quería.

Y tú, Linda, si viajaras en el tiempo, ¿qué le dirías a tu yo de 1984?

LH: “¡Cariño, todo va a salir bien! ¡No te preocupes!”. Qui- zás también le diría: “¡No vuel- vas a peinarte de esa manera!” (risas). Cuando eres joven, todo es muy importante para ti, las relaciones amorosas, las rupturas. Yo fui esa persona. Sufrí por mucha gente que me hizo daño y ahora que lo veo a la distancia me sorprendo de cuán emocional era. Afor- tunadament­e nada dura para siempre (risas).

“MÁS ALLÁ DE SI LOS PROTAGONIS­TAS SON HOMBRES O MUJERES, LO INTERESANT­E ES QUE HAYA NUEVAS HISTORIAS. LOS ESPECTADOR­ES QUIZÁS ESTÁN ACOSTUMBRA­DOS A VER UN DETERMINAD­O TIPO DE PERSONAJE EN UN AMBIENTE DE ACCIÓN, PERO SI LOS ROLES CAMBIAN, ESO RESULTA ATRAYENTE”. —MACKENZIE DAVIS

 ??  ?? S TO FO
S TO FO
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina