EL HOMBRE IRLANDÉS
Los amigos participaron en The Irishman por el puro placer de trabajar juntos. ¡Y se nota!
Robert de Niro es una leyenda. Punto. Y Martin Scorsese, igual. Así que tenerlos juntos de nuevo es una experiencia imperdible. The Irishman se estrenará pronto en salas y estamos listos para verla.
Rpáginasrdivertidor“rlosrcuandortarmarty.rtesrobertobert De Niro ríe a carcajadas. No habla mucho, pero disfruta los chis- tes de sus camaradas, Al Pacino y Martin Scorsese. “Odio leer guiones, Marty. Ya lo sabes”, bromea Al después de que el director nos cuen- ta que el actor no quería leer las más de 200 páginas de El irlandés cuando fue invitado a participar en la cinta. “Pero tienes que leerlo. Los diálogos son muy precisos”, le decía el realizador preocupado. “Bueno, Bueno, pues ya no me acuerdo de cómo leer”, continuaba Pacino, divertido con su propio chiste. “No se crean, lo terminé leyendo… unas páginas nada más”. Y De Niro les festeja sus acotaciones como un fan más. Pero es que, aunque no quiera darse importancia e intente pasar desapercibido, Robert es el iniciador y protagonista del proyecto, que en esta ocasión se presenta en el marco del New York Film Festival.
Han pasado más de 10 años desde que De Niro leyó por vez pri- mera el libro I Heard You Paint Houses (2004) de Charles Brandt, basado en la vida del asesino a sueldo Frank Sheeran, quien traba- jó para la mafia italiana. Al cerrar la novela, supo que tenía que ha- cer el personaje bajo las órdenes de Scorsese, así que le platicó del proyecto. “Cuando Bob me dio el libro, me di cuenta de que estaba muy conmovido, y como nos conocemos, no tuvimos que decirnos mucho”, relata Martin. “Llevábamos un rato sin trabajar juntos, desde Casino (1995). Era maravilloso para los dos regresar con esta histo- ria, que encajaba perfecto con lo que solemos buscar”. En realidad, se habían vuelto a reunir en un cortometraje que fue como un chiste personal, llamado The Audition, en 2015, en el que también participó Leonardo Dicaprio. Pero es que sus agendas no convergían para ha- cer un largometraje. The Irishman sería la película número 10 de la exitosa mancuerna que empezó gracias a que Brian De Palma —quien lanzó la carrera de Robert con The Wedding Party (1969) y Greetings (1968)— los presentó. A partir de su primera cinta juntos, Mean Streets (1973) y, sobre todo, del clásico Taxi Driver (1976), Scorsese y De Niro empezaron a cambiar la historia del cine.
Los gángsters favoritos
Scorsese pensó que El irlandés era la oportunidad ideal para trabajar finalmente con Al Pacino, y le ofreció el personaje de Jimmy Hoffa, un líder del sindicato de trabajadores que odiaba a los Kennedy. “Francis Ford Coppola nos presentó en 1970 y desde entonces, quisimos co- laborar en conjunto, pero nunca pudimos”, relata el cineasta. “Hace como siete años nos volvimos a encontrar y le ofrecí el papel, pero sin saber si podríamos hacerlo, pues nos faltaba el presupuesto”.
Debido a la fuerza que adquirió Netflix en los recientes años, se logró la infraestructura y, en 2017, la compañía de streaming aceptó financiar el filme de 209 minutos con 125 millones de dólares, que ascendieron a 159 durante la producción. “El modo en que Marty logró la financiación fue maravilloso”, declara finalmente De Niro tomando el micrófono. “Tuvimos mucha suerte de encontrar los medios econó
micos, porque es una producción muy cara. Solamente puedo decir que estoy feliz de que se obtuvo”.
El proyecto se volvió muy personal y tomó forma de homenaje a las producciones más reconocidas de Scorsese —se puede considerar una trilogía junto con Goodfellas (1990) y Casino—; por eso, el director llamó también a Joe Pesci y Harvey Keitel para trabajar juntos y así re- unir en el reparto a sus “mafiosos” favoritos.
A pesar de que era la primera vez que Pacino se ponía a las órde- nes de Martin, el actor entró “como pez al agua” al grupo de “buenos muchachos”, pues ya era cercano a Bob, con quien hizo historia en El Padrino II (1974) —aunque no comparten escena—, y años más tarde en Heat (1995). En la lista también podríamos incluir la decepcionante Righteous Kill (2008), por la que ambos fueron nominados a Peor Ac- tor. “Se podría pensar que me sentía como el nuevo de la escuela y te- nía que pasar por rituales de integración”, confiesa Al entre risas, “pero en realidad, estamos hablando de mis amigos. Es gente con la que puedo llegar y hacer sugerencias con toda la confianza del mundo, porque sé que me van a tomar en cuenta. Siempre me sentí incluido”. De Niro sonríe, afirma y le da una palmada de aprobación y cariño.
A prueba del tiempo
Una de las grandes expectativas que ha causado The Irishman es el resultado de los efectos especiales para rejuvenecer al reparto. Se- gún Martin, la tecnología fue una de las razones por las que esperaron tanto para hacer la película: “No quería algo que interfiriera con su actuación. No me agradaba la idea de dirigirlos con cascos en la cabe- za y con pegotes en la cara, ya que sería un gran distractor para todos. Hicimos varias pruebas. Prácticamente, estábamos experimentando, y la verdad es que era un experimento costoso, pero Netflix nos apo- yó”. La idea era narrar la historia de Frank Sheeran desde que tenía treinta y tantos años, y que fuera el mismo De Niro quien lo interpre- tara, aunque mientras esperaban que la tecnología avanzara, los ac- tores envejecieron una década. “Llegué a la película cuando ya habían empezado a filmar”, relata Pacino, de 79 años. “Me quisieron explicar cómo funcionaba el rejuvenecimiento y me pusieron una escena que ya había filmado Bob. La vi y pregunté por qué me estaban enseñando Goodfellas”. La comparación tiene mucho sentido, pues precisamente utilizaron la cinta de 1990 para igualar la imagen de De Niro (de 75
años) en sus 40. “Cuando noté que era él ahorita y vi su actuación, pensé: ‘¡Wow! ¡Bob es el Meryl Streep masculino!’”, bromea Al, logran- do una vez más las carcajadas del público y las de su amigo, quien se apordera del micrófono nuevamente: “Cuando me enseñaron mis propias imágenes, simplemente pensé que podía extender mi carrera unos 30 años más. Me veía muy bien”.
Scorsese retoma la conversación y detalla que verse él mismo más joven en pantalla, no es sólo una cuestión de efectos especiales, sino de postura, de movimientos y de cómo manejas tu cuerpo: “Es más complicado de lo que uno cree. Por eso, teníamos a especialistas en el set, que nada más se dedicaban a revisar las actitudes de los personajes según su edad”. “Eso fue interesantísimo para nosotros”, completa Pacino, incluyendo a De Niro. “Actuar como joven es toda una experiencia, más difícil de lo que creímos”. Los efectos digitales son similares a los que Marvel aplicó en Samuel L. Jackson y Michael Douglas para sus personajes de Nick Fury y Dr. Hank Pym, respec- tivamente. El truco se logra en The Irishman cuando los personajes están cerca de sus 50, pero cuando De Niro debe aparentar 30 años,la ilusión se rompe por completo.
El corazón de la película
I Heard You Paint Houses es una investigación basada en teorías de conspiración que involucra al asesinato de John F. Kennedy y lo rela- ciona con la mafia italiana de los años 50, comandada por la familia Bufalino y con el sindicato de trabajadores de Estados Unidos. A pesar de que el guion de Steven Zaillian, ganador del Oscar por adaptar La lista de Schindler (1993), cubre prácticamente todos los ámbitos de la historia, se centró, desde un principio, en lo que Scorsese define como “el corazón de la película”: “No me interesaba la política ni detallar los asesinatos. Lo que quería era retratar la naturaleza humana: el amor, la traición, el perdón, el ego, el orgullo, la amistad… todo esto. Lo in- teresante para mí son las emociones de los personajes. Por eso, nece- sitaba a actores de este calibre. Además, es una historia que, aunque pasó hace décadas, resuena totalmente con la actualidad”.
La satisfacción en el rostro de los participantes y la energía apa- sionada que transmiten por el logro de su unión, se refleja en el aplau- so de pie por parte de la audiencia y, seguro, en el próximo arrase de nominaciones al Oscar.