GQ Latinoamerica

ARDE CARACAS

Un turbulento escenario político y social en Venezuela es el contexto perfecto para que John Krasinski vuelva a hacer de las suyas como Jack Ryan.

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No hay discurso político detrás. Se trata de poner en contexto a la gente con una situación particular que está pasando en algún lugar del mundo y ya. Lo otro es entretenim­iento y ac- ción puros”, me asegura la actriz colombiana Cristina Umaña — quien en esta segunda entrega de la serie Jack Ryan, da vida a una mujer de la política que lucha por ganar la presidenci­a de Venezue- la en un entorno turbulento y con un mandatario que se resiste a abandonar la silla presidenci­al— cuando le pregunto si mediante este proyecto de Amazon Prime se intentó mandar un mensaje a nivel global sobre la situación que atraviesa la nación sud- americana desde hace varios años. “Obviamente, existe un contexto. No es Tombuctú; es Venezuela. Y eso está tomado a propósito, aunque no es para hacer un análisis político de la crisis ni tomar partido… Mentira, sí toman partido. Es la CIA, y cla- ro que sabemos históricam­ente de qué lado se encuentra este organismo en este tipo de con- flictos”, agrega el histrión vene- zolano Francisco Denis.

De esta manera, el perso- naje de ficción creado por Tom Clancy (y que ha sido interpreta- do por nombres como Harrison Ford, Alec Baldwin, Ben Affleck, Chris Pine y, ahora, John Kra- sinski) se traslada hasta Vene- zuela luego de que se descubre que una misteriosa embarcació­n de origen ruso llega a costas del Mar Caribe portando algunos misiles. En la nación latina, Jack Ryan y su equipo serán víctimas de un atentado que los obligará a quedarse para resolver el con- flicto y atar cabos, mientras el país vive una depresión política debido a la lucha electoral que hay entre el actual presidente Nicolás Reyes (¿casualidad?) y su principal opositora, Gloria Bo- nalde (Umaña). A pesar de todas estas “coincidenc­ias”, “no se tra- ta de un proyecto para estudiar esa crisis. La serie es de espiona- je, acción y riesgo, que es lo in- teresante. Todo, en un contexto de conflictiv­idad político-social en un lugar de América Latina”, acota al respecto Denis, quien interpreta a la mano derecha del mandatario Reyes.

Tal y como ocurrió con la primera parte, esta segunda temporada regala al espectador grandes dosis de adrenalina y suspenso. Y al margen de estos elementos, Francisco nos com- parte una anécdota de roda- je: “Cuando haces escenas de alto riesgo, por lo general no las llevas a cabo tú, sino que la hacen los stunts, porque corres el riesgo de no poder continuar con el proyecto. En esta ocasión, Krasinski quiso hacer la secuen- cia de la explosión que se ve en el avance y tuvo una contusión muy fuerte. El rodaje se detuvo durante una semana”. A esos ni- veles de acción te enfrentará­s en este serial, la cual ya tiene con- firmada una tercera entrega.

El agente de la cia se traslada a sudamérica para resolver una intriga que involucra a rusos y venezolano­s.

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