Camino al andar Teramont
se ha convertido en la gran protagonista del año en el segmento de las SUV. ¿Por qué? El volante y la carretera tienen la respuesta. Hay dos versiones de Teramont: Confortline Plus y Highline.
Lafórmula perfecta para un SUV podría visua- lizarse compleja, pero para nosotros, esa ecua- ción se resume en tres factores fundamentales: versatili- dad al volante, estilo en el diseño y confort en su interior. Este año, Te- ramont fue protagonista disruptivo en el segmento y decidimos saber en carne propia si cumplía con es- tos tres factores… Y lo hizo de sobra.
Piénsalo. Cuando en tu cabeza ronda la idea de tener un SUV, lo primero que consideras es la co- modidad de tu familia. A nosotros nos pasa igual, y en cuanto nos subimos al Teramont, no quedó duda de que una de sus virtudes es la comodidad que no sólo le brinda al piloto, sino también a to- dos sus pasajeros. En ese sentido, pocos vehículos en el mercado te ofrecerán lo que el Teramont en su interior lo hace; es curioso, pero su atmósfera de conectividad y de independencia en cada una de sus tres filas de asientos es una para- doja que te sorprende.
Encender y avanzar
A este SUV la llenamos a tope; ocupamos cada uno de sus asien- tos calefactables. Siete personas arriba probaron su independen- cia por fila, dándole el ambiente que deseaban a su ubicación gra- cias al Climatronic de tres zonas. Cada uno de los tripulantes decide cómo vivir su experiencia. Otro punto a su favor es que la segun- da fila tiene asientos de capitán, por lo que se disfruta de la misma comodidad que la fila del piloto. Ahora, ubiquemos justo ahí, frente al volante, nuestro lugar favorito: lo primero que sobresale es que el asiento de quien maneja tiene memoria para tres conductores, algo increíblemente funcional para una familia en la que va- rios integrantes toman el mando o, en este caso, donde varios de nosotros queríamos manejar sin tener que manipular el asiento o el volante cada vez que cambiaba de manos.
El Teramont es un SUV robus- ta; conducirla por la ciudad es muy cómodo, pero algo que teníamos que poner a prueba es el asisten- te de aparcamiento, la pesadilla de todo conductor en la capital mexicana. En este rubro, no se presentó ningún problema; con el asistente fue fácil ubicar un lugar y estacionarnos fue pan comido; con él realizas maniobras precisas. La conectividad en su interior es total y automática; no necesitas desviar tu mirada del camino y en su pantalla de ocho pulgadas ves con mucha claridad la interfaz de su dispositivo móvil, siendo un gran aliado y ex- celente acompañante.
La carretera Decidimos
llevar al Teramont fuera de la ciudad y comproba- mos que en la carretera te ofrece una experiencia muy distinta que en la urbe. Esta decisión nos dio la oportunidad de disfrutar su te- cho corredizo panorámico, el cual otorga una experiencia de viaje diferente. Por otro lado, cuando alcanzamos el atardecer y nos despedimos de la luz natural, ac- tivamos la luz ambiental de aden- tro, que se ubica en las puertas y el tablero, el cual ofrece diversos matices y brinda una atmósfera diferente al interior.
Conduciendo caminos largos se siente cómodo y muy seguro; su volante multifunciones en piel no permite distraer la mirada. Viajan- do como nosotros, en grupo y con buen ambiente, su motor 3.6 L y sus 280 hp no emiten sonido exte- rior, y eso nos pareció fundamen- tal a destacar si pensamos en la familia, en estar al tanto de lo que ocurre dentro para no distraerte. Algo que garantiza tu seguridad y la de quienes van contigo.