ENTRE TOMAS
Pasamos de su lado más cómico, a uno profundo. Así es como el actor nos contó sobre tomar los proyectos que tiene listos, unos que incluyen la temporada final de La Casa de las Flores.
La excusa perfecta para platicar con el actor mexicano Juan Pablo Medina empieza con la nueva (y última) temporada de La casa de las flores, la tercera toma de esa producción que se apoderó de todos nosotros aquel agosto de 2018 y que llega a su final este mes. “Ya quiero que se acabe y no quiero volver a trabajar con Manolo Caro nunca más”, confiesa con una carcajada. Pero ante mi cara de asombro, el histrión sigue: “No, no. Estoy muy agradecido con él. Por alguna extraña razón, confía en mí. Manolo ha generado un gran acierto con la manera en la que toca los temas”. Y si algo aprendí en esta charla, es que con Juan Pablo, casi nada de lo que diga te lo puedes tomar en serio (por su sentido del humor).
¿Su favorita hasta ahora? Puede ser que sí, por un twist más en su personaje. Cuenta también que la forma de rodar esta última fue diferente y no tuvo pausa alguna. “Fue como armar una serie de veintitantos capítulos”. Pero parece que grabarlos de este modo le ayudó a repartir su tiempo (y talento) de manera muy favorable. Y es que Juan Pablo no sólo tiene este final con los De la Mora; viene la cinta Los idealistas y una serie llamada Amarres, ambas de de Marcelo Tobar. También otra película con Netflix que estrena en junio y que, hasta ahora, únicamente sabemos que es de Javier Colinas.
Cuatro proyectos en el próximo trimestre, que no suenan nada mal en su carta de 2020. “Ahorita ya nadie me quiere, ¡no tengo nada!”, dice otra vez entre risas. “Tengo ansia de no estar trabajando”, continúa. Claro, si Medina pasó los recientes dos años saltando de proyecto en proyecto. Pero la manera en que lo logra es, desde nuestra perspectiva, de una forma perfecta; una en la que muestra confianza al rol, a la historia y al guion, porque todo lo entrega con un nivel de realismo que ya todos conocemos.
Con estos papeles vamos a ver su evolución a partir de la existencia de cada uno de ellos, gracias a tintes interesantes en momentos cúspide de la vida y que son grandes retos para él. “¿Cómo me reencuentro? Todos estamos en un continuo cambio. Siempre trato de aterrizar y ver en qué estoy, qué puedo cambiar, qué me está afectando. Cómo ser mejor actor, hijo y persona. Ante momentos muy complicados, tomar todo con calma y tratar de ser feliz”.