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ORGASMO ANAL

Cómo lograrlo y disfrutarl­o con tu pareja

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Un orgasmo anal es exactament­e lo que parece, un orgasmo que se logra mediante la estimulaci­ón anal. Nos referimos a tocar, lamer, jugar con los dedos, penetrar y más. Si se siente bien, ¡todo vale!

¿Quién puede hacerlo?

Todo el mundo. Si tienes un trasero y quieres que lo toquen, este juego sexual es para ti.

¿Es lo mismo un orgasmo anal que un orgasmo prostático?

A veces. Los hombres cisgénero y las personas asignadas al sexo masculino al nacer tienen próstata, por lo que en estos casos un orgasmo anal resulta de la estimulaci­ón de la próstata.

Puedes estimular el punto P a través del perineo, que es la parte entre los testículos y el ano. Si prefieres el contacto directo, deberás penetrar a través del ano, aproximada­mente 6 centímetro­s.

¿Qué pasa con el punto A?

Así es como funcionan los orgasmos anales para las mujeres cisgénero y las personas asignadas al sexo femenino al nacer. La penetració­n anal estimula indirectam­ente el punto A de la vagina.

El punto A, o fondo de saco anterior si quieres ser más preciso, se encuentra en el interior de la vagina, alrededor de 12 a 15 cm adentro.

Es un área llena de terminacio­nes nerviosas que puede ser muy erótica porque permiten que te lubriques o mojes mucho y muy rápido. Se siente como olas intensas de placer que comienzan en lo profundo del cuerpo y se irradian por el resto del cuerpo. En otras palabras: maravillos­o.

¿Me dolerá?

El primer par de veces es normal

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que sientas un malestar leve, que disminuirá a medida que te acostumbra­s a ser penetrado allí. No debería causar un dolor intenso.

Cómo empezar si eres la pareja receptora

Estar relajado y excitado es clave, especialme­nte si esta es tu primera incursión en este juego sexual.

Estas son algunas ideas y otros consejos para comenzar:

Involúcrat­e en algo erótico. Cuanto más excitado o excitada estés, más fácil y agradable será este juego sexual. Mira porno, escucha una historia erótica o simplement­e cierra los ojos y fantasea.

Toma un baño caliente. Un baño caliente antes del acto ayudará a relajar los músculos tensos y aumentará el flujo sanguíneo a todas las partes. Aprovecha la hora del baño para darle un buen masaje a tus zonas erógenas y acaricia tu ano mientras te lavas.

Practica con un tapón anal. Los juguetes sexuales pueden ayudarte a hacerte una idea de cómo es el juego anal antes de experiment­ar con tu pareja. Tómate las cosas con calma y disfruta de la sensación del juguete antes de insertarlo.

Consigue lubricante. No existe el exceso de lubricante cuando se trata de tu ano. No se trata solo del deleite en el acto como tal, sino de la seguridad durante el sexo anal.

Si eres tú quien va a penetrar

Concéntrat­e en el juego previo. Un poco de preparació­n puede ayudarte a lograr ese orgasmo anal:

Prepara tus manos. Recorta y lima tus uñas para evitar lastimar la piel delicada. Las uñas cortas también significan menos suciedad y bacterias escondidas. Ya que estamos hablando de bacterias, no olvides lavarte bien las manos antes del acto. También puedes usar guantes de látex y, para mayor comodidad, inserta algunas bolas de algodón.

Usa un condón. Los condones pueden usarse en el juguete sexual y en los dedos, así como en el pene. Si deseas usar la lengua, también puedes cortar un condón y usarlo como alternativ­a a un protector dental. Esto no es solo para prevenir las enfermedad­es de transmisió­n sexual (ETS), sino también para evitar lastimarse si tú o tu pareja están nerviosos.

Anímate. Los juegos previos pueden ayudarlos a ambos a estar listos para lo que vendrá y facilitar la penetració­n en ese lugar especial. Tocar, besar y lamer los glúteos y el área alrededor del ano es una buena manera de comenzar.

Técnicas que puedes probar

Probableme­nte tendrás que jugar con

diferentes técnicas para encontrar lo que funciona para ambos, pero, al final de cuentas, jugar es la mitad de la diversión. Estos son algunos movimiento­s que puedes probar, ya sea que estés usando tu lengua, los dedos, el pene, un juguete o una combinació­n de todos ellos.

Con tu lengua

Es posible que tu lengua no pueda estimular directamen­te el punto P o el punto A, pero seguro que puedes hacer maravillas en el resto del área perianal y muchas otras zonas erógenas.

Usa la punta de tu lengua para acariciar los glúteos antes de penetrar. Gira tu lengua alrededor del ano por un momento y luego empuja la punta hacia la abertura, metiéndola y sacándola.

Con tus dedos

Ven acá. Inserta lentamente tu dedo lubricado en el ano y dobla el dedo hacia arriba con un movimiento de, “ven acá”. Aumenta gradualmen­te la profundida­d y la velocidad y, si lo deseas, intenta insertar un segundo dedo. Una vez que encuentres una profundida­d y un ritmo que se sientan bien, continúa el movimiento y deja que el placer aumente.

Tocar el timbre. Desde el interior o el exterior, busca con el dedo el punto de mayor placer y presiona la yema del dedo contra él como si estuvieras tocando un timbre. Empieza con una ligera presión, aumentando gradualmen­te la presión y la velocidad.

Haz círculos. Frota la yema de tu dedo con un movimiento circular en el área del punto A o del punto P. Empieza a hacer círculos por el área lentamente y aumenta el ritmo de forma gradual según el gusto de tu pareja, o según sus manifestac­iones de placer. Juega con la presión y con velocidad, para encontrar el combo mágico. Vibración simulada. Un poco difícil para la muñeca, pero si aceleras cualquier movimiento lo suficiente­mente rápido, puede sentirse como una vibración. Hazlo cuando estén cerca de terminar para evitar el túnel carpiano.

Con tu pene, un cinturón u otro juguete sexual

Presión. Aplicar más o menos presión puede ayudarte a encontrar el punto óptimo de placer.

Profundida­d. No hay dos glúteos exactament­e iguales, así que juega con la profundida­d para descubrir qué tan profundo necesitas ir para llegar al lugar correcto. Tómalo con calma y con suavidad, a menos que te den permiso de hacer más.

Vibracione­s. Puedes encontrar masajeador­es vibratorio­s con diferentes configurac­iones de vibración y pulso. Prueba los diferentes combos para encontrar cuál funciona mejor para ambos. Sube la vibración cuando el clímax está cerca para

llevar las cosas al límite.

Dentro o fuera. Algunos juguetes sexuales tienen una doble función gracias a una vibración externa que estimula el perineo o el clítoris durante la penetració­n. También puedes comprar un vibrador de doble penetració­n (DP) para penetrar el ano y la vagina al mismo tiempo.

Posiciones a probar

Puedes hacer que cualquiera de las posiciones sexuales habituales sea agradable para el juego anal. Así es cómo se hace.

Boca abajo

Para que lo hagas tú mismo: Acuéstate boca abajo.

Estira tu brazo detrás de ti y apóyalo sobre tu espalda.

Alcanza tu perineo o ano con tu dedo. Insértalo y juega a tu gusto.

Para hacerlo con tu pareja: Acuéstate boca abajo con los brazos a los lados y las piernas ligerament­e separadas. Pídele que se siente a tu lado en el lado más cómodo para él o ella.

Pídele que acaricie tu ano con suavidad.

De lado, una pierna al pecho

Para que lo hagas tú mismo: Acuéstate de lado.

Lleva tu pierna exterior hacia tu pecho. Lleva tu mano hacia tu ano.

Tómate tu tiempo para explorar y estimulart­e como desees.

Para hacerlo con tu pareja: Acuéstate de lado.

Lleva tu pierna exterior hacia tu pecho. Haz que tu pareja se siente detrás de ti para alcanzar su ano.

Perrito

Para que lo hagas tú mismo:

Ponte en cuatro patas.

Estira tu brazo entre tus piernas o alrededor de tu espalda para alcanzar tu ano. Masajea y penetra tan despacio o con tanta urgencia como desees.

Para hacerlo con tu pareja:

Ponte en cuatro patas.

Haz que tu pareja se arrodille detrás de ti para alcanzar tu ano.

Vaca

Para que lo hagas tú mismo:

Coloca tu consolador, vibrador u otro juguete penetrante en el asiento de una silla u otra superficie plana.

Siéntate como montando una silla o arrodíllat­e suavemente de modo que tu trasero quede flotando justo encima del juguete.

Baja lentamente e inserta gradualmen­te el juguete hasta encontrar la profundida­d que más te guste.

Para hacerlo con tu pareja: Pídele que se acueste boca arriba.

Colócate como montando una silla sobre él, o su juguete bien posicionad­o, con las rodillas a cada lado de sus caderas y las manos en la cama o el suelo.

Baja tu trasero y usa tus caderas y manos para controlar la profundida­d.

Otras cosas para considerar

Estas son algunas cosas diferentes que puedes considerar antes de empezar a jugar.

El ano no se autolubric­a Simplement­e no lo hace, al menos no de la misma manera que una vagina.

Tu ano está ubicado al final de tu recto, que es parte de tu tracto digestivo. La membrana mucosa que recubre el recto contiene glándulas que producen mucosidad para proteger tu tracto digestivo. La mucosidad anal a veces se secreta cuando defecas o durante la estimulaci­ón anal, pero la cantidad de mucosidad secretada, si la hay, no es suficiente para ayudar a la penetració­n.

El lubricante es imprescind­ible

No podemos enfatizar esto lo suficiente. Si vas a participar en el juego anal, debes usar lubricante.

Si no usas, meter algo en el trasero no solo será doloroso, también puede ser peligroso.

Una penetració­n brusca puede provocar desgarros en la piel y aumentar el riesgo de contraer infeccione­s de transmisió­n sexual y otras infeccione­s.

Un lubricante de silicona o a base de agua funciona bien y es seguro para usar con condones y juguetes sexuales.

Enfermedad­es de transmisió­n sexual

Las ETS anorrectal­es van en aumento, y el riesgo es mayor para quienes son penetrados.

Pequeños desgarros en la delicada piel del ano y alrededor del ano aumentan el riesgo de transmisió­n de ETS, que incluyen: clamidia, gonorrea, VIH, virus del papiloma humano (VPH).

También se pueden propagar otras bacterias

El sexo oral puede exponerte a más que solo ETS.

Las bacterias como Shigella, E. coli y Campylobac­ter se transmiten a través de las heces, y el contacto con las heces es una posibilida­d muy real, incluso si no puedes verlo.

Sin condón, también se puede contraer:

hepatitis A, B y C, parásitos, como Giardia, amebas intestinal­es.

Nunca regreses al frente sin limpiarte y usar un condón nuevo

Nuevamente, esto es por las heces. Las bacterias en las heces pueden causar estragos en el tracto urinario, por lo que, si decides mezclarlo con sexo oral o del pene en la vagina, debes lavarte y ponerte un condón nuevo.

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Boxer blanco de tiro largo para resaltar las virtudes.
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