Homo

Empezó como una broma, se convirtió en sexo ardiente

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El siempre bromeaba con cosas sexuales entre los dos, yo en cambio le seguía el juego. Me resultaba gracioso e inofensivo, pero un día masturbánd­ome se me vino a la mente mi amigo y sus bromas. Me masturbé pensado en que lo hacíamos juntos, solo eso, pero me corrí como nunca. Entonces entendí que mi amigo me gustaba en un ámbito más sexual y que no solo eran bromas. Siempre era el quién bromeaba y yo le seguía con otra broma más fuerte.

-que ganas de masturbarm­e, me haces una paja? -Me decía de broma.

-claro, pero solo si tú me haces un oral luego. -Le contestaba, y nos reíamos mucho por la broma que acabamos de decir.

Un día le dije que viniera a mi casa, vivo en un chalet con un terreno muy grande y aunque tenemos vecinos es imposible que nos vean pues mi padres lo planearon muy bien y llenaron la parcela de árboles que nos dan muchísima intimidad. Si lo deseas puedes ir desnudo por el jardín amplio, yo desde pequeño soy naturista y los trajes de baño no me gustan. Pero claro cuando quedas con amigos para ir a la playa por respeto a ellos te lo pones.

Pero ese día le dije a mi mejor amigo que viniera a casa y que pasáramos el día ya que la casa estaba sola para los dos varios días. El aceptó sin problemas y me dijo que en una media hora estaría, esperé fuera tomando sol y bebiéndome una cerveza desnudo como me gusta.

Al llegar él, me puse el traje de baño que había dejado a mi lado para ir a abrirle y cuando me vio me dijo:

- Ya estabas al sol en desnudo o qué?

-claro, es uno de los mejores placeres que hay. Contesté.

- seguro jajaja. Me contestó.

No sé si el sentiría lo mismo que yo, pero ese día me propuse desnudarme delante suyo a ver qué pasaba, yo estaba abierto a todo.

- Podríamos desnudarno­s, total nadie nos va a ver, dije en broma pero confesándo­me mientras me temblaban las piernas.

- Pues si la verdad, es que hace un día estupendo y bueno no me importaría ver tu polla jajaja. Dijo riéndose.

Fuimos hasta la piscina y le pregunté si le apetecía una cerveza, me dijo que sí y entré a casa por un par de ellas. Mientras estaba tomándolas para llevarlas se me ocurrió quitarme el traje de baño y salir desnudo, así lo hice, me lo quité y tomé las cervezas.

Lo que no me esperaba era que al salir pude ver qué mi amigo también se había desnudado y sinceramen­te no me esperaba reaccionar como lo hice. Se me puso dura al instante, porque he de admitir que mi amigo estaba buenísimo, tenía el pubis con pelo, pero los testículos y alrededor sin pelo, eso me excitó muchísimo.

Aparte de su miembro que era grande y sólo estaba un poco hinchado, entendí que él también estaba excitado. Con la excusa de que me había olvidado traer un cigarro volví habiendo tardado un poco, pues tampoco quería salir con la pene erecto. Mi colega al verme se rió y me dijo:

-Jaja, quería darte yo la sorpresa pero me la has dado tu a mí.

-es que me encanta estar desnudo. Contesté. no podía esperar.

- Ya veo, dijo riendo.

Me pude fijar en su pene más de cerca, mediría 18 cm, era como la mía pero sin empalmar, eso me excitó, y se me puso medio duro. A esas

altura ya me daba igual que me la mirase en cualquier estado. Estábamos ya tomándonos las cervezas cuando el empezó hablar de sexo entre hombres pero como un poco de recelo, como si no quisiera ver que él también estaba abierto a ello. Los dos lo estábamos, solo teníamos que proponerlo, pero no me atrevía y creo que el tampoco.

-Vamos a darnos un baño que hace un calor... le dije pero él no dejaba de hablar de sexo y le dije “para ya de hablar de sexo que al final te la voy a terminar besándotel­a”.

- Pues ven, chúpamela, seguro que te gusta, además llevo sin masturbarm­e cuatro días, vas a saber cuanto sale. Dijo entre carcajadas.

A mí solo de pensarlo se me puso durísima, me dió corte porque estábamos los dos desnudos sentados en un banco dentro del agua muy cerca el uno del otro.

-Voy por otra cerveza me dijo.

Y al levantarse pude ver su pene en todo su esplendor, dura como una piedra pasando cerca de mi cara. El vio que la miraba, era difícil de ocultar porque le mediría 22 cm y era bastante gruesa. Me quedé mudo, me excitó demasiado y mientras iba él por las bebidas me pregunté cómo pedirle que me dejase chuparla y que hiciese conmigo lo que quisiera. Al llegar la tenía medio dura pero era aún muy atractiva, y medio temblando le dije:

-Una pregunta, ¿Nunca te has sentido atraído por un hombre?

- Pues sí la verdad, para serte sincero cuando has salido desnudo me has gustado mucho. Y creo sentirme atraído por ti, lo digo porqué aunque no lo creas puedo ver tu erección bajo el agua. Jajaja. Nos reímos.

- Entonces, ¿Quieres hacerlo? Pregunté. - Claro, siempre me ha dado curiosidad. Contestó.

Entonces le empecé a tocar el miembro duro bajo el agua, que cada vez se hacía más duro y más duro, tanto que podría pajearle con las dos manos, estábamos muy excitados. Él también me pajeaba bajo el agua a mí y le dije de salir de allí, secarnos y ponernos en un sofá que tengo en el porche. Me puse boca arriba con la cabeza en el respaldo y el encima mío en un sesenta y nueve y me metió su miembro en la boca mientras el me chupaba la mía. Sentir como me follaba la boca y su pene en mi boca me hacían no parar de echar líquido preseminal.

Le dije que se pusiera de pie y yo me puse de cuclillas a chuparla mientras me masturbaba. Se corrió enseguida, me lleno la boca y la cara, me resultó super sexy y quería más. Él me dijo que me tumbara y se sentó en mi miembro, el ver cómo subía y bajaba su pene mientras el mismos se metía mi miembro en el ano me encantó, me corría y se lo hice saber, me levanté y le hice lo mismo que el a mí, yo me había masturbado esa mañana y no salió tanto como él que me había dejado la cara y la boca llenos de semen, que no me había quitado.

Él me dijo que le tocaba follarme, y me puse de lado con mi cola en pompa y la polla saliéndome por los muslos, el me pajeaba mientras me follaba. Me corrí rapidísimo, no pude resistir el placer de ser penetrado. Cuando terminamos nos quedamos tumbados al sol mientras nos tomábamos otra cerveza, ese día entendíamo­s que éramos más que amigos, por lo menos amigos con sexo. El me confesó que no quería relaciones con un hombre, pero coger le había encantado. Yo también confesé que podríamos hacer lo que quisiéramo­s, que de hecho me apetecía probar cosas nuevas. Me daba igual el qué.

Estuvimos en casa todo el día y le propuse al día siguiente ir a una playa nudista los dos, cosa que me dijo que sí, que le encantaría y se quedó a dormir ya que mis padres no estaban. Por la noche lo hicimos otra vez y seguimos así hasta ahora, cada uno con su vida pero gozándonos en la cama por lo menos dos veces por semana uno a otro.

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