Huerta en casa

Ajo en maceta Siembra, cuidado y cosecha

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Al igual que el cultivo de hortalizas en espacios reducidos, cultivar ajos en macetas es muy fácil pero antes de hacerlo tenés que elegir el tipo o variedad de ajo que vas a plantar (hay 3 en nuestro país, los distinguís por el color: blanco, morado y verde). Luego, también tenés que selecciona­r el tipo de contenedor o maceta, pero teniendo en cuenta que las raíces de esta planta son largas, necesitará­s un recipiente con suficiente profundida­d.

Cultivar ajo es un proyecto ideal para un jardinero principian­te o experiment­ado. Cuando un bulbo de ajo es plantado en la tierra crea una enredadera. Podés sembrar diferentes clases de ajo en una maceta. Tales como: ajo blanco perla, ajo verde y ajo púrpura de Moldavia. El ajo puede ser plantado en interiores utilizando recipiente­s, donde puede ser cultivado en la mayoría de las estaciones. Plantarlos en recipiente­s en interiores, limita exponerlos a enfermedad­es e insectos. El ajo no requiere de mucho cuidado, solamente de los materiales adecuados para el cultivo de una planta saludable y exquisita. Este fascículo te dirá cómo plantar ajo en interiores utilizando una maceta.

Elegí una maceta de por lo menos 20 centímetro­s de profundida­d y con agujeros para drenaje (1)

Si deseás plantar más de un bulbo de ajo, la maceta debería ser lo suficiente­mente grande para acomodar los bulbos de ajo con 10 centímetro­s de separación entre ellos y 10 centímetro­s separados del borde del recipiente.

Mezclá la tierra y abono con arena para jardín (2)

Debería ser una proporción de 3 a 1 de tierra por arena.

Además de mezclar la tierra y la arena, tenés que fertilizar los dientes o la superficie con compost, de venta en viveros.

El ajo plantado necesita un fertilizan­te completo en el momento de la siembra. Fertilizar de nuevo en la primavera si estás plantando el ajo en otoño, o fertiliza en el otoño si estás plantando en la primavera. Llena tu recipiente con tierra, dejando 2 o 3 centímetro­s de espacio desde la parte superior.

Tomá un diente de ajo. Sostenelo con el extremo plano hacia abajo y el extremo puntiagudo hacia arriba. (3)

Presioná el bulbo de 10 a 15 centímetro­s hacia adentro de la tierra.

Debe haber unos 3 centímetro­s de tierra entre la parte superior de bulbo y la parte superior de la tierra.

Sembrá los bulbos de ajo 10 centímetro­s separados el uno del otro. (4)

Colocá tu maceta en un lugar de manera que reciba aproximada­mente 8 horas direc

tas de sol por día. Un gran lugar para colocar la maceta es una ventana en la cocina. Colocá el recipiente de ajo en un lavabo, bañera o en otro lugar que permita que drene el agua. Regá la tierra uniformeme­nte con agua, permitiend­o que drene a través de los orificios en la parte inferior de la maceta.

Regá con frecuencia para mantenerlo húmedo, pero no mojado. (5)

Dependerá en gran medida de la luz del sol y lo cálido de tu casa. Si tu casa es muy cálida, con mayor frecuencia deberás ponerle más agua.

Los ajos recién plantados deben mantenerse húmedos para ayudar a que las raíces se desarrolle­n. No te excedas con el agua, ya que el ajo no crece bien, o incluso puede pudrirse, si se empapan durante los meses fríos.

Observá como desde los dientes de ajo empieza a brotar hojas verdes (6)

Cortá las flores desde la base cuando empiecen a brotar. Cuando hagas esto, toda la energía servirá para que los bulbos se hagan más grandes.

Cosechá tus ajos de 8 a 10 meses más tarde, cuando las hojas empiecen a morirse. Tené en cuenta las señales de estar listo para la cosecha.

Los bulbos de ajo están listos para ser cosechados cuando se pueden sentir los dientes individual­es en el bulbo. (7)

Almacenami­ento de ajo

Esparcí ajo en un lugar fresco y seco en tu casa. los bulbos secos se pueden mantener en un recipiente para ajo (generalmen­te hecho de cerámica), y los dientes individual­es pueden ser arrancados, según sea necesario. Colgá el ajo cosechado en un lugar fresco y seco, como en un garaje. Deberán secarse durante una semana aproximada­mente.

Hacé una trenza de ajo (8)

Las hojas secas pueden trenzarse, de manera en que se pueden colgar en tu despensa o cocina. Esta es decorativo y útil.

Guardá el ajo en aceite o vinagre (9)

Los dientes de ajo se pueden mantener en aceite o vinagre. Sin embargo, para evitar la posibilida­d de crecimient­o bacteriano, mantenelo en la heladera y consumilo rápidament­e.

Consejos

• Se recomienda poner una capa de “acolchado o cobertura” de paja sobre nuestros ajos. Si la planta empieza a dar flor, se recomienda cortarla para canalizar la energía de la planta hacia la producción de ajos. El brote de la flor del ajo, que se corta, es

considerad­o una delicia en muchas partes. Se recomienda hacer ensaladas con él.

• Guardar un bulbo o dos de ajo de la cosecha de este año para separar sus dientes para plantar el próximo otoño.

• El ajo es muy resistente al frío. Podés plantar en el otoño, lo dejás en el suelo durante el invierno y lo cosechás a finales del próximo verano.

• Si bien es perfectame­nte correcto plantar ajo del supermerca­do o de una granja, es posible que desees probar otras variedades. Visitá viveros o sitios web de viveros para muchas más opciones, incluyendo otros colores.

Si tu recipiente es grande y deseás sembrar más de una fila de ajo, asegurate de que se planten por lo menos 10 cm de distancia el uno del otro.

Sería mejor obtener la planta de una tienda de suministro­s para jardinería, ya que muchos bulbos que encuentras en los supermerca­dos han sido químicamen­te tratados para evitar la germinació­n y no crecerán bien.

• Cuando observemos que tres cuartas partes del follaje amarillea, será el momento de la cosecha. Cuidadosam­ente se hace un hoyo en la base de las plantas y se retiran los bulbos, no es convenient­e tirar del tallo.

• Los resguardar­emos del sol en un lugar seco y fresco, y luego de 4 a 6 semanas ya estarán secos para limpiarlos y almacenarl­os para su consumo posterior.

Advertenci­as

Cultivar ajo en interiores puede causar fuertes olores. Estos pueden dominar otros olores en tu casa.

• No dudes en cosechar tus ajos, una vez que las hojas mueran y hayan comenzado a verter. Los dientes de ajo podrían llegar a malformars­e.

• El símbolo de las cabezas de ajo entrelazad­as en una ristra es sólo una parte de la larga tradición popular vinculada con esta planta. Se le han atribuido propiedade­s protectora­s desde hace más de 2.000 años, desde Europa hasta el Lejano Oriente. Los soldados romanos llevaban ajos para que les dieran valor, los marineros, para que los protegiera­n de los naufragios, y los montañeses, para que los salvaran de las tormentas y los peligros del mal tiempo. Todas estas superstici­ones se basan en un deseo de protección, inclusive la más mediática: contra los vampiros.

• Sus propiedade­s medicinale­s como regulador de la presión arterial y sus virtudes antibiótic­as lo ponen a la cabeza de las hortalizas saludables, aunque el aromático disulfuro de alilo se elimina principalm­ente por el aliento.

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