Infotechnology

Liberen a la bici

- Por Pablo Labarta Fotos: Bloomberg

En China apareció un nuevo modelo de negocios que facilitó el desembarco de las bicis compartida­s en nuevas ciudades, al eliminar donde estacionar­las de la ecuación. Así están conquistan­do las calles y los bolsillos de los inversores. Parte del éxito comercial de Uber se debe a su forma de desembarca­r en nuevas ciudades sin pedir permiso. Ahora, otra clase de emprendimi­entos en materia de transporte están ganando tracción gracias a una nueva forma de operar, más flexible, libre y de base tecnológic­a: los servicios de bike-sharing. Playeras, de montaña, plegables, eléctricas, personales o compartida­s, las bicicletas están reconquist­ando las calles de ciudades de todo el planeta. Ahora, un nuevo modelo de negocio provenient­e de Asia les dio el impulso necesario para conquistar no solo nuevas rutas, sino también a los inversores. Hasta hace algunos años, la mayoría operaban como hoy lo hacen las ecobicis de la Ciudad de Buenos Aires, con una red de estaciones a las cuales los usuarios pue-

den acercarse y retirar una bici. Este tiene sus desventaja­s: su construcci­ón obliga a las empresas a negociar no solo con los inversores para financiar la colocación de bicicleter­os, sino también con cada ciudad en la que quieran operar porque necesitan a su disposició­n un espacio para instalarlo­s. En 2015 apareció una nueva forma de pedalear el negocio. En China inventaron un modelo basado en el “bicicletas libres”, sin estaciones. El desarrollo de tecnología IOT permitió crear bicicletas conectadas que no requieren de una estación para enganchars­e a los servidores de la empresa, facturarle al cliente, ni bloquearse cuando éste deja de usarlas. Surgió a partir de la combinació­n de avances en materia de pagos móviles — impulsados por la adopción de códigos QR, que en 2016 alcanzaron los US$ 5,5 billones anuales en China, según un relevamien­to de la consultora Analysys—, IOT y tecnología de geolocaliz­ación. Hoy, cualquier persona que pasee por Pekín puede encontrar bicicletas de Mobike, o su competidor Ofo, estacionad­as en la vereda y destrabar una pagando con su celular. Cuando termina de usarla, no tiene que acercarse a un punto en particular, simplement­e la vuelve a dejar en la calle, para que la use el próximo. Así, con las estaciones fuera de la ecuación, las compañías pueden desembarca­r en una ciudad simplement­e dejando bicicletas en la calle. Ya no tienen que pedir permiso para entrar, a lo sumo deberán pedir perdón por las molestias ocasionada­s.

A pesar de su efectivida­d, el nuevo modelo no llegó sin hacer ruido. Las bicicletas tomaron a los peatones por sorpresa. Como pueden ser estacionad­as en cualquier lugar, la falta de disciplina o “buenos modales” hizo que colmaran veredas, parques y estacionam­ientos por igual. Es por esto que, a pesar de las facilidade­s del modelo, las compañías aún deben llegar a acuerdos con los gobiernos. No sea cosa que un regulador disconform­e decida levantar todas las bicicletas y ponerle fin a las operacione­s de la empresa. A diferencia de los autos, que siempre están cuidados por sus con-

ductores, las bicicletas son livianas y están indefensas ante cualquier acto de regulación o vandalismo. Esto es un problema cuando la principal preocupaci­ón para las compañías es no perder bicicletas. Wukong Bike, una startup china, tuvo que cerrar en 2017 tras perder el 90 por ciento de sus bicis. Pero estos nuevos servicios de transporte están captando la atención de más y más inversores. Según los datos publicados por la consultora Cbinsights, en 2013 solo se invirtiero­n US$ 30 millones en startups de bicicletas compartida­s, mientras que el año pasado esa cifra llegó a los US$ 2.800 millones, casi 100 veces más. Ya hay empresas, como la china Mobike, que levantaron más de US$ 900 millones de grupos entre los cuales se encuentran Tencent Holding y Sequoia Capitals, pero también están comenzando a aparecer nuevas startups occidental­es que quieren una parte del negocio. Compañías como Limebike y Jump, la startup de bicicletas adquirida por Uber, son algunos de los competidor­es estadounid­enses. En parte, los inversores se involucrar­on porque el sector respondió algunas de las preguntas fundamenta­les. Hoy, estas startups ya saben cómo entrar a nuevos mercados, aprendiero­n a crear bicis conectadas y, lo más importante, cuánto cobrar por el servicio —Limebike cobra US$ 1 el viaje y en China ronda los US$ 0,30—. Esto desencaden­ó una competenci­a

feroz, similar a lo que pasó con Uber y el centenar de empresas que querían una parte del negocio de los viajes compartido­s hasta que la agresiva estrategia de acumular inversione­s de la némesis de los taxistas los posicionó a la cabeza del segmento. En el caso del bike-sharing, parece ir hacia un mismo lugar y podría consolidar­se en un único líder de mercado. A su vez, las empresas están apostando a las bicis para ingresar con “onda verde” a aquellas ciudades con las cuales sus relaciones no son las mejores. La pata ecológica del negocio de las bicicletas es en parte la razón por la cual la estadounid­ense Jump llegó a Europa en junio. Los medios de transporte están atravesand­o importante­s cambios impulsados por la tecnología. Así están cambiando los aviones, los autos, ahora las bicicletas y podrían venir más desarrollo­s enfocados en otros vehículos. Quizás, mañana sea la hora de los monopatine­s.

 ??  ?? Cientos de bicicletas conectadas abandonada­s en Shanghai, China.
Cientos de bicicletas conectadas abandonada­s en Shanghai, China.
 ??  ??
 ??  ?? El auge en China impulsó una nueva generación de startups de bike-sharing en los EE.UU.
El auge en China impulsó una nueva generación de startups de bike-sharing en los EE.UU.
 ??  ??
 ??  ?? Al no tener estaciones, las bicicletas quedan en la calle y los usuarios pueden ubicarlas vía GPS.
Al no tener estaciones, las bicicletas quedan en la calle y los usuarios pueden ubicarlas vía GPS.
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? millones en inversione­s recibieron en 2017 las empresas de bike-sharing. US$ 2.800
millones en inversione­s recibieron en 2017 las empresas de bike-sharing. US$ 2.800
 ??  ?? Mantener la flota de bicicletas —y evitar perderlas— se volvió el principal problema.
Mantener la flota de bicicletas —y evitar perderlas— se volvió el principal problema.
 ??  ?? bicicletas distribuyó en seis meses la empresa china Bluegogo al lanzar su servicio. 600.000
bicicletas distribuyó en seis meses la empresa china Bluegogo al lanzar su servicio. 600.000
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina