Qué lugar ocupan las API
crear un negocio a partir de una API no termina con su desarrollo.
El nuevo marketing
Tener una API pensada no como plataforma de uso interno, sino como un servicio implica hacer un trabajo al cual las organizaciones más tradicionales, que no se centran en el desarrollo de software, no están acostumbradas: el marketing técnico. Matías Gorostegui, Delivery Manager y cofundador de la empresa de desarrollo de software intive-fdv, explica que transformar una API en un negocio es juego totalmente nuevo para algunas empresas. “Al momento de decidir por un modelo de negocios basado en una API, el camino te obliga a pensar no sólo cómo debe ser el producto final, sino también cómo comunicárselo a personas con un gran nivel de expertise que saben muy bien qué es lo que quieren”, señala Gorostegui. El último paso del desarrollo de una API es su publicación. Esto es el equivalente al lanzamiento de un producto. Hay que desarrollar una campaña de difusión, elegir los canales óptimos para llegar al público deseado y, por supuesto, tener un equipo dedicado a cultivar la relación con el cliente, que en este caso serían los consumidores de la API. “Es un área de comunicación hipertécnica que las empresas tradicionales no suelen tener”, destaca el delivery manager de intive-fdv. Tener un excelente producto significa también darle soporte. Aquellas organizaciones que hacen customer service de pronto se encuentran con que también tienen que saber atender problemas de integración contra su API. “Abrir una
nueva unidad de negocios y volcarse a ser una plataforma requiere también de brindar una atención más sofisticada”, sintetiza Gorostegui. En el terreno de las API, con la excepción de algunos players de nicho, la competencia es cada vez más dura. Basta con ver cómo aumenta la oferta de procesadores de pago. Ahora, una buena parte del marketshare de estos players depende de qué servicio prefieren integrar los desarrolladores de los nuevos e-commerce. En palabras del CTO de Wenance, lo que se necesita es una visión de servicio moderna, con velocidad y mucho diálogo entre proveedor y solicitante. “El que solicita el servicio es un actor protagónipero co que se sienta y discute lo que necesita. Es una relación habitual en las empresas tecnológicas, pero no tanto en el resto y este desfase cultural es uno de los principales obstáculos”, indica. Es que en la actualidad las principales tecnológicas, aquellas del calibre de Google, tienen equipos enteros dedicados a cultivar la relación con los desarrolladores. Los equipos de Developer Relationships trabajan de cerca con aquellos que usan la infraestructura de la empresa, ya sean pequeñas startups u otras grandes compañías. Esto sucede porque al final del día el principal objetivo de una API es ser consumida y desde una perspectiva de negocios, un producto como Maps puede ganar más de 100 millones de nuevos usuarios permitiéndole a una plataforma como Uber hacer uso de su API.