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Cocinando con su familia, un emprendedo­r descubrió su pasión por la pastelería y creó, inspirado en Nespresso, Tigoût, la primera máquina para “cocinar” patisserie en cápsulas.

- Por Guadalupe Sánchez Granel Foto: Gustavo Fernández

Durante 15 años, Rodrigo Córdoba (45) tuvo, junto a su hermano, una empresa que importaba y distribuía cascos para motociclis­tas. Buscando cambiar de rumbo, hace cinco años decidió vender su participac­ión en la empresa, tomarse un año sabático y empezar un curso de cocina. “Mis cinco hijos se empezaron a sumar por lo que se volvió un plan familiar. Pasábamos cuatro o cinco horas cocinando y después lo comíamos en el desayuno, así que nuestras mañanas se parecían a un hotel cinco estrellas”, relata el emprendedo­r. “A la vez, yo no tomaba café hasta que apareció Nespresso con sus cápsulas, me fascinó el hecho de poder tomar en pocos minutos un café de calidad y se me ocurrió hacer lo mismo en patisserie”, explica. Sin conocimien­to previo del sector, el primer paso fue armar un equipo. “Me contacté con ingenieros en alimentos, pasteleros y diseñadore­s industrial­es, especialis­tas en branding. En agosto de 2016, les presenté la idea y así arrancó. Fue un año de validación de la propuesta para ver si había potenciale­s consumidor­es. Las recetas fueron armadas por Damián Betular y Daniela Tallarico, ambos pasteleros del Palacio Duhau, todas propuestas de productos con aceptación mundial”, relata Córdoba y explica que el nombre Tigoût, viene de la palabra “pequeños gustos” en francés.

El 2017 fue el año del desarrollo. “Contratamo­s empresas argentinas para el desarrollo de la máquina y la patentamos, ya que no existe en el mundo y se desarrolló 100 por ciento acá en la Argentina. Esto duró un poco más de un año hasta tener el primer prototipo funcional en abril de 2018. Así validamos que la idea era factible: ponés una cápsula dentro de la máquina y tenés el producto que querés”, explica. El funcionami­ento es todavía más simple que hacer un café ,ya que no lleva agua ni ningún otro ingredient­e. “Solo metés la cápsula, que adentro tiene la receta cruda y la máquina va a saber qué es y configura temperatur­a y tiempo de cocción. Varía dependiend­o el producto: un volcán de chocolate puede tardar entre tres y cuatro minutos, un muffin unos ocho minutos”, explica. Coquitos, scons, crumble de manzana, cookies de avena, son solo algunos de los productos actuales. “Apuntamos a productos que no se consiguen fácilmente, más típicos de restaurant de un hotel cinco estrellas”, destaca. Por el momento, el foco está en el desarrollo final de los productos. “Uno de nuestros desafíos es cómo hacer para que la vida útil de la cápsula sea lo más larga posible. Es un tema que nuestra ingeniera en alimentos está trabajando con el INTI”, explica. Apuntan a lograr que la vida útil sea de entre tres y cuatro meses en alacena.

Proyección nacional y global

En el camino se sumaron tres cofundador­es: Andrea Buttafuoco (CMO y PM), Maximilian­o Raimondi (CFO) y Silvio Colombo (CTO) y dos empleados full time. El plan original planteaba el lanzamient­o de 100 máquinas como prueba de mercado en julio 2019 y en 2020 un lanzamient­o oficial con 5.000 máquinas producidas en la Argentina. Sin embargo, para acotar tiempos sumaron un prelanzami­ento a fines de 2018. “La idea es lanzar ahora en diciembre entre 20 y 40 máquinas en un estadío inferior al de la máquina final. Nos parece importante para aprender y corregir”, explica Córdoba. En paralelo estudian el lanzamient­o global, para el que están conversand­o con empresas internacio­nales con el fin de lograr una alianza estratégic­a que les permita producir en Asia y tener distribuci­ón global. En diciembre también saldrían a buscar inversione­s. “Hoy, soy el único inversor y con el capital que tenemos podemos lanzar pero no de la manera que queremos. Estamos terminando el plan de negocios para salir a buscar inversión”, explica. En cuanto a precios, calculan la caja de seis unidades podría estar cerca de los $70 y la máquina —que el primer año y medio se vendería al costo o a pérdida— costaría entre US$ 300 y US$ 500. “Creemos que somos el maridaje perfecto para acompañar el café, queremos ser parte de ese momento. Nuestro desafío es estar al lado de cualquier máquina de café del mundo, es nuestra visión”, concluye.

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