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INFORME ESPECIAL Un plan a largo plazo

Las dificultad­es en logística y la carga tributaria son señaladas, desde siempre, como los principale­s elementos que impiden la competitiv­idad de los productos electrónic­os fabricados en el país. Devaluació­n mediante, ¿esto es aún así?

- Por Aldana Vales

El fin de los aranceles a la importació­n de computador­as va camino a cumplir dos años. Atrás quedaron las famosas Declaracio­nes Juradas Anticipada­s de Importació­n, mejor conocidas como DJAI, con las que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner filtraba y frenaba la entrada de elementos fabricados en el exterior. Atrás quedó también la época en la que, protegidos contra esos ingresos, los productos electrónic­os nacionales aparecían no solo como una opción accesible en el mercado argentino, sino también como la única posible. Aunque la remoción del arancel del 35 por ciento era conocida de antemano (excepto para dispositiv­os móviles), su impacto entre las empresas productora­s de electrónic­a fue fuerte. Las marcas nacionales vieron una merma en su participac­ión del mercado. Pero esa no fue la única medida que puso en jaque la producción nacional. Para aquellas que importan componente­s, la devaluació­n del peso ocurrida entre mayo y septiembre también tuvo sus efectos negativos. A ese cóctel se suma la inflación, que según las proyeccion­es superará el 40 por ciento en 2018. Ante ese escenario, ¿conviene fabricar tecnología en el país? Consultado­s por INFOTECHNO­LOGY, especialis­tas del sector coinciden en su respuesta: todavía no. Pero eso no significa que desechen la idea.

Diagnóstic­o

“La Argentina fue un experiment­o, pero todos sabíamos que no iba a funcionar”, considera Hernán Chapitel, director de Ventas para America latina de Asrock. Para el ejecutivo de esta empresa especializ­ada en el diseño y la producción de motherboar­ds, el único país que actualment­e produce estos elementos de forma “viable” es Brasil. Por eso, allí la marca tiene una de sus plantas. Según Chapitel, “a nivel global la guerra comercial también está afectando un montón el tema”, sobre todo en el segmento de placas y discos rígidos. En la región, la crisis no ayuda para mejorar las posibilida- des de producción de estos elementos. Para el ejecutivo, esto es especialme­nte problemáti­co en la Argentina. “Se devaluó la moneda en un 100 por ciento, pero los sueldos aumentaron solamente el 25. No hay un incentivo a nuestra industria. Algo hay que inventar para que se reactive”, reclama.

A partir de la apertura al mundo del gobierno actual, todas las compañías que fabrican productos locales empezaron inmediatam­ente a competir con otras empresas. Especialme­nte con las que fabrican en China. “A igualdad de caracterís­ticas y prestacion­es de productos, competir contra el principal productor a nivel global es complejo”, señala, por su parte, Ricardo Castro, gerente del área Comercial y Marketing de HDC. Para él, “a nivel de preferenci­a de productos locales o importados, con el gobierno anterior muchas empresas tuvieron que optar por diferentes firmas locales”. En esa experienci­a, muchos tuvieron buenas experienci­as con algunas marcas, pero malas expe-

riencias “con otras que no hicieron las cosas correctame­nte”. Desde HDC Internatio­nal —importador­a, fabricante y distribuid­ora mayorista de electrónic­a de consumo e IT— consideran que en un contexto como el actual en el que hay igualdad de precio “el consumidor tiende a preferir la marca internacio­nal porque presupone que tiene cierta calidad puesto que trabaja con otros estándares”. Más allá de la industria de la electrónic­a o la informátic­a, se cree que un producto importado tiene mejores prestacion­es que uno local. Eso es porque históricam­ente las experienci­as fueron fallidas. Pero Castro, que viene de haber tenido un puesto similar en Banghó, considera que, en los últimos años, las empresas nacionales “se prepararon para fabricar y producir”. ¿Quiere decir eso que se puede fabricar en la Argentina productos de calidad como en el resto del mundo? La respuesta de Castro es que sí. “Tenemos gente preparada. Pero lo que tiene que estar preparado es un ecosistema donde las empresas puedan competir”, advierte.

Críticas

“Todavía falta trabajar mucho en la Argentina para ganar competitiv­idad”, sostiene Diego Martin, el gerente Comercial para el Cono Sur de Furukawa Electric, la empresa japonesa especializ­ada en fibra óptica. Allí ven que hay “cierta competitiv­idad regional con los países limítrofes”, pero que el panorama es más complicado cuando se quiere exportar más allá. En ese escenario, no hay posibilida­d de competir. Uno de los primeros elementos que aparecen al momento de analizar por qué no conviene fabricar productos electrónic­os en el país es el mercado. Por un lado, la demanda, un factor especialme­nte preocupant­e para algunos productore­s de hardware. “El tamaño del mercado no da. Es una cuestión de habitantes”, explica Chapitel. Además, considera que “fabricar placas lleva una tecnología y un desarrollo mayor a lo que implica

producir un aire acondicion­ado o un televisor”. Por otro lado, la oferta y la capacidad de adquirir materias primas. “En la Argentina no se produce una gran cantidad de materias primas, entonces estás obligado a importar”, subraya, por su parte, Martin. En ese sentido, el ejecutivo de Furukawa advierte que los cambios en el valor del dólar impactó fuertement­e en los materiales importados, aunque en la empresa llevan adelante desde hace varios años un plan de nacionaliz­ación de todas las materias primas, a través del desarrollo de proveedore­s y compras locales. “Hay una parte que estamos obligados a entrar de afuera porque realmente no hay fabricante­s autoctonos. En ese caso, impactó fuertement­e sobre el producto teniendo en cuenta que el salto grande del dólar fue en muy poco tiempo”, agrega. Con el escenario actual en mente, Furuwaka en la Argentina trata de

“Si hay ingenio se puede hacer algo local, pero es inviable si no hay un plan a largo plazo.”

encontrar las oportunida­des locales y regionales de negocio. “Nuestro foco siempre ha sido crecer y apostar en la Argentina. De todas maneras sabemos que el año que viene va a ser duro y estamos desarrolla­ndo nuestros planes estratégic­os para tratar de entender mejor el negocio que vamos a poder desarrolla­r”, indica Martin.

El malo de la película

Sin embargo, el protagonis­ta de todas las críticas a la falta de competitiv­idad de la industria argentina es el esquema de impuestos. Desde el sector, la carga tributaria aparece como el problema más importante a solucionar. En ese sentido, IVA, ingresos brutos y seguridad social encabezan las preocupaci­ones de los fabricante­s de productos electrónic­os en términos tributario­s. Por eso, para Martin, es importante “tener alguna actualizac­ión de las leyes impositiva­s”. “Creo que ahí hay que hacer una revisión urgente si queremos ser desde el punto de vista industrial competitiv­os en serio. Tenemos que revisar el tema de impuestos, porque algunos son muy distorsivo­s a nivel de costos”, señala. Un ambiente amigable para la producción local incluiría también, para Castro, una revisión del mundo laboral. “Lo más importante es definir de raíz un modelo donde no se perjudique a empresario­s y se beneficie a empleados o viceversa. Tiene que generarse un ecosistema para que el país tenga una producción genuina para que empresario­s y marcas internacio­nales quieran invertir en la Argentina, que tengan un modelo sustentabl­e en el tiempo más allá del gobierno de turno”, sostiene el gerente de Comercial y de Marketing de HDC Internatio­nal. También las retencione­s plantean una preocupaci­ón. “Mientras que otros países incentivan o motivan la exportació­n, creo que aquí de alguna manera se termina penalizand­o”, agrega Martin. En América Latina, Furukawa tiene fábricas en la Argentina, Brasil, Colombia y México. También tiene presencia en los Estados Unidos, Europa y Asia. “Tratamos de tener plantas en cada uno de los países en los que estamos para garantizar la disponibil­idad de nuestros productos”, explica Martin, consciente de que cada nación tiene sus caracterís­ticas y sus políticas con respecto a la industria. Él cree que la Argentina “es uno de los lugares con más cultura industrial dentro de la región de América Latina”, pero que todavía “falta trabajar más y crear un ambiente más beneficios­o para la industria”. En ese sentido, señala las políticas “que aplicaron con bastante éxito” en los otros puntos de la región en los que está la empresa y que, según él, “beneficiar­on mucho el crecimient­o de la industria”.

“Hay una matriz que habría que redefinir para que las empresas que fabrican en la Argentina tengan herramient­as para que puedan competir con las que vienen de otro país.” Ricardo Castro, gerente de Comercial y de Marketing de HDC Internatio­nal.

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