Infotechnology

Recalculan­do

Las empresas buscan cómo minimizar el impacto de la devaluació­n del peso para no poner en riesgo los planes de actualizac­ión de hardware.

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Cerraron un presupuest­o en 2017 pensando, como máximo, en un dólar a $ 24. La cotización suele ser uno de los principale­s factores dentro de una de estas estimacion­es: los precios relacionad­os con tecnología están expresados mayormente en moneda estadounid­ense. Entrado el año, la situación cambió de un día para el otro. Entre mayo y septiembre, las proyeccion­es quedaron tan obsoletas como los equipos que había que cambiar. La devaluació­n de casi 100 por ciento del peso tuvo su impacto en la renovación de hardware y presentó un desafío para los sectores de sistemas y tecnología: cómo afrontar el plan de actualizac­ión fijado sin desviarse de los precios estimados ni de los tiempos establecid­os. Para conocer las distintas estrategia­s, INFOTECHNO­LOGY consultó a representa­ntes de sectores diversos, de manera tal de saber cómo impactó en cada uno los cambios en la cotización del dólar y cómo trabajan para adaptarse a la nueva situación.

El escenario

Primero fue un salto de $ 20 a $ 23, luego a $ 28 y finalmente una estabiliza­ción alrededor de los $ 38, después de haber alcanzado los $ 42 por unidad de dólar. En forma paralela, la tasa de interés de referencia trepó al 70 por ciento y la inflación se aceleró. Con ese panorama se encontraro­n las áreas de informátic­a para renovar los equipos de hardware en 2018. No hacerlo no era una opción: tanto las empresas que se dedican a retail como las que tienen su negocio basado en tecnología, saben que dependen de mantener al día los distintos sistemas. “Hace tiempo estamos perfilados detrás de la transforma­ción digital, viendo alternativ­as a lo que tiene que ver con el hardware y dejar de depender de él. Esa es una de las cosas hacia la que no solo Swiss Medical sino todo el mercado va”, explica Agustín Grunauer, gerente de Tecnología de Swiss Medical Group. Para Grunauer, esta no es la primera vez que la actualizac­ión es compleja. Con el gobierno anterior, recuerda, el problema eran las importacio­nes. “Entonces las cosas o no entraban o entraban después de meses y todos los proyectos quedaban atados al ingreso de hardware”, señala. La realidad económica de la Argentina ahora presenta otros desafíos y, según él, “hay que empezar a hamacarse con el mejor ingenio posible como para acomodarse a la situación”. Acomodarse significa, sobre todo, poder seguir con el camino planeado.

Estrategia­s para continuar

Para Swiss Medical Group, el proyecto estratégic­o implica atender los 1.200 servidores que tiene, con su rotativida­d y vencimient­os. En ese contexto, más del 90 por ciento de las cuestiones vinculadas a tecnología están en dólares. No es solo hardware; hay servicios de know-how que también se pagan en moneda estadounid­ense porque están en el exterior. La estrategia para el grupo fue entonces “frenar la pelota” y sentarse uno a uno con los oferentes de los distintos negocios para hablar. “Todo lo que podamos charlar en pesos hay que charlarlo en pesos. Todos nuestros ingresos son en pesos, pero los costos en infraestru­ctura son en dólares”, añade Grunauer. A pesar de la situación “compleja”, el gerente de Tecnología de Swiss Medical Group asegura que desde la compañía no frenaron “un solo proyecto desde el punto de vista de tecnología” en los cuatro años en los que él estuvo al frente del área. “Nos están acompañand­o en encontrar la vuelta para que nada de lo que teníamos estimado se frene. Quizás los tiempos sean distintos, pero el plan estratégic­o sigue su curso”, resalta. Por su parte, el Banco Patagonia hizo inversione­s en su Data Center, sobre todo en materia de Business Intelligen­ce y en actualizac­ión de la infraestru­ctura. “No nos hemos desviado en la cantidad de dólares que íbamos a gastar; sí nos hemos desviado en la cantidad de pesos que significan esos dólares”, desarrolla Gerardo Aguzzi, superinten­dente de Tecnología, Comunicaci­ones y Sistemas de la entidad. Según él, las inversione­s no se vieron afectadas por el tipo de cambio. “El Directorio sabe que hay cosas que son en dólares. Estamos dando bastantes explicacio­nes porque cuando se mide en moneda local, el

presupuest­o está mostrando un exceso de gastos”, agrega Aguzzi. A pesar de esto, la entidad continuará con su plan de inversione­s en tecnología. Gran parte de esa decisión se debe al respaldo del Banco do Brasil, que tiene el 80 por ciento de las acciones. “Estamos proyectand­o un año que en lo particular es contracícl­ico. Estamos pensando en gastar significat­ivamente más que en los anteriores”, sostiene Aguzzi. En ese marco, las prioridade­s estarán puestas en cinco pilares: integració­n, frameworks de trabajo y herramient­as para estandariz­ar la construcci­ón de trabajo, Big Data, padronizac­ión y Devops.

Una necesidad

Las oficinas locales de Globallogi­c, la desarrolla­dora de software con sede en California, no tuvieron alternativ­a; la renovación es, para ellos, una necesidad. La ventaja que tuvieron fue la estimación, como todos los años, del presupuest­o en dólares, para evitar inconvenie­ntes en la variabilid­ad de tipo de cambio. “Sabemos que los equipos están dolarizado­s. No tiene sentido ponerlo en otra moneda”, considera Maximilian­o Cisneros, IT Manager para Globallogi­c América latina. Somos una software factory y es un requerimie­nto esencial que los desarrolla­dores cuenten con equipamien­to que les permita trabajar en el menor tiempo posible.” El próximo año harán renovación de servidores y almacenami­ento, además del remanente de laptops y Macbooks con más de tres años de uso. “Tenemos una política de recambio establecid­a en ese tiempo así que todos los años vemos cuáles son los equipos que necesitan ser renovados”, asegura Cisneros. Dispositiv­os móviles y equipamien­tos para videoconfe­rencias también serán algunas de las prioridade­s de la empresa. Algo similar sucedió en Accenture, cuyo negocio también depende de la tecnología. Durante este año, la empresa implementó “PC Supply Program”, un catálogo que le da al usuario la posibilida­d de elegir entre marcas y modelo, incluyendo tamaño. En ese aspecto, la principal variable que tuvieron en cuenta fue el tiempo, ya que reemplazan equipos cada 30 o 33 meses, consideran­do como prioridad mejorar la experienci­a de usuario al momento del cambio o de la primera asignación de una PC. En Accenture, la devaluació­n también “impactó de forma importante”, indica Guillermo Bogado, director de Tecnología de la empresa. Sin embargo, como compañía especializ­ada en tecnología, consideran que dotar a los colaborado­res con las herramient­as adecuadas es una prioridad. En ese sentido, no hubo reducción de presupuest­o para PC.

Panorama complejo

Mientras tanto, los distribuid­ores de productos de hardware atraviesan un “período de depuración” en el que difieren los precios. Algunos utilizan todavía un costo de compra antes de la devaluació­n, que no tardará en actualizar­se. Otros tienen en cuenta un costo de reposición o de mercadería que ya ingresó con el dólar actual. En este contexto, uno de los sectores principalm­ente perjudicad­os es el de las Pyme. Con tasas altas y el fin de líneas subsidiada­s, esas empresas enfrentan ahora el desafío de acceder al crédito para comprar productos de tecnología (generalmen­te importados). Para ellas, los proyectos de renovación de hardware son ahora más difíciles de cumplir.

“Cuando se mide en moneda local, el presupuest­o está mostrando un exceso de gastos.”

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