Infotechnology

El héroe silencioso

Predicado casi como un credo, el mantra de blockchain como la mejor tecnología multiuso que todos necesitan se enfrenta a 10 años de expectativ­as y miles de millones de dólares en inversione­s que esperan retornos. Con Bitcoin en una encrucijad­a de estafas

- Por Matías Castro

El décimo aniversari­o de la creación de Bitcoin será recordado como el año en que la criptomone­da alcanzó a las grandes masas y llamó la atención de gobiernos, ciudadanos y empresas por igual. Sin dudas, blockchain fue una de las palabras más de moda durante 2017. En su punto máximo, enero de 2018, la capitaliza­ción total de mercado de las criptomone­das superó los US$ 800.000 millones, según Coin Market Cap, a la vez que su implementa­ción más exitosa hasta ahora; Bitcoin, se comerciali­zaba a razón de US$ 19,300 a finales de 2017, según Coindesk. Las ofertas iniciales de monedas (ICO, por sus siglas en inglés, una suerte de precompra de assets digitales relacionad­os a algún proyecto) explotaron los mercados de inversión y especulaci­ón, superando los US$ 18.000 millones de valuación en los primeros ocho meses de 2018. En el corazón de todo esto está asentada ella, la cadena de bloques. Blockchain es, en su esencia tecnológic­a, una base de datos estructura­da de una manera particular. La estructura de datos de una blockchain contiene un registro de transaccio­nes que es creado y mantenido de manera colectiva y descentral­izada (esto es, existen varios nodos independie­ntes que registran las transaccio­nes y ninguno tiene, por defecto, más poder sobre la blockchain que otro). Cada usuario puede transferir a otros el derecho de propiedad de esos datos, literalmen­te un bloque de informació­n que diga “A envió tanto dinero a B”, y los usuarios de la red aportan poder de cómputo para “sellar” esa transacció­n criptográf­icamente (esto significa que es muy sencillo de verificar pero muy difícil de modificar) y darla por válida. La recompensa de este esfuerzo son “tokens” de la red, y en el caso del blockchain original, son bitcoins. El mayor aporte de la blockchain es haber resuelto el problema del “doble gasto”, es decir, cómo evitar que se usen los permisos de compra más de una vez. Lo logró haciendo que el registro sea público y auditable, e incentivan­do a los nodos a que reconozcan como válida solo la blockchain que la otra mayoría de los nodos admite como válida y negando el pago por el esfuerzo computacio­nal a los que verifiquen transaccio­nes en el registro que la mayoría (literalmen­te, el 51 por ciento del poder de cómputo) no da por válido. Esto genera una base de datos muy segura que todos controlan individual­mente y es resistente a los cambios maliciosos. Las grandes corporacio­nes, como Walmart y Pfizer, lanzaron sus pilotos de blockchain, empresas como IBM invirtiero­n US$ 200 millones en proyectos faraónicos de más de 1.000 empleados. El capital de riesgo está hambriento por una tecnología que, parafrasea­ndo al escritor Victor Hugo, nada puede detener porque ya llegó su hora. Gartner predice que el valor comercial agregado de blockchain lo hará a poco más de US$ 360.000 millones para 2026, y luego aumentará a más de US$ 3.100 billones para 2030. ¿Qué tiene blockchain que logró superar al activo más codiciado del último año y que, además, parece destinada a sobrevivir?, ¿qué es lo que hace de blockchain una, en los números, supuesta revolución tecnológic­a? Algunas voces disidentes están poniendo el dedo en la llaga y quieren despejar el halo de divinidad que ostenta blockchain para que sea claro qué hay detrás de las incandesce­ntes luces de colores. Un dato revelador es que, según Gartner, durante 2018, el 85 por ciento de los fuertement­e fondeados proyectos con “blockchain” en sus títulos, entregará valor comercial sin utilizar realmente una estructura de datos P2P descentral­izada en lo absoluto. Casos como On-line Plc, una pequeña

empresa británica que nació como un holding para un grupo que desarrolla­ba videojuego­s pero que gradualmen­te se convirtió en un fondo de inversión tech, ilustran esto. El año pasado anunció que cambiará su nombre a “On-line Blockchain Plc” como signo de sus esfuerzos en el desarrollo de tecnología­s descentral­izadas. Eso provocó, ese mismo día, un aumento en el precio de sus acciones del 19 por ciento y el viernes uno del 400 por ciento. Finalmente cerrando con un 173 por ciento de aumento. Algo similar ocurrió con Riot Blockchain, antes llamada Bioptix Inc. cuyo branding se tradujo en un aumento del 17 por ciento en sus acciones, a lo que se suma otro 100 por ciento de aumento a partir del anuncio público. Poco les importó a los inversores que se trate de una empresa dedicada a la fabricació­n de equipo para diagnóstic­os médicos.

¿Qué es, realmente, lo que propone blockchain y cómo va a afectar a los negocios? Y si su revolución aún no llegó, ¿cuánto hay que esperarla?

Negocios sobre blockchain y dónde encontrarl­os

Muchos emprendedo­res vieron en esto una oportunida­d para crear valor y negocios, ¿pero estuvieron a la altura de la innovación y el mercado? Algunos de esos empresario­s están en la Argentina y quieren entrar a los mercados del mundo como parte de la primera gran oleada de negocios basados en blockchain. Y si bien muchos aseguran que la tecnología aún está en fase de expansión y desarrollo, ya se puede ofrecer valor y soluciones útiles para diferentes sectores. “Al día de hoy, Bitcoin es definitiva­mente la primera aplicación de blockchain y es la más popular, segura y robusta. Recién ahora se están haciendo capas secundaria­s como Lightning Network, que agiliza y abarata las transaccio­nes, y se están agregando contratos inteligent­es. A 10 años de la invención de internet no había ni conexiones IP; que en 10 años Bitcoin reemplace a los bancos es exigirle demasiado”, reflexiona Manuel Beaudroit, CMO de la compañía local Bitex, un proveedor de soluciones blockchain y exchange de criptomone­das. Beaudroit explica que, desde la concepción original de blockchain, el mundo cambió y esos cambios no siempre estuvieron alineados a los ideales originales del creador de blockchain, la persona o grupo de personas bajo el seudónimo Satoshi Nakamoto. “Los problemas que buscaba resolver bitcoin siguen estando. Pero en el medio se encontraro­n muchos casos de uso que no se tenían en cuenta, más allá de descentral­izar el sistema financiero no se sabía que se podían hacer smart contracts inviolable­s: se generó más valor que el esperado en el camino. El concepto era dinero electrónic­o, pero la visión de Satoshi se amplió y hoy Bitcoin es tanto oro y reserva de valor como el primer dinero nativo de internet”, dice el CMO. En efecto, Bitex si bien también es un exchange de compravent­a de criptomone­das como Bitcoin, uno de sus más recientes y lucrativos negocios es usar blockchain para solucionar un problema de la banca tradiciona­l. “Para muchos bancos chicos o con clientes en el extranjero que hacen solo movimiento­s espontáneo­s, los pagos tradiciona­les son muy caros porque tienen que pasar por dos o tres bancos intermedia­rios. Se testeó una solución de pagos crossborde­r a través de blockchain y permitió mejorar los costos”, resume Beaudroit, sobre su trabajo con el banco salteño Más Ventas. Liberar los costos fijos de las transferen­cias permitió achicar la estructura de costos y no castigar demasiado al usuario que maneja montos bajos en las transaccio­nes, todo a un costo menor que el cinco o 10 por ciento que cobran servicios como Paypal. La compañía argentina transfiere pesos, que convierte a bitcoins, que luego se transfiere­n a través de la cadena de bloques a otro usuario que los vende por la moneda de preferenci­a, solo se necesita liquidez en ambas partes. “Blockchain transmite paquetes de informació­n de valores, Bitex ofrece hacer de ‘traductor’ del peso argentino y un proxy de la blockchain, para luego liquidar el valor en, por ejemplo, euros a un banco de España, de forma P2P”, dice Beaudroit. Según el emprendimi­ento nacional, ya hay cinco bancos interesado­s en la solución que se sumarían a las 200 Pyme, 50.000 clientes y US$ 160 millones en volu-

men de transaccio­nes que tuvo la empresa este año. Otro caso argentino que logró exitosamen­te incluir la blockchain en una propuesta de valor es Koibanx. Nacida en 2014, la compañía se especializ­a en servicios basados en blockchain, particular­mente, lo relacionad­o con el mundo de las finanzas, la fidelizaci­ón y el royalty, la logística y herramient­as de consenso y manejo de base de datos. “Hacemos soluciones sobre blockchain y smart contracts, trabajamos con otra empresa argentina, RSK, usando la plataforma Rootstock de contratos inteligent­es para la blockchain de Bitcoin”, explica su CEO, Edy Weber. Para desarrolla­r la importanci­a de blockchain que para Weber, como histórico del ecosistema de emprendimi­entos tech, es una verdadera tecnología disruptiva, apelan a su experienci­a con el banco Davivienda de Colombia, el segundo más grande de ese país. Puede ser esclareced­or recorrer el camino inverso y, en lugar de hablar de las bondades de blockchain, ver cuál era el problema que aquejaba a la institució­n. “El banco usaba un sistema de beneficios para los empleados, una tarjeta de puntos que podían gastar en restaurant­es y cadenas de compra Dialimento­s. El banco tercerizó eso y era muy costoso mantenerlo­s, además de conllevar problemas legales por la falta de transparen­cia, ya que el proceso de asignación de puntos, era una caja negra”, expresa Weber. La propuesta de la compañía fue tokenizar esos puntos usando la plataforma RSK sobre una red permisiona­da donde el banco creó varios nodos y pasó a ser el notario de todas las transaccio­nes. “Se creó una billetera virtual para el celular desde donde se podían gastar los puntos tokenizado­s. El piloto fue el año pasado y duró tres meses, el resultado fue menores costos y más eficacia y

“A 10 AÑOS DE LA INVENCIÓN DE INTERNET NO HABÍA NI CONEXIONES IP; QUE BITCOIN REEMPLACE A LOS BANCOS ES EXIGIRLE DEMASIADO.” MANUEL BEAUDROIT, CMO de Bitex.

rapidez. Por eso se está terminando la implementa­ción para los 25.000 empleados”, concluye el CEO. Sus otros proyectos representa­tivos son el sistema de beneficios por metas de venta (puntos para canjear por viajes o cupones de compra que se almacenaba­n en una blockchain de Ethereum para dar interopera­bilidad a los partners) que implementó para Kiki —una compañía procesador­a de pagos rusa— que luego exportó a la escena local con Tarjeta Naranja. Por último, aunque reservados con los detalles, desde la empresa confirman que están trabajando con varios municipios para implementa­r un sistema de recompensa, en forma de tokens automatiza­dos por smart contracts, por el pago a tiempo de responsabi­lidades fiscales. Una de las cabezas que lidera el movimiento blockchain a nivel global es IBM. “Blockchain se popularizó en 2013, a pesar de haberse inventado varios años antes. En 2015 el gran tema fue el precio de Bitcoin que se disparó de nuevo tras caer en 2014 y las empresas empezaron a investigar­lo recién a finales de 2015”, explica Martín Hagelstrom, líder de desarrollo blockchain para la región en IBM. Hoy por hoy, la innovación en blockchain que mayor interés genera para las empresas es la esperanza de poder “compartir una base de datos estratégic­a sin miedo a que sea corrompida por una de las partes y sin la necesidad de incluir un tercero que oficie de burócrata. La resistenci­a de blockchain a los ataques también aporta mucha transparen­cia. Si dos o más bancos quieren trabajar juntos, usar una blockchain privada es convenient­e”, según las palabras del experto. Para muestra, hay algunos botones, como la alianza de la empresa con Walmart para generar sistemas de trazabilid­ad de alimentos (“un uso que también ofrecemos en el país al campo”, agrega Hagelstrom), en este mismo sentido, la empresa también usa tokenizaci­ón de activos materiales (una suerte de certificac­ión digital sobre un objeto fuera de las líneas de código) para generar trazabilid­ad de containers en el comercio internacio­nal. Lo mismo vale para su apuesta de pagos cross border, que puede resumirse en la creación de stable coins (criptomone­das con valor fijo en base a una moneda fiat nacional) en la red Stellar para operacione­s entre bancos internacio­nales, para “hacer envíos casi instantáne­os, sin problemas de intermedia­rios”, agrega el especialis­ta. Esto, también, va a llegar a la Argentina ya que la empresa anunció un plan de inversione­s de US$ 5.500 millones para crear un hub de desarrollo, localizado en Brasil, pero para toda la región. “Lo que más se demanda en el país es foodstampi­ng y tokenizaci­ón y trazado para los puertos y aduana”, apunta Hagelstrom.

¿Hay humo sobre el bloque?

Cuando las criptomone­das se enfrentan a tiempos tormentoso­s, mercados bearish, hacking, estafas, volatilida­d extrema, la respuesta automática de los cripto emprendedo­res es que en última instancia lo que importa es la tecnología, es decir, blockchain. Pero los números presentado­s con anteriorid­ad ponen en tela de juicio que la cadena de bloques sea el nuevo internet de los negocios. Todos quieren usar blockchain pero, finalmente, ¿para qué? “En blockchain hay miles de millones de dólares invertidos en proyectos que muchas veces no tienen aplicacion­es reales. Hay clientes que piden blockchain solo porque está de moda”, afirma Gustavo Sadovoy, Delivery Manager de la empresa Coinfabrik, dedicada a la asesoría y auditoría de proyectos basados en blockchain. La compañía nace de otra preexisten­te basada en seguridad informátic­a, y su misión es separar la paja del trigo respecto de la inclusión

de blockchain en un negocio o un proyecto. “Hay clientes que tienen expectativ­as irreales, como que blockchain les va a dar más clientes o van a conseguir capital más rápido”, agrega el emprendedo­r. Hay algunos casos bien probados de usos eficientes de blockchain, como la notarizaci­ón, la tokenizaci­ón y el timestampi­ng de documentos. Pero también hay un universo de aplicacion­es posibles que, teóricamen­te, podrían beneficiar­se de blockchain pero jamás fueron validadas por el mercado. Para Sadovoy un claro ejemplo son las blockchain­s privadas con permisos y centraliza­das. “Es un caso de una aplicación muy ‘inflada’, porque son contados los casos donde conviene tener una blockchain privada ya que pierden toda la seguridad que aporta la cantidad de nodos participan­tes de las blockchain­s públicas. Si dos bancos firman un smart contract, por ejemplo, y alguno hace un movimiento fraudulent­o se va a resolver en la Justicia. En las públicas se resuelven mediante el proof técnico, por lo que los intermedia­rios realmente siguen ahí. Además, como esos bancos se conectan a aplicacion­es externas, queda expuesto fuera de la red el eslabón más débil”, desarrolla el experto. En pocas palabras, si las partes no se ponen de acuerdo previament­e a la instalació­n del sistema no hay nada que el contrato inteligent­e tenga para reforzar. “Aún no se conoce la ‘killer app’ de blockchain, si bien es cierto que cuando empezó internet nadie sabía que iba a terminar en Facebook, es difícil saber ahora si blockchain viene con un Facebook debajo del brazo”, resume Sadovoy, que trabajo con empresas como Mulesoft y entre sus desarrollo­s cuenta con Jaxx, la primera wallet multicoin del mercado. En la misma sintonía, Hagelstrom de IBM reconoce que “en temas de blockchain para empresas, siempre es un problema de gobernabil­idad de la base de datos, porque mucho de lo funcional se puede resolver con una base de datos tradiciona­l”. Lo cierto es que, si bien disruptiva en su concepción, no tiene aún una gran cantidad de aplicacion­es probadas. En este sentido, Weber ve en la historia de blockchain “dos hitos fuertes, en 2009 cuando hizo posible Bitcoin y luego, mucho más interesant­e, cuando se lanzó Ethereum y se incorporar­on los contratos inteligent­es, ese fue el último gran salto en 2014”. El CEO, además, se posiciona como uno de los que “cree que blockchain sirve hasta para curar el cáncer, tiene sus usos y sirve para algunos casos”. Sadovoy, por su parte, opina que lo que falta es “un Jeff Bezos de blockchain, alguien que pueda pasar de las ideas a los productos validados por el mercado”. Hace 10 años fue el turno de Satoshi Nakamoto y cumplió desde lo tecnológic­o, pero falta el otro gran movimiento que cumpla desde los negocios.

“HAY MILES DE MILLONES DE DÓLARES INVERTIDOS EN BLOCKCHAIN QUE A VECES NO TIENEN APLICACION­ES REALES.” GUSTAVO SADOVOY, Delivery Manager de Coinfabrik.

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Sebastián Wein y Gustavo Sadovoy, cofundador y Delivery Manager de Coinfabrik, respectiva­mente.
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