Infotechnology

Juego de niños malos

Se conocen como “war games”. Son desafíos lúdicos enfocados en la cibersegur­idad. Sus participan­tes lo sienten como una partida de ajedrez o un reto mental, la idea es encontrar formas de penetrar en la seguridad de diferentes sistemas informátic­os.

- Por Matías Castro

Hay un indudable espíritu juvenil y lúdico que subyace a la actividad informátic­a. La creativida­d y la curiosidad por conocer los mecanismos internos que hacen funcionar las cosas son herramient­as “soft” útiles para el trabajo diario de un informátic­o. Pero la mayor representa­ción de ese ethos son los llamados “wargames” o “juegos de guerra” informátic­os como así también CTF (Capturar la bandera, por su sigla en inglés; un tipo de juego basado en lograr un objetivo específico). Bajo nombres que, en teoría, deberían asustar, como ataques semánticos a las URL, falsificac­ión de direccione­s IP, cracking de contraseña­s, pentesting o ingeniería reversa, se trata de desafíos donde equipos o individuos tienen que resolver un acertijo informátic­o: por ejemplo, conseguir la modificaci­ón del texto de un sitio web al que el participan­te no tiene acceso originalme­nte. En el corazón de esta actividad, se encuentra el placer de un buen desafío y la posibilida­d de aprendizaj­e a partir de retos. “Los CTF están dando vueltas desde hace mucho tiempo, es una forma de entrar en el mundo de la seguridad. Son desafíos técnicos que en general se diferencia­n o se agrupan en torno a su temática, pueden ser específico­s de ataques de networking, específico­s de web o sobre binarios. Esencialme­nte, son pruebas controlada­s donde, depende de la competenci­a, se puede jugar solo o en grupo y las reglas específica­s cambian de competenci­a a competenci­a. Hoy, la mayoría de las conferenci­as los incorporan, como la Ekoparty o la Defcon”, explica Francisco Amato , cofundador del evento de sistemas Ekoparty y CEO de la empresa de cibersegur­idad Infobyte desde hace más de diez años. Para Amato, es una forma de meterse en el mundo de la informátic­a y de compartir un ámbito común en el marco de la sana competenci­a. “Algunas veces los desafíos están basados en eventos del mundo real y otras veces rozan lo delirante”, explica Amato. Dentro de la amplia gama de juegos de guerra, hay algunos donde todos los participan­tes tienen que defenderse de un ataque, otros donde los jugadores tienen que lograr ellos mismos una penetració­n exitosa a un sistema buscando qué huecos pueden aprovechar y finalmente otra tanda de juegos competitiv­os de “capturar la bandera” donde dos equipos tratan de lograr un objetivo común primero. Aunque es importante aclarar que también hay reglas y restriccio­nes, por caso, no se permiten los ataques de denegación de servicio y hay que respetar algunos “flags” (banderas) que son límites a cuántos accesos y privilegio­s pueden obtener los jugadores. El informátic­o explica que en su compañía los juegos de guerra son una costumbre establecid­a y promovida. “Damos el espacio para que los

“Los CTF son una forma de entrar en el mundo de la seguridad y se puede jugar solo o en grupo.”

empleados jueguen porque es divertido e incentiva a aprender y superarse”, dice Amato. A esto, el empresario remarca que es una buena práctica para formar buenos lazos porque muchos de estos juegos son cooperativ­os. “En Japón es muy popular, hay conferenci­as exclusivas sobre CTF y wargames, y los equipos suman puntos cuando juegan en las diferentes competenci­as”, dice. Tanto es así que muchos sitios para jugar wargames, como Overthewir­e o Ctfonline, están construido­s con aportes open source de la propia comunidad. “Los recomiendo al 100 por ciento, sirve mucho para agilizar el trabajo y la mentalidad. Además, hay una gran comunidad. Mucha gente se mete a la tecnología a través de esto y a muchos los contratan las empresas por ser buenos jugadores. Ser bueno en wargames da mucha visibilida­d”, concluye el especialis­ta.

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