Volver a jugar
Los grandes tanques del videojuego aprovechan la nostalgia por el pasado de la mano de una Generación X que quiere ser joven otra vez.
Después de 10 años”, sostiene con inocultable felicidad un gamer que ya superó los 40 y que muestra ya algunas canas, al frente de un televisor y con un pequeño joystick en la mano. ¿A qué se debe su indisimulable sonrisa? A la posibilidad de haber dado finalmente “vuelta” el Shadow Dancer, un videojuego de acción de desplazamiento lateral producido por Sega, originalmente como arcade en 1989. Pero él no es el único. En el transcurso de los últimos años, y con algún que otro guiño de series televisivas como The Big Bang Theory, varias empresas —sobre todo Nintendo y Sega— entendieron que podrían captar la atención de gamers nostálgicos con la reedición de sus mejores videoconsolas que hicieron furor entre los años 80 y 90. ¿Qué tienen de nuevo? Casi nada y, contradictoriamente, allí está la clave: en tratar de no modificar aquello que consiguió captar la atención en la infancia de los gamers maduros. Estas nuevas terminales ofrecen, eso sí, conectarse vía HDMI o USB a pantallas que poseen una mejor resolución que los viejos televisores de tubo. Algunas, incluso, ofrecen una especie de filtro para simular estar jugando frente a uno de ellos. Así, más temprano que tarde, la industria de los videojuegos entendió (y copió también con éxito) la tendencia originada por algunas firmas multinacionales de juguetes, que consiguieron incrementar sus ingresos con las reediciones de muñecos y héroes de otros tiempos… aquellos en los que solo importaba volver a jugar.